Reseñas
El otro Dios. La queja, la amenaza y la gracia
Juan Antonio Martínez de la Fe , 29/12/2020
Ficha Técnica
Título: El otro Dios. La queja, la amenaza y la gracia
Autora: Marion Muller-Colard
Edita: Fragmenta Editorial, Barcelona, 2020
Colección: Fragmentos
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 128
ISBN: 978-84-17796-36-5
Precio: 12,90 euros
Este libro es una auténtica joyita. No solo por su contenido, profundo, sino por el estilo tan poético, a la par que cercano, que utiliza la autora. Se puede leer de corrido; no es muy extenso, aunque no le falta ni le sobra nada; pero su mayor virtud es la capacidad de hacernos reflexionar y meditar su propuesta.
Es otra manera de plantear el ya veterano problema del mal, un problema que ha sido abordado por filósofos y teólogos desde diferentes puntos de vista, pues no en vano ha sido piedra de toque para muchos; ante él, los caminos que se abren son pocos. Muchos se quedan en el cruce, otros se refugian en la religión y algunos más se aventuran por la senda del existencialismo o el nihilismo; pocos son los que lo orillan ignorando su interpelación.
La autora habla en primera persona. Su ensayo tiene su génesis en una dolorosa experiencia personal; su manera de afrontarla, su inicial rebeldía, su posterior comprensión y la serenidad hallada al final de su recorrido es lo que nos plantea en las páginas de su libro.
Su trayectoria encontró un paralelismo bíblico en la figura de Job y su traumática relación con Dios. Hombre devoto y cargado de bienes, tropezó con Satanás, que acudió al Señor para que le permitiera someterlo a durísimas pruebas: pérdida de su riqueza, pérdida de su salud y pérdida de sus amigos; y todo ello para comprobar si, aun en esas problemáticas circunstancias, su piedad y su fe permanecerían incólumes.
Se trata, pues, de un planteamiento cuasi contable, una manera de entender la relación con Dios que constituyera un cuidadoso detalle de lo que se da y se recibe. Como si hubiese un pacto, por el que el Señor concede bienes a quienes se portan bien con Él, siguiendo su senda y fiel cumplimiento de sus mandamientos. Y este estrecho punto de vista es el que pretende rebatir Marion Muller-Colard, con esta obra.
La Queja
En ese paralelismo entre experiencia personal y el relato de Job, la autora trata de explorar la Queja, con mayúscula, para diferenciarla de las quejas que nos pueden surgir con frecuencia. Job no se queja por la pérdida de sus bienes, ni por el sufrimiento físico, ni tan siquiera por la enfermedad. La Queja se produce ante el silencio de Dios, un dios del que se espera un comportamiento justo, que retorne en bienes la fidelidad a sus mandatos. Y sobre ese dios, Muller-Colard se declara agnóstica: “Porque creo en Dios, pero cada día exploro un poco más hasta qué punto no tengo conocimiento de ese Dios en el que creo”.
¿Qué perdió, pues, Job? Lo esencial. Pensaba estar rodeado de un cercado inexpugnable que le ofrecía seguridad. Y la Queja dibuja las barreras arrancadas. Perdida la seguridad, se logra ver la amenaza. Job perdió la confianza en ese Dios contractual que protegía su vida; ya no puede contar con ese Dios guardián que se había construido más o menos conscientemente.
La amenaza
La piedad que mostraba a ese Dios no le protegió de nada. Hoy, cuando el hombre descubre esa realidad, puede caer en la tentación de consagrar su vida a otros dioses que lo puedan cuidar. Y el miedo que esto le provoca contribuye a hacer de él un fanático del orden establecido. Aún no se ha encontrado nada que ayude a soportar la amenaza; una amenaza de falta de seguridad que nos lleva, indefectiblemente, a la Queja.
Una Queja que es “el despojamiento de cualquier arma mitológica frente a la Amenaza”. ¿Existe, pues, una justicia capaz de dominar la desgracia. Humildemente, Marion Muller-Colard reconoce que no cree “en una justicia inmanente. La piadosa máxima según la cual los caminos del Señor son inescrutables no basta, desde luego, para convencerme de lo contrario”.
Pero, a ese Dios que nos ha arrastrado fuera del cercado de todas nuestras garantías tenemos que dirigirle la palabra, plantearle preguntas insistentes, y hemos de arder en deseos de oír cada palabra de su boca. Porque en la alternativa de un Dios juez y un Dios sádico que permite nuestro mal cimentando su propia paradoja, comienza a dejarse entrever otro Dios: “Perdiste a un Dios funcional que demostró, con creces, no funcionar bien. Has encontrado a un Dios vivo que se te escapa y que persigues […] Entonces podemos empezar otra historia. Una historia de amor y de gracia: una historia gratuita sin sistema ni comercio”.
La gracia
La gracia. Si no una respuesta, sí es una invitación a tomar una posición frente al problema del mal: la importancia de ser, de existir, de vivir. Una invitación a repasar, junto con el Creador, los fundamentos inamovibles de la Creación: la gratuidad absoluta y sin concesiones que nos trajo al mundo, que nos hace ser, que nos hace vida en contraposición necesaria al caos. Dar las gracias por lo que fue, ya que todo lo que fue es lo opuesto al no-ser. La respuesta de Dios no tiene desperdicio: no ser una esperanza escatológica, sino un brote de vida ya cumplida. Es ese Dios que no se convierte en garante de mi seguridad, sino de la combatividad de lo vivo, de la que me invita a participar.
Las palabras de la autora al final de su libro resumen su postura: “Me pase lo que me pase es justo y bueno que el mundo sea, es justo y bueno que yo participe, aunque sea de manera efímera, en algo más grande que yo”. Sabias palabras.
Índice
Prólogo
La Queja
La Amenaza
La Gracia
Epílogo
Título: El otro Dios. La queja, la amenaza y la gracia
Autora: Marion Muller-Colard
Edita: Fragmenta Editorial, Barcelona, 2020
Colección: Fragmentos
Traducción: Rubén Martín Giráldez
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
Número de páginas: 128
ISBN: 978-84-17796-36-5
Precio: 12,90 euros
Este libro es una auténtica joyita. No solo por su contenido, profundo, sino por el estilo tan poético, a la par que cercano, que utiliza la autora. Se puede leer de corrido; no es muy extenso, aunque no le falta ni le sobra nada; pero su mayor virtud es la capacidad de hacernos reflexionar y meditar su propuesta.
Es otra manera de plantear el ya veterano problema del mal, un problema que ha sido abordado por filósofos y teólogos desde diferentes puntos de vista, pues no en vano ha sido piedra de toque para muchos; ante él, los caminos que se abren son pocos. Muchos se quedan en el cruce, otros se refugian en la religión y algunos más se aventuran por la senda del existencialismo o el nihilismo; pocos son los que lo orillan ignorando su interpelación.
La autora habla en primera persona. Su ensayo tiene su génesis en una dolorosa experiencia personal; su manera de afrontarla, su inicial rebeldía, su posterior comprensión y la serenidad hallada al final de su recorrido es lo que nos plantea en las páginas de su libro.
Su trayectoria encontró un paralelismo bíblico en la figura de Job y su traumática relación con Dios. Hombre devoto y cargado de bienes, tropezó con Satanás, que acudió al Señor para que le permitiera someterlo a durísimas pruebas: pérdida de su riqueza, pérdida de su salud y pérdida de sus amigos; y todo ello para comprobar si, aun en esas problemáticas circunstancias, su piedad y su fe permanecerían incólumes.
Se trata, pues, de un planteamiento cuasi contable, una manera de entender la relación con Dios que constituyera un cuidadoso detalle de lo que se da y se recibe. Como si hubiese un pacto, por el que el Señor concede bienes a quienes se portan bien con Él, siguiendo su senda y fiel cumplimiento de sus mandamientos. Y este estrecho punto de vista es el que pretende rebatir Marion Muller-Colard, con esta obra.
La Queja
En ese paralelismo entre experiencia personal y el relato de Job, la autora trata de explorar la Queja, con mayúscula, para diferenciarla de las quejas que nos pueden surgir con frecuencia. Job no se queja por la pérdida de sus bienes, ni por el sufrimiento físico, ni tan siquiera por la enfermedad. La Queja se produce ante el silencio de Dios, un dios del que se espera un comportamiento justo, que retorne en bienes la fidelidad a sus mandatos. Y sobre ese dios, Muller-Colard se declara agnóstica: “Porque creo en Dios, pero cada día exploro un poco más hasta qué punto no tengo conocimiento de ese Dios en el que creo”.
¿Qué perdió, pues, Job? Lo esencial. Pensaba estar rodeado de un cercado inexpugnable que le ofrecía seguridad. Y la Queja dibuja las barreras arrancadas. Perdida la seguridad, se logra ver la amenaza. Job perdió la confianza en ese Dios contractual que protegía su vida; ya no puede contar con ese Dios guardián que se había construido más o menos conscientemente.
La amenaza
La piedad que mostraba a ese Dios no le protegió de nada. Hoy, cuando el hombre descubre esa realidad, puede caer en la tentación de consagrar su vida a otros dioses que lo puedan cuidar. Y el miedo que esto le provoca contribuye a hacer de él un fanático del orden establecido. Aún no se ha encontrado nada que ayude a soportar la amenaza; una amenaza de falta de seguridad que nos lleva, indefectiblemente, a la Queja.
Una Queja que es “el despojamiento de cualquier arma mitológica frente a la Amenaza”. ¿Existe, pues, una justicia capaz de dominar la desgracia. Humildemente, Marion Muller-Colard reconoce que no cree “en una justicia inmanente. La piadosa máxima según la cual los caminos del Señor son inescrutables no basta, desde luego, para convencerme de lo contrario”.
Pero, a ese Dios que nos ha arrastrado fuera del cercado de todas nuestras garantías tenemos que dirigirle la palabra, plantearle preguntas insistentes, y hemos de arder en deseos de oír cada palabra de su boca. Porque en la alternativa de un Dios juez y un Dios sádico que permite nuestro mal cimentando su propia paradoja, comienza a dejarse entrever otro Dios: “Perdiste a un Dios funcional que demostró, con creces, no funcionar bien. Has encontrado a un Dios vivo que se te escapa y que persigues […] Entonces podemos empezar otra historia. Una historia de amor y de gracia: una historia gratuita sin sistema ni comercio”.
La gracia
La gracia. Si no una respuesta, sí es una invitación a tomar una posición frente al problema del mal: la importancia de ser, de existir, de vivir. Una invitación a repasar, junto con el Creador, los fundamentos inamovibles de la Creación: la gratuidad absoluta y sin concesiones que nos trajo al mundo, que nos hace ser, que nos hace vida en contraposición necesaria al caos. Dar las gracias por lo que fue, ya que todo lo que fue es lo opuesto al no-ser. La respuesta de Dios no tiene desperdicio: no ser una esperanza escatológica, sino un brote de vida ya cumplida. Es ese Dios que no se convierte en garante de mi seguridad, sino de la combatividad de lo vivo, de la que me invita a participar.
Las palabras de la autora al final de su libro resumen su postura: “Me pase lo que me pase es justo y bueno que el mundo sea, es justo y bueno que yo participe, aunque sea de manera efímera, en algo más grande que yo”. Sabias palabras.
Índice
Prólogo
La Queja
La Amenaza
La Gracia
Epílogo
Reseñas
La vida contada por un sapiens a un neandertal
Juan Antonio Martínez de la Fe , 18/12/2020
Ficha Técnica
Título: La vida contada por un sapiens a un neandertal
Autores: Juan Luis Arsuaga y Juan José Millás
Edita: Alfaguara, Penguin Random House, Barcelona, 2020
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 218
ISBN: 978-84-204-3965-5
Precio: 18,90 euros
Juan Luis Arsuaga ya había publicado un libro sobre este tema (Vida, la gran historia, Ediciones Destino, 2019), entre otros variados títulos sobre la evolución. No así Juan José Millás. La conjunción de un científico y un gran escritor da como resultado esta obra.
No está redactada de un tirón en el tiempo; sus capítulos reúnen una serie de encuentros entre ambos intelectuales, en los que Arsuaga, a través de visitas a diferentes puntos, va exponiendo a Millás una especie de píldoras de ciencia que, luego, Millás las hace digeribles para un público lector de gran espectro: su estilo cercano las hace muy asequibles mientras que la creatividad del escritor las hace muy atractivas. De algunos de estos encuentros se tenía noticia gracias a las intervenciones de Millás en el programa de Javier del Pino A vivir que son dos días, en la Cadena SER. Desde luego, encontrar huellas de ciencia en lugares como un sex shop, un parque infantil o un cementerio llama poderosamente la atención, pero, simultáneamente, nos abre los ojos hacia una senda que nos permite prestar atención a destacadas pistas científicas que, de ordinario, nos pasan desapercibidas.
Nos adentramos así en el asombro ante la Naturaleza; una Naturaleza en continua evolución que hace crecer hermosas plantas, desaparecer y nacer montañas, … Y entramos en el Valle Secreto donde el sapiens explica cómo los neandertales carecían de capacidad simbólica mientras desentraña su vida en las cuevas y sus intercambios, incluidos los de genes, con los sapiens.
La existencia de nuestra antepasada Lucy sirve para apoyar la importancia de la bipedestación; y cómo, además de la darwiniana selección natural que explica las adaptaciones ecológicas, existe otra de enorme importancia: la de la selección de pareja, que da motivo para indagar en el dimorfismo sexual, las características propias de cada uno de los géneros masculino y femenino.
Evolución
¿Y qué decir de la evolución? En palabras de Arsuaga, transcritas por Juan José Millás, la evolución “no tiene la estructura de un relato. No hay planteamiento, nudo y desenlace. La evolución es el mundo del caos”. Ella, la evolución, se ha manifestado, entre otros campos, en la división del trabajo, patente desde la aparición del Homo erectus, que destina a las mujeres las tareas de la agricultura, hecho que las ha convertido en su inventoras. Aspecto este cuasi tangencial en este capítulo del libro, mucho más extenso en contenidos.
Entran en escena Vesalio y Leonardo para explicarnos las diferencias entre anatomía y fisiología: la primera es la estructura, la segunda, la función. También entramos en ese prodigio de la bioingeniería que es la locomoción humana, en la que intervienen conceptos tan fundamentales como el centro de gravedad, la línea de gravedad y la base de sustentación, caso único entre los primates. Y nueva incursión en las teorías de Darwin, que no exigían una intervención externa para producir los efectos de la evolución.
Especie sociable
Somos una especie sociable. “En el ágora empieza el pensamiento, la comunicación, la política, el mercado, la economía. Es la negación de la naturaleza, el no-campo”. Si una cultura tiene espacios públicos, se trata de una civilización; si no los tiene, se trata simplemente de una agrupación. Las sociedades crecen en complejidad; en las más simples, sus dioses no intervienen en los asuntos de los hombres, pero en las más complejas sí se preocupan por ellos, son dioses prosociales que favorecen las conductas sociales y castigan a las antisociales.
Darwin aparece y desaparece en la obra de manera reiterada. Arsuaga da mucha importancia a la selección inconsciente en controposición a la selección consciente que es la que practicamos cuando, por ejemplo, tratamos la domesticación de los animales: se buscan cruces que permitan obtener una raza con las condiciones que deseamos que tengan; en el fondo, la domesticación consiste en el control de la reproducción. En este sentido, es destacable la explicación de cómo la selección inconsciente se produce de manera espontánea, mediante la competición entre los miembros de una especie; en el fondo, aunque parezca que en la naturaleza todo está vivo, en realidad, está casi todo muerto, pues es la desaparición de la mayoría no adaptada la que permite la adquisición de nuevas capacidades que permitan la supervivencia.
En una tienda de peluches
La entrada en una tienda de peluches da pie para explicar las características morfológicas que nos hacen atractivos los bebés y los cachorros de animales, lo que lleva a incidir nuevamente en el tema del control de la reproducción: se domestica cuando se decide quién se reproduce y quién no. Y otra afirmación importante: nosotros somos la especie domesticada del neandertal; y no ha habido quien nos haya domesticado, sino que nos hemos autodomesticado. Y en un proceso que no se ha detenido, pues la evolución avanza como una rueda que gira sobre sí misma, pero siempre avanza: cada vez somos más mansos y seleccionamos para la reproducción a los que son más mansos todavía.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los caracteres sexuales secundarios (los primarios son los que se relacionan con la reproducción) que distinguen a los hombres de las mujeres, tienen que ver con la elección de la pareja y han sido seleccionados a lo largo de la evolución, pero carecen de valor adaptativo. Explicaciones que Arsuaga dio a Millás en el ámbito de un sex-shop.
No faltan, por supuesto, reflexiones más metafísicas. Por ejemplo, cuando Arsuaga plantea que nuestro organismo se ha ido construyendo corrigiendo y tachando; pero no somos, dice, el resultado de una planificación, de un diseño, ya que la naturaleza carece de propósito. “Sin embargo, es capaz de crear estructuras biológicas con propósito. La naturaleza no busca, pero encuentra”.
Otro concepto que se desliza en la obra: la teoría de la mente. ¿En qué consiste? En darse cuenta de que los demás tienen ideas en la cabeza y establecer hipótesis respecto de esas ideas. Es muy importante, porque aquí se asienta la base de la manipulación y el engaño. Los animales carecen de una teoría de la mente, por lo que no pueden mentir. Y la teoría fue explicada a Millás con experimentos realizados con niños: la teoría de la mente está ya en la infancia, por lo que es un error asociar a un niño con un ser prehistórico.
Nacimiento de los estados
El tema de alimentación sirve de base para comentar el nacimiento de los estados. Un bosque da suficiente nutrición para un gran número de seres; pero, desde el momento en que se tala y se planta, la idea es la de alimentar a una sola especie. Con el almacenamiento surge la idea de bien; y, si se almacenan excedentes, aparece la estratificación social, la jerarquía: clanes, bandas, tribus, cacicatos y, por último, reinos o repúblicas, en definitiva, el estado.
Visita a un cementerio, porque es el lugar idóneo para exponer cómo la vejez y la muerte son los dos grandes problemas de la ciencia. ¿Por qué envejecemos? ¿Por qué morimos? Y una aclaración importante: hay que distinguir entre longevidad y esperanza de vida; la primera es una propiedad de la especie, mientras que la esperanza de vida es una edad media de muerte de sus individuos. ¿Qué quiere decir esto? Que, en la Edad de Piedra, la longevidad de nuestra especie era la misma que ahora, solo que entonces morían muchos niños, hecho que incide directamente en el cálculo de esa media de edad que es la esperanza de vida.
Concluyendo
Nos encontramos con un libro de muy fácil lectura, muy ameno, salpicado de anécdotas y de referencias a los entornos en los que Arsuaga va explicando diferentes aspectos de la vida a Juan José Millás. Pero no conviene distraerse: a lo largo de estas visitas a diversos lugares para aplicar las enseñanzas sobre la vida y la evolución, se van dejando caer reflexiones de hondo calado que conviene mantener y recordar. Desde luego, el “Sapiens” de este libro, que siempre procura ceñirse a lo empírico, no duda en avanzar sus tesis que exceden a lo estrictamente científico para adentrarse en planteamientos más filosóficos, compartidos por el “Neandertal”, que parece aceptarlos, aunque evidentemente hay quienes difieran de las conclusiones más metafísicas.
Es, en definitiva, un libro de muy recomendable lectura; su estructura dinámica a la par que con la amenidad que caracteriza el estilo de Juan José Millás, hacen de él una obra muy amena dirigida a un gran público.
Índice
Cero. La visita a los abuelos
Uno. El florecimiento del piorno
Dos. Todo es neandertal aquí
Tres. Lucy in the sky
Cuatro: La grasa y el músculo
Cinco. La revolución de lo pequeño
Seis. El bípedo portentoso
Siete. Refundando Bettonia
Ocho. No hay relojero
Nueve. Superpeluche
Diez. Dos patinadores
Once. Todos niños
Doce. Confianza en la paternidad
Trece. Las huellas remotas de sus pies
Catorce. No tan simple como parece
Quince. La dieta milagrosa
Dieciséis. Pasar a la posteridad
Título: La vida contada por un sapiens a un neandertal
Autores: Juan Luis Arsuaga y Juan José Millás
Edita: Alfaguara, Penguin Random House, Barcelona, 2020
Encuadernación: Rústica con solapas
Número de páginas: 218
ISBN: 978-84-204-3965-5
Precio: 18,90 euros
Juan Luis Arsuaga ya había publicado un libro sobre este tema (Vida, la gran historia, Ediciones Destino, 2019), entre otros variados títulos sobre la evolución. No así Juan José Millás. La conjunción de un científico y un gran escritor da como resultado esta obra.
No está redactada de un tirón en el tiempo; sus capítulos reúnen una serie de encuentros entre ambos intelectuales, en los que Arsuaga, a través de visitas a diferentes puntos, va exponiendo a Millás una especie de píldoras de ciencia que, luego, Millás las hace digeribles para un público lector de gran espectro: su estilo cercano las hace muy asequibles mientras que la creatividad del escritor las hace muy atractivas. De algunos de estos encuentros se tenía noticia gracias a las intervenciones de Millás en el programa de Javier del Pino A vivir que son dos días, en la Cadena SER. Desde luego, encontrar huellas de ciencia en lugares como un sex shop, un parque infantil o un cementerio llama poderosamente la atención, pero, simultáneamente, nos abre los ojos hacia una senda que nos permite prestar atención a destacadas pistas científicas que, de ordinario, nos pasan desapercibidas.
Nos adentramos así en el asombro ante la Naturaleza; una Naturaleza en continua evolución que hace crecer hermosas plantas, desaparecer y nacer montañas, … Y entramos en el Valle Secreto donde el sapiens explica cómo los neandertales carecían de capacidad simbólica mientras desentraña su vida en las cuevas y sus intercambios, incluidos los de genes, con los sapiens.
La existencia de nuestra antepasada Lucy sirve para apoyar la importancia de la bipedestación; y cómo, además de la darwiniana selección natural que explica las adaptaciones ecológicas, existe otra de enorme importancia: la de la selección de pareja, que da motivo para indagar en el dimorfismo sexual, las características propias de cada uno de los géneros masculino y femenino.
Evolución
¿Y qué decir de la evolución? En palabras de Arsuaga, transcritas por Juan José Millás, la evolución “no tiene la estructura de un relato. No hay planteamiento, nudo y desenlace. La evolución es el mundo del caos”. Ella, la evolución, se ha manifestado, entre otros campos, en la división del trabajo, patente desde la aparición del Homo erectus, que destina a las mujeres las tareas de la agricultura, hecho que las ha convertido en su inventoras. Aspecto este cuasi tangencial en este capítulo del libro, mucho más extenso en contenidos.
Entran en escena Vesalio y Leonardo para explicarnos las diferencias entre anatomía y fisiología: la primera es la estructura, la segunda, la función. También entramos en ese prodigio de la bioingeniería que es la locomoción humana, en la que intervienen conceptos tan fundamentales como el centro de gravedad, la línea de gravedad y la base de sustentación, caso único entre los primates. Y nueva incursión en las teorías de Darwin, que no exigían una intervención externa para producir los efectos de la evolución.
Especie sociable
Somos una especie sociable. “En el ágora empieza el pensamiento, la comunicación, la política, el mercado, la economía. Es la negación de la naturaleza, el no-campo”. Si una cultura tiene espacios públicos, se trata de una civilización; si no los tiene, se trata simplemente de una agrupación. Las sociedades crecen en complejidad; en las más simples, sus dioses no intervienen en los asuntos de los hombres, pero en las más complejas sí se preocupan por ellos, son dioses prosociales que favorecen las conductas sociales y castigan a las antisociales.
Darwin aparece y desaparece en la obra de manera reiterada. Arsuaga da mucha importancia a la selección inconsciente en controposición a la selección consciente que es la que practicamos cuando, por ejemplo, tratamos la domesticación de los animales: se buscan cruces que permitan obtener una raza con las condiciones que deseamos que tengan; en el fondo, la domesticación consiste en el control de la reproducción. En este sentido, es destacable la explicación de cómo la selección inconsciente se produce de manera espontánea, mediante la competición entre los miembros de una especie; en el fondo, aunque parezca que en la naturaleza todo está vivo, en realidad, está casi todo muerto, pues es la desaparición de la mayoría no adaptada la que permite la adquisición de nuevas capacidades que permitan la supervivencia.
En una tienda de peluches
La entrada en una tienda de peluches da pie para explicar las características morfológicas que nos hacen atractivos los bebés y los cachorros de animales, lo que lleva a incidir nuevamente en el tema del control de la reproducción: se domestica cuando se decide quién se reproduce y quién no. Y otra afirmación importante: nosotros somos la especie domesticada del neandertal; y no ha habido quien nos haya domesticado, sino que nos hemos autodomesticado. Y en un proceso que no se ha detenido, pues la evolución avanza como una rueda que gira sobre sí misma, pero siempre avanza: cada vez somos más mansos y seleccionamos para la reproducción a los que son más mansos todavía.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que los caracteres sexuales secundarios (los primarios son los que se relacionan con la reproducción) que distinguen a los hombres de las mujeres, tienen que ver con la elección de la pareja y han sido seleccionados a lo largo de la evolución, pero carecen de valor adaptativo. Explicaciones que Arsuaga dio a Millás en el ámbito de un sex-shop.
No faltan, por supuesto, reflexiones más metafísicas. Por ejemplo, cuando Arsuaga plantea que nuestro organismo se ha ido construyendo corrigiendo y tachando; pero no somos, dice, el resultado de una planificación, de un diseño, ya que la naturaleza carece de propósito. “Sin embargo, es capaz de crear estructuras biológicas con propósito. La naturaleza no busca, pero encuentra”.
Otro concepto que se desliza en la obra: la teoría de la mente. ¿En qué consiste? En darse cuenta de que los demás tienen ideas en la cabeza y establecer hipótesis respecto de esas ideas. Es muy importante, porque aquí se asienta la base de la manipulación y el engaño. Los animales carecen de una teoría de la mente, por lo que no pueden mentir. Y la teoría fue explicada a Millás con experimentos realizados con niños: la teoría de la mente está ya en la infancia, por lo que es un error asociar a un niño con un ser prehistórico.
Nacimiento de los estados
El tema de alimentación sirve de base para comentar el nacimiento de los estados. Un bosque da suficiente nutrición para un gran número de seres; pero, desde el momento en que se tala y se planta, la idea es la de alimentar a una sola especie. Con el almacenamiento surge la idea de bien; y, si se almacenan excedentes, aparece la estratificación social, la jerarquía: clanes, bandas, tribus, cacicatos y, por último, reinos o repúblicas, en definitiva, el estado.
Visita a un cementerio, porque es el lugar idóneo para exponer cómo la vejez y la muerte son los dos grandes problemas de la ciencia. ¿Por qué envejecemos? ¿Por qué morimos? Y una aclaración importante: hay que distinguir entre longevidad y esperanza de vida; la primera es una propiedad de la especie, mientras que la esperanza de vida es una edad media de muerte de sus individuos. ¿Qué quiere decir esto? Que, en la Edad de Piedra, la longevidad de nuestra especie era la misma que ahora, solo que entonces morían muchos niños, hecho que incide directamente en el cálculo de esa media de edad que es la esperanza de vida.
Concluyendo
Nos encontramos con un libro de muy fácil lectura, muy ameno, salpicado de anécdotas y de referencias a los entornos en los que Arsuaga va explicando diferentes aspectos de la vida a Juan José Millás. Pero no conviene distraerse: a lo largo de estas visitas a diversos lugares para aplicar las enseñanzas sobre la vida y la evolución, se van dejando caer reflexiones de hondo calado que conviene mantener y recordar. Desde luego, el “Sapiens” de este libro, que siempre procura ceñirse a lo empírico, no duda en avanzar sus tesis que exceden a lo estrictamente científico para adentrarse en planteamientos más filosóficos, compartidos por el “Neandertal”, que parece aceptarlos, aunque evidentemente hay quienes difieran de las conclusiones más metafísicas.
Es, en definitiva, un libro de muy recomendable lectura; su estructura dinámica a la par que con la amenidad que caracteriza el estilo de Juan José Millás, hacen de él una obra muy amena dirigida a un gran público.
Índice
Cero. La visita a los abuelos
Uno. El florecimiento del piorno
Dos. Todo es neandertal aquí
Tres. Lucy in the sky
Cuatro: La grasa y el músculo
Cinco. La revolución de lo pequeño
Seis. El bípedo portentoso
Siete. Refundando Bettonia
Ocho. No hay relojero
Nueve. Superpeluche
Diez. Dos patinadores
Once. Todos niños
Doce. Confianza en la paternidad
Trece. Las huellas remotas de sus pies
Catorce. No tan simple como parece
Quince. La dieta milagrosa
Dieciséis. Pasar a la posteridad
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850