Reseñas
Historia de las telecomunicaciones
Juan Antonio Martínez de la Fe , 30/07/2022
Ficha Técnica
Título: Historia de las telecomunicaciones
Autor: José Antonio Martín Pereda
Edita: Guadalmazán, Córdoba, 2022
Colección: Divulgación Científica
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 672
ISBN: 978-84-17547-57-8
Precio: 30 euros
Nos encontramos ante un libro que nos ofrece una visión panorámica sobre el mundo de las telecomunicaciones, desde los primeros tiempos en los que la distancia era un problema a resolver para comunicarnos, hasta la actualidad, con los más avanzados medios de los que disponemos.
En esta obra de José Antonio Martín Pereda, encontraremos tres bloques importantes de información. Uno de ellos recoge aspectos históricos y sociológicos sobre la importancia de las comunicaciones a lo largo del tiempo y, lo que es de especial interés, el impacto que tuvieron determinados progresos en hechos concretos.
Otro apartado destacado es el de las biografías de quienes estuvieron en el germen y desarrollo de las distintas fases del proceso evolutivo de las telecomunicaciones. Finalmente, un tercer grupo es el destinado a detallar los aspectos técnicos de las invenciones que nos han traído hasta la actualidad.
Historia y sociología de las telecomunicaciones
Nos adentramos en aquellos primeros tiempos en los que comunicar una noticia se veía dificultado por la distancia. Había un problema de visión, de hándicaps para poder captar en la distancia lo que se nos quería comunicar.
Jugó, en esas primigenias épocas, un papel importante el fuego: hogueras prendidas a distancias previamente calculadas, constituyeron una primitiva forma de telecomunicación, aunque con el inconveniente de su dependencia de otras factores, especialmente climáticos: vital era la ausencia de nubes que impidieran poder captar el mensaje a transmitir y recibir. El autor aporta varios ejemplos, tales como los sistemas utilizados en la muralla china o el descrito por Homero o Pausanias en la guerra de Troya.
Evidentemente, la aparición del telescopio redujo la problemática inicial de la distancia, aunque no logró aún superar la necesaria simplificación de los textos a remitir, pues se carecía, lógicamente, de un vocabulario, obligando a textos convenidos de antemano.
Tras estos inicios, llegó la época del telégrafo, balbuciente en sus inicios pero que contó con un desarrollo importante motivado por aspectos comerciales, científicos o bélicos, entre otros. Sobresale aquí el destacado juego representado por el ferrocarril, ya que sus líneas fueron utilizadas para introducir el envío de información.
No se nos oculta la importancia de tener una rápida y lo más completa información en cuestiones bélicas. Así, el autor nos lo hace transparente al hablarnos de la guerra de Crimea, la guerra civil americana, la de Cuba, la de los Boers, hasta desembocar en las dos guerras mundiales.
La telegrafía sin hilos, la radio y la televisión son hitos notables en la historia. Hoy abundan en nuestros hogares, junto a un sinfín de aparatos de nueva tecnología que no cesa de avanzar; pero podemos retrotraernos a aquellos primeros momentos en los que escasas viviendas disponían de un receptor de radio, incluso en el momento en que pasó de ser un vehículo estrictamente comunicacional para convertirse en un medio de entretenimiento.
Biografías
Otro bloque importante de esta obra es el relativo a las biografías de las personas que fueron innovando, aportando su saber, su ingenio y su labor investigadora a esos progresos que, de manera imparable, se fueron produciendo en el campo de las telecomunicaciones.
Estas biografías no siempre son completas, es decir, que cuentan la vida del personaje desde el momento de su nacimiento, sus estudios, su entorno, etc., hasta el momento de su muerte. Pero sí es muy detallada en lo que respecta a sus descubrimientos, a los problemas de todo tipo que tuvieron que afrontar, a las rivalidades entre algunos de ellos que llegaron a enconar sus relaciones personales.
Así, nos encontramos con Claude Chappe en Francia y la importancia de sus aportaciones, hasta culminar en su suicidio. Nos encontramos, también, con Abraham Edelcrantz y su papel en el telégrafo sueco; y, cómo no, con Samuel F. Morse, cuyo código logró una larga supervivencia.
No podían faltar en esta cita Elisha Gray, Thomas Alva Edison y Alexander Graham Bell y los primeros teléfonos, así como los problemas surgidos con las necesarias patentes para el desarrollo de sus inventos, así como el nacimiento de las grandes compañías telefónicas.
También hallamos datos biográficos de Heinrich Rudolf Hertz así como de Oliver Joseph Lodge, entre otros. Y, por supuesto, Marconi y todas las empresas en las que tuvo participación no siempre exenta de polémicas. Y ya, con la transmisión de imágenes, no podían faltar Bain, Backwell, Caselli y, sobre todo, Ferdinand Braun.
Viniendo a tiempos ya más recientes, nos encontramos con K. Lehovec en los dispositivos emisores de luz, la fibra óptica con Charles Kao; Ralph Hartley o Harry Nyquist tampoco están ausentes.
Como se puede apreciar solo con la enumeración de algunos de los que han brillado en esta historia, desde las señales de fuego iniciales hasta la fibra óptica e internet, nos podemos hacer una idea de la amplitud de este trabajo de Martín Pereda.
También la técnica
Este otro aspecto en la obra que comentamos es sumamente interesante, en especial para quienes tienen algún conocimiento en estas materias, pues una abundante serie de gráficos, fotos y diagramas explica las entrañas de los inventos a medida que se iban produciendo.
Pero ello no quiere decir que el no experto en estas materias no pueda acceder a estos contenidos. El lenguaje empleado por el autor es sumamente próximo como para permitir una comprensión, aunque sea somera, de las especificaciones técnicas.
Podemos encontrar desde una torre de comunicación del ejército romano hasta el primer sistema sincronizado de comunicación de Chappe. Las torres del sistema de comunicaciones de almirante Popham, el telégrafo electroquímico de Sömmerring o el esquema básico del primer telégrafo de Wheatstone y Cooke se pueden contemplar en las páginas correspondientes, con una explicación de su funcionamiento y las bases sobre las que se construyeron.
Imágenes del equipo de transmisión y registro de señales telegráfica, el esquema del transmisor de Reis junto a mapas explicativos de los enlaces por cables submarinos entre continentes son ejemplos que abundan en lo detallado y minucioso de esta historia que nos narra el autor.
Y, por supuesto, también figuran, entre otros muchos inventos, el esquema transmisor de Marconi en sus primeras experiencias, el equipo de transmisión denominado Fullerphone y el esquema básico del iconoscopio de Zworykin ya en el campo de la televisión, para alcanzar el primer láser de semiconductores.
Concluyendo
Tenemos al alcance una obra monumental por su contenido y muy práctica y accesible en su manejo. Para ello cuenta con un muy detallado sumario que permite una visión amplia de los temas abordados así como unos índices muy prácticos, junto a una selecta bibliografía para que cualquier interesado pueda profundizar en alguno de los contenidos.
Los tres bloques o apartados propuestos responden a un intento de esquematizar los diferentes aspectos que la obra no ofrece por separado. En efecto: la narración es continua, entreverando en sus capítulos cuestiones históricas y sociológicas, las biografías de los muchos personajes que incluye así como los detalles técnicos de cada peldaño en esa escala ascendente de las telecomunicaciones.
Por su parte, el lenguaje narrativo del autor es muy cercano. Y el desarrollo cronológico de los acontecimientos permite edificar con seguridad esta historia apasionante de las telecomunicaciones. En definitiva, un libro a tener al alcance como punto de referencia al que recurrir en busca de un detalle que permita comprender cómo las telecomunicaciones han llegado hasta nuestros días.
Índice
El índice detallado comprende varias páginas. Aquí solo se ofrecen los títulos de los capítulos que componen la obra.
Prólogo
I. Primeras formas de comunicación. De China al Mediterráneo
II. El despertar de las comunicaciones. La Revolución Francesa.
III. Telegrafía óptica en Europa.
IV. Inicio de la telegrafía eléctrica.
V. La telegrafía se implanta en Gran Bretaña.
VI. El telégrafo en Estados Unidos: S.F. Morse.
VII. Sistemas de transmisión y registro de la señal.
VIII. La epopeya de la telegrafía submarina.
IX. El telégrafo y su relación con la política y la sociedad.
X. La voz a través de un cable de cobre.
XI. Desarrollo de componentes y sistemas telefónicos.
XII. Propagación de señales en grandes líneas de transmisión.
XIII. La telegrafía sin hilos: primeros años de la radio.
XIV. La radio avanza con Marconi.
XV. Desarrollo de la telegrafía sin hilos en otros países.
XVI. Acuerdos y reordenaciones internacionales.
XVII. Comunicaciones en la Primera Guerra Mundial.
XVIII. Consecuencias de la Primera Guerra Mundial.
XIX. La radio y el nacimiento de la electrónica.
XX. La radiodifusión llega a todos.
XXI. Transmisión de imágenes fijas y en movimiento.
XXII. Llega la televisión.
XXIII. Microondas, radar, radioenlaces y satélites.
XXIV. Notas sobre la entrada del transistor y los circuitos integrados.
XXV. Entrada de la luz en as comunicaciones y la sociedad.
XXVI. El camino al láser.
XXVII. El láser de semiconductor, caballo de batalla de las comunicaciones ópticas.
XXVIII. El camino de la fibra óptica.
XXIX. La digitalización y las grandes redes de comunicación.
Anexos
Agradecimientos
Bibliografía
Índice onomástico
Título: Historia de las telecomunicaciones
Autor: José Antonio Martín Pereda
Edita: Guadalmazán, Córdoba, 2022
Colección: Divulgación Científica
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 672
ISBN: 978-84-17547-57-8
Precio: 30 euros
Nos encontramos ante un libro que nos ofrece una visión panorámica sobre el mundo de las telecomunicaciones, desde los primeros tiempos en los que la distancia era un problema a resolver para comunicarnos, hasta la actualidad, con los más avanzados medios de los que disponemos.
En esta obra de José Antonio Martín Pereda, encontraremos tres bloques importantes de información. Uno de ellos recoge aspectos históricos y sociológicos sobre la importancia de las comunicaciones a lo largo del tiempo y, lo que es de especial interés, el impacto que tuvieron determinados progresos en hechos concretos.
Otro apartado destacado es el de las biografías de quienes estuvieron en el germen y desarrollo de las distintas fases del proceso evolutivo de las telecomunicaciones. Finalmente, un tercer grupo es el destinado a detallar los aspectos técnicos de las invenciones que nos han traído hasta la actualidad.
Historia y sociología de las telecomunicaciones
Nos adentramos en aquellos primeros tiempos en los que comunicar una noticia se veía dificultado por la distancia. Había un problema de visión, de hándicaps para poder captar en la distancia lo que se nos quería comunicar.
Jugó, en esas primigenias épocas, un papel importante el fuego: hogueras prendidas a distancias previamente calculadas, constituyeron una primitiva forma de telecomunicación, aunque con el inconveniente de su dependencia de otras factores, especialmente climáticos: vital era la ausencia de nubes que impidieran poder captar el mensaje a transmitir y recibir. El autor aporta varios ejemplos, tales como los sistemas utilizados en la muralla china o el descrito por Homero o Pausanias en la guerra de Troya.
Evidentemente, la aparición del telescopio redujo la problemática inicial de la distancia, aunque no logró aún superar la necesaria simplificación de los textos a remitir, pues se carecía, lógicamente, de un vocabulario, obligando a textos convenidos de antemano.
Tras estos inicios, llegó la época del telégrafo, balbuciente en sus inicios pero que contó con un desarrollo importante motivado por aspectos comerciales, científicos o bélicos, entre otros. Sobresale aquí el destacado juego representado por el ferrocarril, ya que sus líneas fueron utilizadas para introducir el envío de información.
No se nos oculta la importancia de tener una rápida y lo más completa información en cuestiones bélicas. Así, el autor nos lo hace transparente al hablarnos de la guerra de Crimea, la guerra civil americana, la de Cuba, la de los Boers, hasta desembocar en las dos guerras mundiales.
La telegrafía sin hilos, la radio y la televisión son hitos notables en la historia. Hoy abundan en nuestros hogares, junto a un sinfín de aparatos de nueva tecnología que no cesa de avanzar; pero podemos retrotraernos a aquellos primeros momentos en los que escasas viviendas disponían de un receptor de radio, incluso en el momento en que pasó de ser un vehículo estrictamente comunicacional para convertirse en un medio de entretenimiento.
Biografías
Otro bloque importante de esta obra es el relativo a las biografías de las personas que fueron innovando, aportando su saber, su ingenio y su labor investigadora a esos progresos que, de manera imparable, se fueron produciendo en el campo de las telecomunicaciones.
Estas biografías no siempre son completas, es decir, que cuentan la vida del personaje desde el momento de su nacimiento, sus estudios, su entorno, etc., hasta el momento de su muerte. Pero sí es muy detallada en lo que respecta a sus descubrimientos, a los problemas de todo tipo que tuvieron que afrontar, a las rivalidades entre algunos de ellos que llegaron a enconar sus relaciones personales.
Así, nos encontramos con Claude Chappe en Francia y la importancia de sus aportaciones, hasta culminar en su suicidio. Nos encontramos, también, con Abraham Edelcrantz y su papel en el telégrafo sueco; y, cómo no, con Samuel F. Morse, cuyo código logró una larga supervivencia.
No podían faltar en esta cita Elisha Gray, Thomas Alva Edison y Alexander Graham Bell y los primeros teléfonos, así como los problemas surgidos con las necesarias patentes para el desarrollo de sus inventos, así como el nacimiento de las grandes compañías telefónicas.
También hallamos datos biográficos de Heinrich Rudolf Hertz así como de Oliver Joseph Lodge, entre otros. Y, por supuesto, Marconi y todas las empresas en las que tuvo participación no siempre exenta de polémicas. Y ya, con la transmisión de imágenes, no podían faltar Bain, Backwell, Caselli y, sobre todo, Ferdinand Braun.
Viniendo a tiempos ya más recientes, nos encontramos con K. Lehovec en los dispositivos emisores de luz, la fibra óptica con Charles Kao; Ralph Hartley o Harry Nyquist tampoco están ausentes.
Como se puede apreciar solo con la enumeración de algunos de los que han brillado en esta historia, desde las señales de fuego iniciales hasta la fibra óptica e internet, nos podemos hacer una idea de la amplitud de este trabajo de Martín Pereda.
También la técnica
Este otro aspecto en la obra que comentamos es sumamente interesante, en especial para quienes tienen algún conocimiento en estas materias, pues una abundante serie de gráficos, fotos y diagramas explica las entrañas de los inventos a medida que se iban produciendo.
Pero ello no quiere decir que el no experto en estas materias no pueda acceder a estos contenidos. El lenguaje empleado por el autor es sumamente próximo como para permitir una comprensión, aunque sea somera, de las especificaciones técnicas.
Podemos encontrar desde una torre de comunicación del ejército romano hasta el primer sistema sincronizado de comunicación de Chappe. Las torres del sistema de comunicaciones de almirante Popham, el telégrafo electroquímico de Sömmerring o el esquema básico del primer telégrafo de Wheatstone y Cooke se pueden contemplar en las páginas correspondientes, con una explicación de su funcionamiento y las bases sobre las que se construyeron.
Imágenes del equipo de transmisión y registro de señales telegráfica, el esquema del transmisor de Reis junto a mapas explicativos de los enlaces por cables submarinos entre continentes son ejemplos que abundan en lo detallado y minucioso de esta historia que nos narra el autor.
Y, por supuesto, también figuran, entre otros muchos inventos, el esquema transmisor de Marconi en sus primeras experiencias, el equipo de transmisión denominado Fullerphone y el esquema básico del iconoscopio de Zworykin ya en el campo de la televisión, para alcanzar el primer láser de semiconductores.
Concluyendo
Tenemos al alcance una obra monumental por su contenido y muy práctica y accesible en su manejo. Para ello cuenta con un muy detallado sumario que permite una visión amplia de los temas abordados así como unos índices muy prácticos, junto a una selecta bibliografía para que cualquier interesado pueda profundizar en alguno de los contenidos.
Los tres bloques o apartados propuestos responden a un intento de esquematizar los diferentes aspectos que la obra no ofrece por separado. En efecto: la narración es continua, entreverando en sus capítulos cuestiones históricas y sociológicas, las biografías de los muchos personajes que incluye así como los detalles técnicos de cada peldaño en esa escala ascendente de las telecomunicaciones.
Por su parte, el lenguaje narrativo del autor es muy cercano. Y el desarrollo cronológico de los acontecimientos permite edificar con seguridad esta historia apasionante de las telecomunicaciones. En definitiva, un libro a tener al alcance como punto de referencia al que recurrir en busca de un detalle que permita comprender cómo las telecomunicaciones han llegado hasta nuestros días.
Índice
El índice detallado comprende varias páginas. Aquí solo se ofrecen los títulos de los capítulos que componen la obra.
Prólogo
I. Primeras formas de comunicación. De China al Mediterráneo
II. El despertar de las comunicaciones. La Revolución Francesa.
III. Telegrafía óptica en Europa.
IV. Inicio de la telegrafía eléctrica.
V. La telegrafía se implanta en Gran Bretaña.
VI. El telégrafo en Estados Unidos: S.F. Morse.
VII. Sistemas de transmisión y registro de la señal.
VIII. La epopeya de la telegrafía submarina.
IX. El telégrafo y su relación con la política y la sociedad.
X. La voz a través de un cable de cobre.
XI. Desarrollo de componentes y sistemas telefónicos.
XII. Propagación de señales en grandes líneas de transmisión.
XIII. La telegrafía sin hilos: primeros años de la radio.
XIV. La radio avanza con Marconi.
XV. Desarrollo de la telegrafía sin hilos en otros países.
XVI. Acuerdos y reordenaciones internacionales.
XVII. Comunicaciones en la Primera Guerra Mundial.
XVIII. Consecuencias de la Primera Guerra Mundial.
XIX. La radio y el nacimiento de la electrónica.
XX. La radiodifusión llega a todos.
XXI. Transmisión de imágenes fijas y en movimiento.
XXII. Llega la televisión.
XXIII. Microondas, radar, radioenlaces y satélites.
XXIV. Notas sobre la entrada del transistor y los circuitos integrados.
XXV. Entrada de la luz en as comunicaciones y la sociedad.
XXVI. El camino al láser.
XXVII. El láser de semiconductor, caballo de batalla de las comunicaciones ópticas.
XXVIII. El camino de la fibra óptica.
XXIX. La digitalización y las grandes redes de comunicación.
Anexos
Agradecimientos
Bibliografía
Índice onomástico
Reseñas
El futuro del pasado religioso
Juan Antonio Martínez de la Fe , 21/07/2022
Ficha Técnica
Título: El futuro del pasado religioso
Autor: Charles Taylor
Edita: Editorial Trotta, Madrid, 2021
Colección: Estructuras y Procesos
Traducción y estudio introductorio: Sonia E. Rodríguez García
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 300
ISBN: 978-84-9879-850-0
Precio: 35 euros
La obra de Charles Taylor no es en absoluto desconocida. Quien se haya interesado por la filosofía política, por las cuestiones de la identidad o la filosofía de la religión, por citar solo algunos de los campos de su especialidad, con casi total seguridad se ha encontrado con este filósofo canadiense.
De ahí la importancia de esta obra que Editorial Trotta nos ofrece, bajo el título de uno de los ocho ensayos que incluye, abordando aspectos variados.
Sonia E. Rodríguez es la autora de la magnífica Introducción a todo el libro. Una Introducción de obligada lectura, pues ayuda y mucho a encuadrar y comprender el hondo contenido del conjunto. Nos habla del filósofo y su obra, de los inicios de su reflexión en torno a la religión; de sus textos fundamentales: Fuentes del yo y La era secular, con lo que deja al lector bien encaminado para acceder a la lectura del texto.
Es difícil poder detenerse en cada uno de los apartados del libro. De ahí que se propone un breve comentario de cada uno de ellos, intentando profundizar en el que da título a la obra, El futuro del pasado religioso.
Modernidad católica
¿Una modernidad católica? Es el primer capítulo y ha sido el primer texto en el que Taylor expone abiertamente su condición de creyente cristiano. En él, traza un análisis de la modernidad, tema recurrente en su obra, en esta oportunidad desde una perspectiva cristiana; en este sentido, y según destaca Sonia Rodríguez, “el objetivo es discernir aquellas facetas de la modernidad que pueden ser consideradas auténticos desarrollos del Evangelio y de aquellos que suponen su negación”.
Según Taylor, para que ciertos logros como la libertad moderna, la defensa de los derechos humanos, las exigencias de justicia y benevolencia universal, pudieran tener un fuerte impulso, era necesaria una ruptura con las creencias y estructuras del cristianismo.
La violencia
El segundo capítulo es Notas sobre las fuentes de la violencia: perennes y modernas; en él, se analiza la violencia categórica, es decir, la ejercida contra una clase o categoría de personas. Como características definitorias se cuenta con el exceso, el lenguaje de purificación y el ritual.
En esta línea, intenta el autor identificar los significados metafísicos de dicha violencia categórica, a fin de dilucidar los posibles vínculos entre violencia y religión. Es un análisis profundo y muy interesante, donde se abordan mecanismos tales como el sacrificio, el chivo expiatorio o externo, como sucedió en el caso de las Cruzadas.
El futuro del pasado religioso constituye el tercer capítulo y se comentará con algo más de amplitud en otro apartado de este texto. El cuarto es el dedicado al tema del Desencantamiento-reencantamiento.
Desencantarse para reencantarse
Aquí, Taylor profundiza en qué es lo que buscan las personas que desean el reencantamiento, para lo que, en primer lugar, explica el proceso de desencantamiento; se trata de encontrar nuevos significados basados en nuestra experiencia como seres en el mundo; el autor desarrolla en este bloque la teoría de las “evaluaciones fuertes”; en palabras de Sonia Rodríguez, “estas valoraciones rastrean la realidad, mantienen una dimensión óntica compatible con el nuevo imaginario cósmico y son, por tanto, capaces de descargar sobre las cosas el plus de significatividad que busca el reencantamiento”.
Secularismo
¿Qué significa el secularismo? Es el título del siguiente ensayo de Taylor. El problema aquí abordado es el de la laicidad, un fenómeno ampliamente extendido por todo el mundo.
Cobra sentido la pregunta que plantea el capítulo. No se trata, simplemente, de la separación entre una iglesia y el gobierno de un país o el alejamiento de una gran mayoría de la práctica religiosa o, incluso, de una mayor increencia. Para Taylor, el secularismo está relacionado con tres aspectos fundamentales: libertad de conciencia, igualdad de trato y fraternidad entre todas las familias espirituales; como se puede apreciar, una correspondencia estrecha con los tres valores fundamentales de la Revolución francesa.
La razón y peligros del moralismo
La mera razón es la traducción del título en alemán que propone el autor. Trata de desmontar la teoría originada en la Ilustración, según la cual son los obstáculos epistemológicos los que han hecho retroceder la creencia en la trascendencia; piensa él que son las dificultades morales y espirituales las que han llevado a transcurrir por esa senda. Es, en definitiva, el mito de la Ilustración: para Taylor, no siempre constituyó un absoluto e innegable avance, teniendo en cuenta las pérdidas que también arrastra.
Trata seguidamente de los Peligros del moralismo. Es un análisis de la filosofía moral contemporánea que, en gran medida, es consecuencia del ya citado mito de la Ilustración.
En efecto, se ha producido un auge de los códigos de conducta que beben de las fuentes de la mera razón, con la idea de forjar un conjunto de reglas universales que puedan ser aplicadas sin excepción. Este codigocentrismo, como lo denomina, no reconoce la posible pluralidad de bienes, lo que desemboca en la desaparición de los dilemas; dilemas que, según Taylor, se han de resolver en, al menos, dos dimensiones: una horizontal y otra vertical, el de la resolución y el de la reconciliación, respectivamente.
La era axial
¿Qué fue la revolución axial? Constituye el último capítulo de la obra. Se trata de un concepto reiteradamente aparecido a lo largo de prácticamente su totalidad. Taylor insiste una y otra vez en los anclajes de la sociedad.
En la época preaxial, el individuo se anclaba en la sociedad, en el cosmos y en una determinada noción del bien humano. La era axial lleva al desanclaje de estos tres extremos; pero aquí, el autor se centra, sobre todo, en la postura revisionista hacia el bien humano. Por otro lado, la era axial no supuso una ruptura total con la era anterior, sino que, más bien, se produjo una coexistencia en algo así como un equilibrio inestable, que, en el cristianismo, se rompe con el impulso a la reforma.
¿Tiene futuro el pasado religioso?
Pero hay que destacar que el estudio más ambicioso que se ofrece en esta obra es el dedicado a El futuro del pasado religioso, pues en él, como dice Sonia Rodríguez, “se encuentran entretejidos y referenciados todos los temas de la era secular”.
Por lo pronto, Taylor reconoce que predecir el futuro es una empresa extremadamente imprudente, máxime cuando su estudio se refiere en una gran medida a una única civilización, la occidental, también conocida como Europa y, previamente, como cristiandad latina.
Se hace en la actualidad mucho énfasis en una religión de compromiso y devoción personal, alejándose de las formas centradas en el ritual colectivo; pues bien: este impulso a la religión personal forma parte del impulso hacia diferentes facetas de la secularización.
Antes, y mucho antes, la religión formaba parte de los fundamentos de la sociedad hasta el punto que cualquiera se anclaba a ella como una seña de identidad. Un anclaje que se extendía hacia la cosmovisión y que comprendía una petición a las divinidades para mejorar la salud y el bienestar, es decir, hacia un florecimiento humano.
Hay un fenómeno que analiza con detenimiento el autor, en este estudio sobre la evolución desde un punto existencial religioso hacia las actuales tendencias secularizantes. Se refiere al fenómeno axial: un momento, en el último milenio antes de Cristo, en el que surgen en diferentes puntos del planeta y de manera independiente figuras fundadoras como Confucio, Gautama, Sócrates o los profetas hebreos. Y justamente es cuando se produce un desanclaje de la sociedad (la identidad de sus componentes), de la cosmovisión y del florecimiento humano tal como se concebía hasta ese momento. Y lo hace con una tendencia clara hacia un revisionismo sobre el bien humano.
Se trata de un proceso largo, extendido en el transcurso de los siglos que alcanza a muy variados aspectos de la religiosidad y que muy bien analiza Taylor en este ensayo.
Tras detenerse en las situaciones previas, arriba el autor a la situación actual, fijándose, también, en algunos elementos que se puede esperar que continúen en el futuro. Y lo hace refiriéndose a dos aspectos concretos: en primer lugar, a la situación en el Oeste y, en segundo lugar, a algunas especulaciones acerca de posibles analogías con fenómenos similares en otras partes del mundo.
En Occidente
Por lo que respecta al mundo occidental, se detiene Taylor en el deslizamiento hacia el individualismo expresivo y la ética de la autenticidad, con un retroceso de la cristiandad “que será cada vez menos común que la gente se sienta atraída o mantenida dentro de una fe por alguna fuerte identidad política o de grupo, o por la sensación de que sostiene una ética fundamental para la sociedad”.
Se pregunta el autor por dónde estará el acceso a la práctica y al compromiso más profundo con la religión. “La respuesta está en las diversas formas de práctica hacia las cuales cada persona se sienta atraída en su propia vida espiritual”, por lo que cada uno tendrá una lealtad no conectada a una sociedad sacralizada, o una identidad nacional o de la pretensión de proporcionar la matriz indispensable para el orden civilizado común, puntos de anclaje de épocas anteriores.
Este análisis desarrollado hasta aquí está referido especialmente al mundo occidental y cristiano. Tras él, Taylor dedica páginas a la posible evolución fuera de Occidente o a una escala global, en la que destaca la manifestación de una violencia desacostumbrada atribuida, en muchos casos, a la religión. Sin embargo, la tesis del autor es que “gran parte de la implicación de la religión en la violencia en nuestro siglo debe entenderse como la elaboración de lo que se puede llamar luchas de identidad”, una identidad que desemboca frecuentemente en el nacionalismo.
Ocurre que grupos que luchan por definirse y alcanzar la identidad política, pueden incorporar la religión como una seña de identidad histórica.
Es el propio autor quien nos ofrece una conclusión a todo su ensayo: “todos los movimientos adelantados se compran a un precio: las revoluciones axiales con la idea de nuestro bien superior; la reforma occidental con la abolición del encantamiento y la represión del ritual colectivo y la creación del orden inmanente. […] Las variedades del pasado religioso que tienen un futuro pueden ser mucho mayores de lo que nos han hecho sospechar”.
Concluyendo
Las palabras de Sonia Rodríguez en la Introducción resumen a la perfección el contenido de este último bloque que presta su nombre al libro: “el objetivo de Taylor es dar cuenta de algunos vectores del desarrollo religioso que llegan hasta nuestro presente, con el fin de realizar algunas conjeturas provisionales sobre su posible continuación/alteración en el futuro”.
Y lo hace magistralmente el autor, no solo en este bloque, sino, en general, en toda la obra. Ofrece un análisis sociológico de gran envergadura, desarrollando su pensamiento fruto de la profunda reflexión que arroja sobre el fenómeno religioso. Partiendo de la situación actual, vuelve la vista atrás para tratar de explicar cómo se ha llegado a la realidad de hoy en día. Reconoce, lógicamente, la dificultad que entraña esbozar con exactitud su futuro, pero sí deja señaladas las tendencias, los raíles por los que, con casi total probabilidad, ha de discurrir cualquier aspecto del fenómeno religioso en el horizonte temporal.
No decepciona Taylor. Los artículos que componen este libro ya eran conocidos, pero ha sido tremendamente oportuno recuperarlos y reunirlos en un solo volumen.
Es cierto que los ejemplos que apunta el autor a lo largo de toda su exposición están referidos al mundo anglosajón en su gran mayoría; son análisis de situaciones en Estados Unidos o en el Reino Unido; pero eso no resta validez para que podamos distinguir muchos de los rasgos que aportan a otras realidades que nos son mucho más cercanas.
Índice
Introducción: La filosofía de la religión en la obra de Charles Taylor, por Sonia E. Rodríguez.
1. ¿Una modernidad católica?
2. Notas sobre las fuentes de la violencia: perennes y modernas
3. El futuro del pasado religioso
4. Desencantamiento-reencantamiento
5. ¿Qué significa el secularismo?
6. Die blosse Vernunft (La mera razón)
7. Peligros del moralismo
8. ¿Qué fue de la revolución axial?
Título: El futuro del pasado religioso
Autor: Charles Taylor
Edita: Editorial Trotta, Madrid, 2021
Colección: Estructuras y Procesos
Traducción y estudio introductorio: Sonia E. Rodríguez García
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 300
ISBN: 978-84-9879-850-0
Precio: 35 euros
La obra de Charles Taylor no es en absoluto desconocida. Quien se haya interesado por la filosofía política, por las cuestiones de la identidad o la filosofía de la religión, por citar solo algunos de los campos de su especialidad, con casi total seguridad se ha encontrado con este filósofo canadiense.
De ahí la importancia de esta obra que Editorial Trotta nos ofrece, bajo el título de uno de los ocho ensayos que incluye, abordando aspectos variados.
Sonia E. Rodríguez es la autora de la magnífica Introducción a todo el libro. Una Introducción de obligada lectura, pues ayuda y mucho a encuadrar y comprender el hondo contenido del conjunto. Nos habla del filósofo y su obra, de los inicios de su reflexión en torno a la religión; de sus textos fundamentales: Fuentes del yo y La era secular, con lo que deja al lector bien encaminado para acceder a la lectura del texto.
Es difícil poder detenerse en cada uno de los apartados del libro. De ahí que se propone un breve comentario de cada uno de ellos, intentando profundizar en el que da título a la obra, El futuro del pasado religioso.
Modernidad católica
¿Una modernidad católica? Es el primer capítulo y ha sido el primer texto en el que Taylor expone abiertamente su condición de creyente cristiano. En él, traza un análisis de la modernidad, tema recurrente en su obra, en esta oportunidad desde una perspectiva cristiana; en este sentido, y según destaca Sonia Rodríguez, “el objetivo es discernir aquellas facetas de la modernidad que pueden ser consideradas auténticos desarrollos del Evangelio y de aquellos que suponen su negación”.
Según Taylor, para que ciertos logros como la libertad moderna, la defensa de los derechos humanos, las exigencias de justicia y benevolencia universal, pudieran tener un fuerte impulso, era necesaria una ruptura con las creencias y estructuras del cristianismo.
La violencia
El segundo capítulo es Notas sobre las fuentes de la violencia: perennes y modernas; en él, se analiza la violencia categórica, es decir, la ejercida contra una clase o categoría de personas. Como características definitorias se cuenta con el exceso, el lenguaje de purificación y el ritual.
En esta línea, intenta el autor identificar los significados metafísicos de dicha violencia categórica, a fin de dilucidar los posibles vínculos entre violencia y religión. Es un análisis profundo y muy interesante, donde se abordan mecanismos tales como el sacrificio, el chivo expiatorio o externo, como sucedió en el caso de las Cruzadas.
El futuro del pasado religioso constituye el tercer capítulo y se comentará con algo más de amplitud en otro apartado de este texto. El cuarto es el dedicado al tema del Desencantamiento-reencantamiento.
Desencantarse para reencantarse
Aquí, Taylor profundiza en qué es lo que buscan las personas que desean el reencantamiento, para lo que, en primer lugar, explica el proceso de desencantamiento; se trata de encontrar nuevos significados basados en nuestra experiencia como seres en el mundo; el autor desarrolla en este bloque la teoría de las “evaluaciones fuertes”; en palabras de Sonia Rodríguez, “estas valoraciones rastrean la realidad, mantienen una dimensión óntica compatible con el nuevo imaginario cósmico y son, por tanto, capaces de descargar sobre las cosas el plus de significatividad que busca el reencantamiento”.
Secularismo
¿Qué significa el secularismo? Es el título del siguiente ensayo de Taylor. El problema aquí abordado es el de la laicidad, un fenómeno ampliamente extendido por todo el mundo.
Cobra sentido la pregunta que plantea el capítulo. No se trata, simplemente, de la separación entre una iglesia y el gobierno de un país o el alejamiento de una gran mayoría de la práctica religiosa o, incluso, de una mayor increencia. Para Taylor, el secularismo está relacionado con tres aspectos fundamentales: libertad de conciencia, igualdad de trato y fraternidad entre todas las familias espirituales; como se puede apreciar, una correspondencia estrecha con los tres valores fundamentales de la Revolución francesa.
La razón y peligros del moralismo
La mera razón es la traducción del título en alemán que propone el autor. Trata de desmontar la teoría originada en la Ilustración, según la cual son los obstáculos epistemológicos los que han hecho retroceder la creencia en la trascendencia; piensa él que son las dificultades morales y espirituales las que han llevado a transcurrir por esa senda. Es, en definitiva, el mito de la Ilustración: para Taylor, no siempre constituyó un absoluto e innegable avance, teniendo en cuenta las pérdidas que también arrastra.
Trata seguidamente de los Peligros del moralismo. Es un análisis de la filosofía moral contemporánea que, en gran medida, es consecuencia del ya citado mito de la Ilustración.
En efecto, se ha producido un auge de los códigos de conducta que beben de las fuentes de la mera razón, con la idea de forjar un conjunto de reglas universales que puedan ser aplicadas sin excepción. Este codigocentrismo, como lo denomina, no reconoce la posible pluralidad de bienes, lo que desemboca en la desaparición de los dilemas; dilemas que, según Taylor, se han de resolver en, al menos, dos dimensiones: una horizontal y otra vertical, el de la resolución y el de la reconciliación, respectivamente.
La era axial
¿Qué fue la revolución axial? Constituye el último capítulo de la obra. Se trata de un concepto reiteradamente aparecido a lo largo de prácticamente su totalidad. Taylor insiste una y otra vez en los anclajes de la sociedad.
En la época preaxial, el individuo se anclaba en la sociedad, en el cosmos y en una determinada noción del bien humano. La era axial lleva al desanclaje de estos tres extremos; pero aquí, el autor se centra, sobre todo, en la postura revisionista hacia el bien humano. Por otro lado, la era axial no supuso una ruptura total con la era anterior, sino que, más bien, se produjo una coexistencia en algo así como un equilibrio inestable, que, en el cristianismo, se rompe con el impulso a la reforma.
¿Tiene futuro el pasado religioso?
Pero hay que destacar que el estudio más ambicioso que se ofrece en esta obra es el dedicado a El futuro del pasado religioso, pues en él, como dice Sonia Rodríguez, “se encuentran entretejidos y referenciados todos los temas de la era secular”.
Por lo pronto, Taylor reconoce que predecir el futuro es una empresa extremadamente imprudente, máxime cuando su estudio se refiere en una gran medida a una única civilización, la occidental, también conocida como Europa y, previamente, como cristiandad latina.
Se hace en la actualidad mucho énfasis en una religión de compromiso y devoción personal, alejándose de las formas centradas en el ritual colectivo; pues bien: este impulso a la religión personal forma parte del impulso hacia diferentes facetas de la secularización.
Antes, y mucho antes, la religión formaba parte de los fundamentos de la sociedad hasta el punto que cualquiera se anclaba a ella como una seña de identidad. Un anclaje que se extendía hacia la cosmovisión y que comprendía una petición a las divinidades para mejorar la salud y el bienestar, es decir, hacia un florecimiento humano.
Hay un fenómeno que analiza con detenimiento el autor, en este estudio sobre la evolución desde un punto existencial religioso hacia las actuales tendencias secularizantes. Se refiere al fenómeno axial: un momento, en el último milenio antes de Cristo, en el que surgen en diferentes puntos del planeta y de manera independiente figuras fundadoras como Confucio, Gautama, Sócrates o los profetas hebreos. Y justamente es cuando se produce un desanclaje de la sociedad (la identidad de sus componentes), de la cosmovisión y del florecimiento humano tal como se concebía hasta ese momento. Y lo hace con una tendencia clara hacia un revisionismo sobre el bien humano.
Se trata de un proceso largo, extendido en el transcurso de los siglos que alcanza a muy variados aspectos de la religiosidad y que muy bien analiza Taylor en este ensayo.
Tras detenerse en las situaciones previas, arriba el autor a la situación actual, fijándose, también, en algunos elementos que se puede esperar que continúen en el futuro. Y lo hace refiriéndose a dos aspectos concretos: en primer lugar, a la situación en el Oeste y, en segundo lugar, a algunas especulaciones acerca de posibles analogías con fenómenos similares en otras partes del mundo.
En Occidente
Por lo que respecta al mundo occidental, se detiene Taylor en el deslizamiento hacia el individualismo expresivo y la ética de la autenticidad, con un retroceso de la cristiandad “que será cada vez menos común que la gente se sienta atraída o mantenida dentro de una fe por alguna fuerte identidad política o de grupo, o por la sensación de que sostiene una ética fundamental para la sociedad”.
Se pregunta el autor por dónde estará el acceso a la práctica y al compromiso más profundo con la religión. “La respuesta está en las diversas formas de práctica hacia las cuales cada persona se sienta atraída en su propia vida espiritual”, por lo que cada uno tendrá una lealtad no conectada a una sociedad sacralizada, o una identidad nacional o de la pretensión de proporcionar la matriz indispensable para el orden civilizado común, puntos de anclaje de épocas anteriores.
Este análisis desarrollado hasta aquí está referido especialmente al mundo occidental y cristiano. Tras él, Taylor dedica páginas a la posible evolución fuera de Occidente o a una escala global, en la que destaca la manifestación de una violencia desacostumbrada atribuida, en muchos casos, a la religión. Sin embargo, la tesis del autor es que “gran parte de la implicación de la religión en la violencia en nuestro siglo debe entenderse como la elaboración de lo que se puede llamar luchas de identidad”, una identidad que desemboca frecuentemente en el nacionalismo.
Ocurre que grupos que luchan por definirse y alcanzar la identidad política, pueden incorporar la religión como una seña de identidad histórica.
Es el propio autor quien nos ofrece una conclusión a todo su ensayo: “todos los movimientos adelantados se compran a un precio: las revoluciones axiales con la idea de nuestro bien superior; la reforma occidental con la abolición del encantamiento y la represión del ritual colectivo y la creación del orden inmanente. […] Las variedades del pasado religioso que tienen un futuro pueden ser mucho mayores de lo que nos han hecho sospechar”.
Concluyendo
Las palabras de Sonia Rodríguez en la Introducción resumen a la perfección el contenido de este último bloque que presta su nombre al libro: “el objetivo de Taylor es dar cuenta de algunos vectores del desarrollo religioso que llegan hasta nuestro presente, con el fin de realizar algunas conjeturas provisionales sobre su posible continuación/alteración en el futuro”.
Y lo hace magistralmente el autor, no solo en este bloque, sino, en general, en toda la obra. Ofrece un análisis sociológico de gran envergadura, desarrollando su pensamiento fruto de la profunda reflexión que arroja sobre el fenómeno religioso. Partiendo de la situación actual, vuelve la vista atrás para tratar de explicar cómo se ha llegado a la realidad de hoy en día. Reconoce, lógicamente, la dificultad que entraña esbozar con exactitud su futuro, pero sí deja señaladas las tendencias, los raíles por los que, con casi total probabilidad, ha de discurrir cualquier aspecto del fenómeno religioso en el horizonte temporal.
No decepciona Taylor. Los artículos que componen este libro ya eran conocidos, pero ha sido tremendamente oportuno recuperarlos y reunirlos en un solo volumen.
Es cierto que los ejemplos que apunta el autor a lo largo de toda su exposición están referidos al mundo anglosajón en su gran mayoría; son análisis de situaciones en Estados Unidos o en el Reino Unido; pero eso no resta validez para que podamos distinguir muchos de los rasgos que aportan a otras realidades que nos son mucho más cercanas.
Índice
Introducción: La filosofía de la religión en la obra de Charles Taylor, por Sonia E. Rodríguez.
1. ¿Una modernidad católica?
2. Notas sobre las fuentes de la violencia: perennes y modernas
3. El futuro del pasado religioso
4. Desencantamiento-reencantamiento
5. ¿Qué significa el secularismo?
6. Die blosse Vernunft (La mera razón)
7. Peligros del moralismo
8. ¿Qué fue de la revolución axial?
Redacción T21
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850