Reseñas
Los hijos de los días
Redacción T21 , 10/05/2012
“Diciembre 27
El viajero
Matsuo Basho nació destinado a ser samurái, pero renunció a las guerras y fue poeta. Poeta caminante.
Un mes después de su muerte, allá por el año 1694, ya los caminos de Japón extrañaban los pasos de sus sandalias de paja y las palabras que dejaba colgadas en los techos que le daban albergue. Como éstas:”
Los días y los meses son viajeros de la eternidad.
Así pasan los años.
Viajan cada minuto de sus días quienes navegan la mar
o cabalgan la tierra, hasta que sucumben bajo el peso del tiempo.
Muchos viejos mueren en el viaje.
Yo sólo he sucumbido a la tentación de las nubes, las vagabundas del cielo.
Ficha Técnica
Título: Los hijos de los días
Autor: Eduardo Galeano
Edita: Siglo XXI España. Madrid, abril de 2012
Colección: Biblioteca Eduardo Galeano
Materia: Lengua y Literatura
Número de páginas: 440 págs.
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 978-987-629-200-9
PVP: 20 €
Los hijos de los días de Eduardo Galeano es un viaje en el tiempo y en el espacio que dura 366 días, (de un año bisiesto). Este viaje diario recorre la historia humana, abarcando el espacio planetario y situando los acontecimientos en un calendario de efemérides que recogen instantáneas de la vida de hombres y mujeres célebres o anónimos, de distintas épocas y lugares. En estas instantáneas el lector o la lectora pueden encontrarse con una cotidianidad rica en facetas de lo humano.
El diseño de la obra no obliga a una lectura uniforme. Las características de la misma permite una lectura libre: se puede seguir su cronología; también abrir aleatoriamente sus páginas y recrearse en la que emerja; o se puede jugar a encontrar relación entre la narración y aquellas fechas personalmente significativas. Cualquiera que sea nuestra elección, la obra nos sorprenderá con el inicio de una historia, con la descripción de un instante significativo para la vida de un protagonista o de una protagonista, o con el final de un proceso que irá acompañado, descrito o interpretado desde una mirada que descubre paradojas, por no seguir patrones al uso. Una mirada que nos destapa ángulos de la realidad y de sus personajes.
En el 1 de enero empezamos nuestra andadura y el autor nos enfrenta a lo arbitrario de un calendario:
Hoy
“Hoy no es el primer día del año para los mayas, los judíos, los árabes, los chinos y otros muchos habitantes de este mundo.
La fecha fue inventada por Roma, la Roma imperial, y bendecida por la Roma vaticana, y resulta más bien exagerado decir que la humanidad entera celebra este cruce de la frontera de los años.
Pero eso sí, hay que reconocerlo: el tiempo es bastante amable con nosotros, sus fugaces pasajeros, y nos da permiso para creer que hoy puede ser el primero de los días, y para querer que sea alegre como los colores de una verdulería”.
Y los días se echaron a caminar.
Y ellos, los días, nos hicieron.
Y así fuimos nacidos nosotros,
los hijos de los días,
los averiguadores,
los buscadores de la vida.
(El Génesis, según los mayas
Para cerrar, me llego hasta el 31 de diciembre con El viaje de la palabra en donde Galeano narra que:
“En el año 208, Serenus Sammonicus escribió en Roma un libro, Asuntos secretos, donde revelaba sus descubrimientos en el arte de la sanación.
Este médico de dos emperadores, poeta, dueño de la mejor biblioteca de su tiempo, proponía, entre otros remedios, un infalible método para evitar la fiebre terciana y espantar la muerte: había que colgarse al pecho una palabra y protegerse con ella noche y día.
Era la palabra Abracadabra, que en hebreo antiguo quería decir, y sigue diciendo:
Envía tu fuego hasta el final.”
A pesar de mi intención de cerrar, el libro se abrió en el 30 de agosto, (con el tradicional y olvidado tiempo de la recogida de la cosecha). La página nos habla del “Día de los desaparecidos”:
“Desaparecidos: los muertos sin tumba, las tumbas sin nombre.
Y también:
los bosques nativos,
las estrellas en la noche de las ciudades,
el aroma de las flores,
el sabor de las frutas,
las cartas escritas a mano,
los viejos cafés donde había tiempo para perder el tiempo,
el fútbol en la calle,
el derecho a caminar,
el derecho a respirar,
los empleos seguros,
las jubilaciones seguras,
las casas sin rejas,
las puertas sin cerradura,
el sentido comunitario
y el sentido común.”
Un día en que una lista inacabada de pérdidas nos demanda un nuevo comienzo, recordándonos lo que perdimos y haciéndonos caer en la cuenta, también, de que hemos dejado de sentir lo que realmente necesitamos…
Título: Los hijos de los días
Autor: Eduardo Galeano
Edita: Siglo XXI España. Madrid, abril de 2012
Colección: Biblioteca Eduardo Galeano
Materia: Lengua y Literatura
Número de páginas: 440 págs.
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 978-987-629-200-9
PVP: 20 €
Los hijos de los días de Eduardo Galeano es un viaje en el tiempo y en el espacio que dura 366 días, (de un año bisiesto). Este viaje diario recorre la historia humana, abarcando el espacio planetario y situando los acontecimientos en un calendario de efemérides que recogen instantáneas de la vida de hombres y mujeres célebres o anónimos, de distintas épocas y lugares. En estas instantáneas el lector o la lectora pueden encontrarse con una cotidianidad rica en facetas de lo humano.
El diseño de la obra no obliga a una lectura uniforme. Las características de la misma permite una lectura libre: se puede seguir su cronología; también abrir aleatoriamente sus páginas y recrearse en la que emerja; o se puede jugar a encontrar relación entre la narración y aquellas fechas personalmente significativas. Cualquiera que sea nuestra elección, la obra nos sorprenderá con el inicio de una historia, con la descripción de un instante significativo para la vida de un protagonista o de una protagonista, o con el final de un proceso que irá acompañado, descrito o interpretado desde una mirada que descubre paradojas, por no seguir patrones al uso. Una mirada que nos destapa ángulos de la realidad y de sus personajes.
En el 1 de enero empezamos nuestra andadura y el autor nos enfrenta a lo arbitrario de un calendario:
Hoy
“Hoy no es el primer día del año para los mayas, los judíos, los árabes, los chinos y otros muchos habitantes de este mundo.
La fecha fue inventada por Roma, la Roma imperial, y bendecida por la Roma vaticana, y resulta más bien exagerado decir que la humanidad entera celebra este cruce de la frontera de los años.
Pero eso sí, hay que reconocerlo: el tiempo es bastante amable con nosotros, sus fugaces pasajeros, y nos da permiso para creer que hoy puede ser el primero de los días, y para querer que sea alegre como los colores de una verdulería”.
Y los días se echaron a caminar.
Y ellos, los días, nos hicieron.
Y así fuimos nacidos nosotros,
los hijos de los días,
los averiguadores,
los buscadores de la vida.
(El Génesis, según los mayas
Para cerrar, me llego hasta el 31 de diciembre con El viaje de la palabra en donde Galeano narra que:
“En el año 208, Serenus Sammonicus escribió en Roma un libro, Asuntos secretos, donde revelaba sus descubrimientos en el arte de la sanación.
Este médico de dos emperadores, poeta, dueño de la mejor biblioteca de su tiempo, proponía, entre otros remedios, un infalible método para evitar la fiebre terciana y espantar la muerte: había que colgarse al pecho una palabra y protegerse con ella noche y día.
Era la palabra Abracadabra, que en hebreo antiguo quería decir, y sigue diciendo:
Envía tu fuego hasta el final.”
A pesar de mi intención de cerrar, el libro se abrió en el 30 de agosto, (con el tradicional y olvidado tiempo de la recogida de la cosecha). La página nos habla del “Día de los desaparecidos”:
“Desaparecidos: los muertos sin tumba, las tumbas sin nombre.
Y también:
los bosques nativos,
las estrellas en la noche de las ciudades,
el aroma de las flores,
el sabor de las frutas,
las cartas escritas a mano,
los viejos cafés donde había tiempo para perder el tiempo,
el fútbol en la calle,
el derecho a caminar,
el derecho a respirar,
los empleos seguros,
las jubilaciones seguras,
las casas sin rejas,
las puertas sin cerradura,
el sentido comunitario
y el sentido común.”
Un día en que una lista inacabada de pérdidas nos demanda un nuevo comienzo, recordándonos lo que perdimos y haciéndonos caer en la cuenta, también, de que hemos dejado de sentir lo que realmente necesitamos…
Datos del autor
Eduardo Galeano nació en Montevideo en 1940. Desde principios de 1973, vivió exiliado en la Argentina y en la costa catalana de España. A principios de 1985 regresó a Montevideo. Donde actualmente vive, camina y escribe. Es autor de varios libros, traducidos a numerosas lenguas. En ellos comete, sin remordimientos, la violación de fronteras que separan los géneros literarios.
A lo largo de una obra donde incluyen la narración y el ensayo, la poesías y la crónica, sus libros recogen las voces del alma y de la calle, y ofrecen una síntesis de la realidad y su memoria.
Ha recibido el premio José María Arguedas, otorgado por la Casa de las Américas de Cuba; la medalla mexicana del Bicentenario de la Independencia, el American Book Award de la Universidad de Washington; los premios italianos Mare Nostrum, Pellegrino Artusi y Grinzane Cazvour; el premio Dagerman, de Suecia; la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid y el premio Vázquez Montalbán del Futbol Club Barcelona. Fue elegido primer Ciudadano Ilustre de los países de Mercosur y fue también galardonado con el premio Aloa, de los editores de Dinamarca, y el primero en recibir el Cultural Freedom Prize, otorgado por la Fundación Lannan, en los Estados Unidos.
Eduardo Galeano nació en Montevideo en 1940. Desde principios de 1973, vivió exiliado en la Argentina y en la costa catalana de España. A principios de 1985 regresó a Montevideo. Donde actualmente vive, camina y escribe. Es autor de varios libros, traducidos a numerosas lenguas. En ellos comete, sin remordimientos, la violación de fronteras que separan los géneros literarios.
A lo largo de una obra donde incluyen la narración y el ensayo, la poesías y la crónica, sus libros recogen las voces del alma y de la calle, y ofrecen una síntesis de la realidad y su memoria.
Ha recibido el premio José María Arguedas, otorgado por la Casa de las Américas de Cuba; la medalla mexicana del Bicentenario de la Independencia, el American Book Award de la Universidad de Washington; los premios italianos Mare Nostrum, Pellegrino Artusi y Grinzane Cazvour; el premio Dagerman, de Suecia; la medalla de oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid y el premio Vázquez Montalbán del Futbol Club Barcelona. Fue elegido primer Ciudadano Ilustre de los países de Mercosur y fue también galardonado con el premio Aloa, de los editores de Dinamarca, y el primero en recibir el Cultural Freedom Prize, otorgado por la Fundación Lannan, en los Estados Unidos.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850