Da gusto ser autónomo. Me acabo de dar cuenta gracias a un amigo.
Por el lado político, tengo la suerte de vivir en el llamado Estado de las Autonomías. Unas Comunidades Autónomas eficientes en las que ya nunca más se van a producir los inadmisibles escándalos de algunos de sus gestores y su extrapolación a todos los ámbitos relacionados con cómo se reparten el dinero público (que es de todos, no de nadie; o sea, mío y suyo, querido lector) una parte de las personas e instituciones más poderosas. Porque las élites más putrefactas de contratistas y adalides de la colaboración público-privada están purgando por sus delitos. Como soy un iconoclasta, confieso que me alegro. Pero, sinceramente, creo que cuando nuestros hijos tengan nuestra edad la situación habrá mejorado mucho. O al menos este es el argumento consolador que les sugiero cuando intuyo que nos echan en cara la sociedad que les íbamos a dejar como herencia. Hace nada era impensable que la justicia procesara a muchas de las personas e instituciones que hoy ocupan las portadas de los medios de comunicación.
Por otro lado, trabajo por cuenta propia. Trabajar como autónomo es una maravilla que te permite ser creativo dedicándote libremente a lo que te apasiona. En mi caso, a explorar e impulsar ideas de futuro y cambios en empresas para que la sociedad viva un poco mejor dentro de unos años. Una reinvención continua. Algo que requiere crear necesidades que muchas veces la empresa no se había planteado, con argumentos más basados en la inspiración que en la metodología, el procedimiento y lo inmediatamente cuantificable. Tiene algunos pequeños inconvenientes, pero son menores porque se limitan a lo económico. Por ejemplo, encontrar el nivel de interlocución adecuado para vender a quien puede comprar, tener paciencia con los largos periodos de maduración que siempre requiere lo nuevo o financiar el trabajo considerando que los periodos de pago de una empresa suelen ser directamente proporcionales a su glamour. Insisto, menores si ponemos todo lo demás en el otro plato de la balanza. Aunque mi amigo Carlos me generó un escalofrío esta semana. Ha dejado de trabajar a los 65, porque era autónomo desde los 50 y cada año que trabajara le generaría una rebaja mayor en su pensión pública. Una injusta e ilógica paradoja del sistema, ya que solo computan las cotizaciones sociales de los últimos años. Pero confío en que cambiará pronto la forma de cálculo para no perjudicar al creciente número de compañeros de generación que nos encontraremos en esa situación durante los próximos años. Yo, desde luego, voy a luchar para que evolucione la normativa y seguro que lo conseguimos.
Una tercera dimensión es la autonomía personal, según se entiende cuando nos referimos a personas en riesgo de dependencia. Aquí también tengo la suerte de disfrutar de autonomía total, aunque es el tipo de autonomía más frágil y la que seguro que perderé y después disfrutaré durante más años. Solo cuestión de tiempo, porque se ha alargado la esperanza de vida pero no tanto la de vida autónoma. Por eso intento aprender del mundo de la discapacidad, ejemplo continuo de superación personal para muchas personas y familias que nos llevan unos años de ventaja a quienes pensamos que siempre mantendremos un estado físico y de salud como hasta ahora. Recuerdo que, para los mayores, tres cosas hay en la vida. ¿Salud, dinero y amor? Premio con la primera y la tercera. Y premio a quien acierte la segunda.
Por otro lado, trabajo por cuenta propia. Trabajar como autónomo es una maravilla que te permite ser creativo dedicándote libremente a lo que te apasiona. En mi caso, a explorar e impulsar ideas de futuro y cambios en empresas para que la sociedad viva un poco mejor dentro de unos años. Una reinvención continua. Algo que requiere crear necesidades que muchas veces la empresa no se había planteado, con argumentos más basados en la inspiración que en la metodología, el procedimiento y lo inmediatamente cuantificable. Tiene algunos pequeños inconvenientes, pero son menores porque se limitan a lo económico. Por ejemplo, encontrar el nivel de interlocución adecuado para vender a quien puede comprar, tener paciencia con los largos periodos de maduración que siempre requiere lo nuevo o financiar el trabajo considerando que los periodos de pago de una empresa suelen ser directamente proporcionales a su glamour. Insisto, menores si ponemos todo lo demás en el otro plato de la balanza. Aunque mi amigo Carlos me generó un escalofrío esta semana. Ha dejado de trabajar a los 65, porque era autónomo desde los 50 y cada año que trabajara le generaría una rebaja mayor en su pensión pública. Una injusta e ilógica paradoja del sistema, ya que solo computan las cotizaciones sociales de los últimos años. Pero confío en que cambiará pronto la forma de cálculo para no perjudicar al creciente número de compañeros de generación que nos encontraremos en esa situación durante los próximos años. Yo, desde luego, voy a luchar para que evolucione la normativa y seguro que lo conseguimos.
Una tercera dimensión es la autonomía personal, según se entiende cuando nos referimos a personas en riesgo de dependencia. Aquí también tengo la suerte de disfrutar de autonomía total, aunque es el tipo de autonomía más frágil y la que seguro que perderé y después disfrutaré durante más años. Solo cuestión de tiempo, porque se ha alargado la esperanza de vida pero no tanto la de vida autónoma. Por eso intento aprender del mundo de la discapacidad, ejemplo continuo de superación personal para muchas personas y familias que nos llevan unos años de ventaja a quienes pensamos que siempre mantendremos un estado físico y de salud como hasta ahora. Recuerdo que, para los mayores, tres cosas hay en la vida. ¿Salud, dinero y amor? Premio con la primera y la tercera. Y premio a quien acierte la segunda.
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Domingo, 1 de Marzo 2015
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Comentarios
Hay quienes siguen identificando a la Fundación Empresa y Sociedad como parte del movimiento de la RSC, RSE, responsabilidad social, sostenibilidad o como cada uno lo llame. No puedo más que agradecerlo, ya que empezamos a tocar esta música celestial hace ya veinte años, cuando en 1995 éramos una voz que clamaba en el desierto. Les invito a echar un vistazo a nuestros primeros pasos en nuestra web, mejor a lo que llamamos hitos históricos que al cuentecito que escribimos en marzo de 2011 .
Pero hace un tiempo que estamos de vuelta. Es una idea que ha generado criaturas tan poco atractivas en la mayoría de los casos que nos esforzamos por desligarnos de un sistema en el que conviven principalmente grandes empresas con infinitos consultores que les hacen la ola. Incluyo a medios que facilitan una comunicación desproporcionada respecto a la actividad realmente valiosa a cambio de la consabida publicidad. Así que nos hemos convertido en iconoclastas.
Resumo los motivos, como me pidió hace unos días un amigo que sabe cómo tirarme de la lengua. Quería que le diera unas pautas para mejorar la RSE, así que aproveché para despacharme. Mi propuesta fue que empezara por hacer una lista larga de las empresas que aparecen en los principales estudios, premios, índices y rankings. A partir de ahí, que formulara siete preguntas (mágico número bíblico) a cada empresa. La primera, sobre si opera directa o indirectamente en paraísos fiscales y paga los impuestos que tocan o escandalosamente menos que el asalariado medio. La segunda es sobre corrupción: ¿paga comisiones o tiene un tratamiento especial para políticos, partidos y similares para conseguir contratos públicos o cambios normativos? La tercera, si trata con los mismos criterios de igualdad y calidad de servicio a los grandes clientes institucionales que al ciudadano de a pie, sin pactar precios con los para otras cosas competidores ni abusar de los más vulnerables. La cuarta, cuáles son los plazos de pago a sus pequeños proveedores y qué supone en términos de financiación de su deuda. La quinta, sobre el presupuesto de comunicación y consultoría de su actividad en RSE en relación con el coste de la propia actividad. La sexta sobre la edad en la que se ha basado su última reestructuración en relación con la edad y condiciones de sus altos directivos y administradores. Y la séptima y última, qué innovaciones de negocio ha generado su RSE en los últimos años.
No nos damos cuenta, pero somos hormigas bailando mientras los osos se retiran de vez en cuando a conspirar. Luego vuelven y nos ponen a todos a decir amén. Las hormigas siempre pagan y los osos siempre se lo reparten, con formatos que van desde los paraísos fiscales, la corrupción de las contrataciones y las alianzas público-privadas, los pactos sobre precios o las tarifas de cualquier servicio que paguemos a escote. Para colmo, los osos se visten de majorettes de responsabilidad social y algunas hormigas les aplauden. Esta es la sociedad que seguimos construyendo, en la que todos tenemos nuestra parte de culpa por omisión. Acabaremos pagando IRPF por cobrar una pensión pública, porque los osos quieren más aún. Y si no, al tiempo.
Espero que mi amigo haga la lista y consiga apoyos para generar el cambio que tanta falta hace. Nosotros preferimos dedicarnos a construir un futuro ilusionante en torno al compromiso social de los empresarios (no es lo mismo un empresario que un directivo), trabajando más con la idea de “empresario y sociedad” que con la de “empresa y sociedad”. Construyendo un punto de encuentro e impulso para empresarios socialmente comprometidos, incorporando la cantera emprendedora y elaborando ideas activadoras para generar bienestar para quienes más lo necesiten más adelante. Todo ello con recursos estrictamente privados y formas de trabajar complementarias al tradicional sistema de sector público, empresarial y tercer sector. Porque apostamos por una sociedad en la que existan alternativas diferentes a las de siempre, más informales y cercanas a las personas. Más emocionales que racionales, disruptivas que metodológicas, futuribles que científicas. Humanas.
Difícil de explicar tanto contraste con un texto, así que les propongo que averigüen la dimensión de las diferencias entre uno y otro lado de la pared de este video
Pero hace un tiempo que estamos de vuelta. Es una idea que ha generado criaturas tan poco atractivas en la mayoría de los casos que nos esforzamos por desligarnos de un sistema en el que conviven principalmente grandes empresas con infinitos consultores que les hacen la ola. Incluyo a medios que facilitan una comunicación desproporcionada respecto a la actividad realmente valiosa a cambio de la consabida publicidad. Así que nos hemos convertido en iconoclastas.
Resumo los motivos, como me pidió hace unos días un amigo que sabe cómo tirarme de la lengua. Quería que le diera unas pautas para mejorar la RSE, así que aproveché para despacharme. Mi propuesta fue que empezara por hacer una lista larga de las empresas que aparecen en los principales estudios, premios, índices y rankings. A partir de ahí, que formulara siete preguntas (mágico número bíblico) a cada empresa. La primera, sobre si opera directa o indirectamente en paraísos fiscales y paga los impuestos que tocan o escandalosamente menos que el asalariado medio. La segunda es sobre corrupción: ¿paga comisiones o tiene un tratamiento especial para políticos, partidos y similares para conseguir contratos públicos o cambios normativos? La tercera, si trata con los mismos criterios de igualdad y calidad de servicio a los grandes clientes institucionales que al ciudadano de a pie, sin pactar precios con los para otras cosas competidores ni abusar de los más vulnerables. La cuarta, cuáles son los plazos de pago a sus pequeños proveedores y qué supone en términos de financiación de su deuda. La quinta, sobre el presupuesto de comunicación y consultoría de su actividad en RSE en relación con el coste de la propia actividad. La sexta sobre la edad en la que se ha basado su última reestructuración en relación con la edad y condiciones de sus altos directivos y administradores. Y la séptima y última, qué innovaciones de negocio ha generado su RSE en los últimos años.
No nos damos cuenta, pero somos hormigas bailando mientras los osos se retiran de vez en cuando a conspirar. Luego vuelven y nos ponen a todos a decir amén. Las hormigas siempre pagan y los osos siempre se lo reparten, con formatos que van desde los paraísos fiscales, la corrupción de las contrataciones y las alianzas público-privadas, los pactos sobre precios o las tarifas de cualquier servicio que paguemos a escote. Para colmo, los osos se visten de majorettes de responsabilidad social y algunas hormigas les aplauden. Esta es la sociedad que seguimos construyendo, en la que todos tenemos nuestra parte de culpa por omisión. Acabaremos pagando IRPF por cobrar una pensión pública, porque los osos quieren más aún. Y si no, al tiempo.
Espero que mi amigo haga la lista y consiga apoyos para generar el cambio que tanta falta hace. Nosotros preferimos dedicarnos a construir un futuro ilusionante en torno al compromiso social de los empresarios (no es lo mismo un empresario que un directivo), trabajando más con la idea de “empresario y sociedad” que con la de “empresa y sociedad”. Construyendo un punto de encuentro e impulso para empresarios socialmente comprometidos, incorporando la cantera emprendedora y elaborando ideas activadoras para generar bienestar para quienes más lo necesiten más adelante. Todo ello con recursos estrictamente privados y formas de trabajar complementarias al tradicional sistema de sector público, empresarial y tercer sector. Porque apostamos por una sociedad en la que existan alternativas diferentes a las de siempre, más informales y cercanas a las personas. Más emocionales que racionales, disruptivas que metodológicas, futuribles que científicas. Humanas.
Difícil de explicar tanto contraste con un texto, así que les propongo que averigüen la dimensión de las diferencias entre uno y otro lado de la pared de este video
Uno de los cambios más acelerados que se avecinan va a tener lugar en la comunicación entre las empresas y las personas. El poder de las personas gracias a la incorporación de las nuevas tecnologías está gestando un cambio disruptivo en la sociedad y en las relaciones personales, con un efecto especial en la economía del que algunas empresas ya empiezan a ser conscientes. Un campo de oportunidades para los pioneros.
Las personas se van a convertir en nodos de comunicación de marcas y empresas, receptores, sensores y emisores, que se convertirán en embajadores o detractores. Puertas adentro, también en nodos de experiencia y aprendizaje colaborativos. Todo ello gracias contenidos hipermedia multidispositivo, personalizados, abiertos, ubicuos y con carácter social.
Hoy la mayor parte de las empresas van muy por detrás de las personas en la forma de comunicar y en los dispositivos en los que se apoyan. Por ejemplo, existen más coches de empresa que tabletas o dispositivos móviles de empresa última generación, con el argumento de deslindar vida personal y profesional.
Algunos datos autoexplicativos, no suficientemente conocidos entre los primeros ejecutivos quizá porque “son de otra generación”:
Nuevos dispositivos
Compras online
Video
Brecha digital
Esta semana he visto dos ejemplos que me han parecido más que simbólicos:
Se abre el telón.
Hoy la mayor parte de las empresas van muy por detrás de las personas en la forma de comunicar y en los dispositivos en los que se apoyan. Por ejemplo, existen más coches de empresa que tabletas o dispositivos móviles de empresa última generación, con el argumento de deslindar vida personal y profesional.
Algunos datos autoexplicativos, no suficientemente conocidos entre los primeros ejecutivos quizá porque “son de otra generación”:
Nuevos dispositivos
- En 2013 se vendieron 184,4 millones de unidades de tablets y 1.810,3 de smartphones (Gartner)
- El crecimiento en el uso de Internet en España se concentra en personas con primera etapa de educación secundaria y en quienes tienen entre 45 y 54 años (ine/ONTSI, marzo 2014)
- El 70% de los internautas ya acceden a Internet fuera de su domicilio o lugar de trabajo, utilizando algún dispositivo móvil (móvil (63,2%), tableta o portátil (31,6%) u otro dispositivo de mano (videoconsolas, PDA…)).
- En 2010, el 50% de los usuarios usaba móviles como medio de acceso a internet. En 2012, el 79%. En 2010 un 7,2% de los usuarios usaba tablets como medio de acceso a internet en el hogar. En 2012, 30,7 (AIMC).
- El 90% del tiempo de conexión a internet en smartphone o tablet es a través de app (Nielsen).
Compras online
- El 37% de las compras online se realiza a través de smartphones, tablets y smarttv (Iniciativas Virtuales).
Video
- El 69% del tráfico en internet en 2017 será en formato video (Cisco).
- El video online contribuye a mejorar el conocimiento de un producto en un 74% (Cisco).
- El 93% de los emartketerers usaron video en 2013 (eMarketer).
Brecha digital
- Los smartphones están reduciendo la brecha digital. En India e Indonesia el smartphone es el principal dispositivo de acceso a la red (Ericsson).
- 6.000 de los 7.000 millones de habitantes del mundo tienen acceso a un móvil. Solo 4.500 a letrinas (Revista Science).
Esta semana he visto dos ejemplos que me han parecido más que simbólicos:
- El primero es el anuncio de Grupo Planeta de Planeta Hipermedia, una plataforma de aprendizaje online llamada a transformar el ya obsoleto mundo del elearning. Se presenta durante la última semana de septiembre, así que invito a que estén atentos.
- El segundo es la convocatoria que realiza CaixaBank a su premio Vida Activa, en el que invita a más de 500.000 clientes y amigos a presentar casos de personas mayores que se mantengan especialmente activas en la sociedad independientemente de su edad. Una convocatoria recibida en el móvil y dirigida no solo a segmento de los mayores, sino a todos ellos, incluso al de los jóvenes (LKXA). En este caso, con el título MI ABUELO MOLA. Toda una síntesis intergeneracional de contenidos y formatos que pueden ver pinchando aquí. E incluso participar en el envío de candidaturas.
Se abre el telón.
A un emprendedor le resulta más fácil conseguir una subvención, un viaje a Silicon Valley o una oficina que un cliente. A veces con mis impuestos.
La experiencia de secretaría técnica del Premio Comprendedor de la Fundación Empresa y Sociedad está siendo muy enriquecedora. No me resisto a compartir algunas ideas, a un día de que mañana día 15 de septiembre acabe el plazo para recibir candidaturas a las 12:00 del mediodía.
El objetivo del Premio Comprendedor es ayudar a que los emprendedores B2B consigan … ¡CLIENTES!
Partimos de la paradoja de que, incluso en los grandes programas de apoyo al mundo emprendedor, es más fácil conseguir una subvención, un business angel, un viaje a Silicon Valley o a Israel, formación en un master internacional, un espacio para alojarse, asesoramiento multidisciplinar de quien impulsa el programa que lograr que dicho impulsor compre los productos o servicios de sus emprendedores. Entre otras cosas, porque sus procedimientos de compra exigen una antigüedad, experiencia o solvencia que cualquier emprendedor todavía está en proceso de conseguir.
Hemos recibido hasta ahora 14 candidaturas en la modalidad de EMPRENDEDORES. Se trata de hacer un video de 1 minuto que ayude a transmitir las ideas anteriores. Empezamos con algunos meramente promocionales, desde puramente técnico a simpáticos selfies, pero poco a poco han ido apareciendo otros en donde el emprendedor (o la emprendedora) hablan como portavoces del mundo emprendedor, en primera apersona del plural en vez de en primera del singular. Las pueden ver pinchando aquí gracias a HITSBOOK, el emprendedor especializado en video marketing viral que nos está ayudando. Se admiten apuestas sobre lo que más le va a gustar al jurado. Y no digamos si en las apenas 24 horas que quedan para cerrar el plazo, recibimos alguna candidatura procedente de varios emprendedores en equipo, que aún podría ser.
Tenemos de momento menos candidaturas en la modalidad de EMPRESA. Parece que cuesta que una empresa considere que no merece un premio comprarle algo a un emprendedor. O es posible que el responsable lo haya hecho tan discretamente, porque sus sofisticados sistemas de compras no les permiten arriesgar tanto con proveedores todavía no consolidados, que prefiera no hacerlo público ni siquiera ante sus jefes. Hay incluso una anécdota de alguien que se ha presentado y a las horas ha retirado su candidatura. Hasta ahora, las mejores excepciones proceden del mundo de las empresas no demasiado grandes, quizá porque están más abiertas a la innovación y son más ágiles a la hora de decidir.
Algo parecido está ocurriendo en la modalidad de ADMINISTRACIONES PÚBLICAS, supongo que motivado por la complejidad de la normativa de contratación pública. Aquí la anécdota viene en forma de respuesta al correo de invitación, a la que un organismo de la Administración Central respondió diciendo que “hemos estado revisando su convocatoria y no nos ha parece que entre dentro de la temática de la compra pública”.
Espero que los propios emprendedores candidatos rompan este círculo animando a sus primeros clientes a que hagan público el sentido de su apuesta cuando decidieron apostar así por alguien que está dando sus primeros pasos. Pero supongo que en la primera edición de un premio como este no es sencillo.
Nos gustaría iniciar un debate y distintas líneas de conversación sobre estas ideas y las que sugieran. Por ejemplo, yo preferiría que mis impuestos se dedicaran no tanto a programas de emprendimiento o a subvencionar a emprendedores como a comprar sus productos.
El objetivo del Premio Comprendedor es ayudar a que los emprendedores B2B consigan … ¡CLIENTES!
Partimos de la paradoja de que, incluso en los grandes programas de apoyo al mundo emprendedor, es más fácil conseguir una subvención, un business angel, un viaje a Silicon Valley o a Israel, formación en un master internacional, un espacio para alojarse, asesoramiento multidisciplinar de quien impulsa el programa que lograr que dicho impulsor compre los productos o servicios de sus emprendedores. Entre otras cosas, porque sus procedimientos de compra exigen una antigüedad, experiencia o solvencia que cualquier emprendedor todavía está en proceso de conseguir.
Hemos recibido hasta ahora 14 candidaturas en la modalidad de EMPRENDEDORES. Se trata de hacer un video de 1 minuto que ayude a transmitir las ideas anteriores. Empezamos con algunos meramente promocionales, desde puramente técnico a simpáticos selfies, pero poco a poco han ido apareciendo otros en donde el emprendedor (o la emprendedora) hablan como portavoces del mundo emprendedor, en primera apersona del plural en vez de en primera del singular. Las pueden ver pinchando aquí gracias a HITSBOOK, el emprendedor especializado en video marketing viral que nos está ayudando. Se admiten apuestas sobre lo que más le va a gustar al jurado. Y no digamos si en las apenas 24 horas que quedan para cerrar el plazo, recibimos alguna candidatura procedente de varios emprendedores en equipo, que aún podría ser.
Tenemos de momento menos candidaturas en la modalidad de EMPRESA. Parece que cuesta que una empresa considere que no merece un premio comprarle algo a un emprendedor. O es posible que el responsable lo haya hecho tan discretamente, porque sus sofisticados sistemas de compras no les permiten arriesgar tanto con proveedores todavía no consolidados, que prefiera no hacerlo público ni siquiera ante sus jefes. Hay incluso una anécdota de alguien que se ha presentado y a las horas ha retirado su candidatura. Hasta ahora, las mejores excepciones proceden del mundo de las empresas no demasiado grandes, quizá porque están más abiertas a la innovación y son más ágiles a la hora de decidir.
Algo parecido está ocurriendo en la modalidad de ADMINISTRACIONES PÚBLICAS, supongo que motivado por la complejidad de la normativa de contratación pública. Aquí la anécdota viene en forma de respuesta al correo de invitación, a la que un organismo de la Administración Central respondió diciendo que “hemos estado revisando su convocatoria y no nos ha parece que entre dentro de la temática de la compra pública”.
Espero que los propios emprendedores candidatos rompan este círculo animando a sus primeros clientes a que hagan público el sentido de su apuesta cuando decidieron apostar así por alguien que está dando sus primeros pasos. Pero supongo que en la primera edición de un premio como este no es sencillo.
Nos gustaría iniciar un debate y distintas líneas de conversación sobre estas ideas y las que sugieran. Por ejemplo, yo preferiría que mis impuestos se dedicaran no tanto a programas de emprendimiento o a subvencionar a emprendedores como a comprar sus productos.
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Editado por
Francisco Abad
Coautor del libro "Dentro de 15 años", impulsor de cambios considerando megatendencias sociales (envejecimiento, comunicación hipermedia, emprendedores) y consejero independiente de empresas (www.abest.es). Fundador de la Fundación Empresa y Sociedad. @FranciscoAbadJ
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850