Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Hay un cuarto libro más del que voy a hacer de inmediato una reseña para “Revistadelibros” y su título corresponde al de esta postal. Es la 2ª edición de otro del mismo título, pero es un libro totalmente nuevo, no sólo por la puesta al día, sino porque el contenido es también distinto. La editorial es Tirant Lo Blanch, Valencia 2011 y tiene 559 pp. Hago ahora tan sólo una presentación de su contenido y ya comentaremos en su momento con más calma algunas de sus ideas maestras (cuando salga la reseña programada). Tamayo es un autor muy fecundo: más de 50 libros, de entre los cuales hay por lo menos una decena que trata específicamente de esta materia. En el “Prefacio”, Leonardo Boff, uno de los teólogos de más impacto, mundial, de este nuevo modo de hacer teología, escribe: “El libro de Juan José Tamayo, La teología de la liberación. En el nuevo escenario político y religioso, tiene algo de monumental. Tal vez nunca antes se había hecho una investigación tan amplia, que abarca todo el espectro de esta teología como nuevo paradigma, con amplios contenidos y exposición de las ideas de algunos de sus principales representantes. Prácticamente todo lo que es significativo en esta teología se encuentra contemplado en este volumen” (p. 15). El libro comienza con la fundamentación de por qué se denomina a la Teología de la Liberación (TL) un “nuevo paradigma”, exponiendo los fundamentos de esta denominación tras los pasos de Thomas S. Kuhn. Presenta a continuación el autor las condiciones (externas e internas) que hicieron posible que hace unos 40 años surgiera en la mente de diversos estudiosos del cristianismo en general y de la teología en particular la idea concreta de `profundizar en la siguiente idea: la teología puede y debe ser la palanca que sirva para la liberación de la inmensa mayoría de la población de la tierra, más de 65%, que vive oprimida por un sistema económico y social profundamente injusto. A esas gentes, cuya idea principal es simplemente sobrevivir, no se puede hablar de religión, salvación definitiva o espiritualidad, si antes no consigue mejorar su situación, de modo que le que quede un poco de otium y pueda pensar en algo diferente a la mera supervivencia. Las condiciones externas para el nacimiento de la TL fueron: · La irrupción y la visibilidad del Tercer Mundo en el panorama político y económico de la América hispano-portuguesa; · El fracaso de la política desarrollista que condujo a marcar más aún la brecha entre ricos y pobres; · La opresión de las dictaduras militares; el despertar de la identidad cultural latinoamericana; · El deseo de sacudirse la dependencia casi omnímoda de otras naciones y culturas, sobre todo del denominado “Imperialismo USA”; · La influencia del método marxista de análisis social e histórico de la situación que condujo a una mayor sensibilidad para con las masas super emprobrecidas. Las condiciones externas dentro sobre todo de la Iglesia católica (al movimiento se sumaron luego ciertas denominaciones protestantes, sobre todo metodistas) fueron: · El intenso deseo de una renovación pastoral y social; · El impulso del Concilio Vaticano II y su orientación hacia la Iglesia de los pobres; · La encíclica Populorum progressio, de Pablo VI que indicó nuevos caminos; · La Reunión de los obispos latinoamericanos en Medellín (Colombia) en 1968, que supuso un impulso formidable a la defensa de los derechos humanos por parte de la Iglesia y la denuncia de sus graves violaciones; · La fundación de comunidades eclesiales de base; · La “desclericalización” de la Iglesia, y · Las nuevas corrientes de la teología ecuménica. El libro de Tamayo continúa con la descripción del impacto, en pocio tiempo, de la TL: la actitud condenatoria del Vaticano; las repercusiones políticas del nuevo fenómeno religioso; la expansión de la nueva interpretación liberadora del cristianismo, una teología no meramente ideológica y aséptica, apartada de los problemas reales de las gentes, y la consecuencia de persecución e incluso martirio de ciertos dirigentes principales del nuevo movimiento. Es importante a continuación la exposición teórica de las bases de la TL: la explicación de cómo su método de investigación es interdisciplinar (utilización no sólo de la especulación teológica, sino de los métodos histórico-críticos, la sociología, antropología y las ciencias económicas y sociales); la fundamntación de una concepción de Dios más ajustada al pensamiento de hoy; la investigación histórica sobre Jesucristo como liberador; qué hacer hoy día con la interpretación, hermenéutica bíblica anquilosada durante 19 siglos; la crítica al modelo jerárquico de la Iglesia; nuevos paradigmas en la teología ético-moral, disciplina que se fija ante todo en la meta de la liberación del oprimido; nuevas orientaciones en la espiritualidad cristiana de acuerdo con su vertiente no sólo íntima, puramente interior, sino ante todo social y comunitaria; precauciones en la valoración de la religiosidad popular, etc. Me parece muy interesante el repaso, presentado en el libro, que la TL hace de otros paradigmas teológicos que se han puesto de relieve en el siglo XX y de cuya colaboración obtiene ideas muy fecundas, como la teología feminista, la vertiente ee una reflexión teológica sobre la economía y ecología, la teología indígena, en especial la afro-latinoamericana, la teología del campesinado, y ante todo el nuevo pluralismo religioso y la necesaria inclusividad (es decir, el paso del axioma “Fuera de la Iglesia no hay salvación” a un nuevo paradigma que no excluya ningún mediador histórico de la salvación (es decir, no se debe primar, por ejemplo, a Jesús sobre Mahoma o Buda en la mediación religiosa en otros ambientes culturales. La continuación del libro es un análisis de las ponencias debatidas en los Foros más importantes, mundiales formados en torno a la discusión de los paradigmas de la TL: el primero (cuyo lema era “Otro mundo es posible”) en Porto Alegre, 2005, y los siguientes en Nairobi (2007) y Belem de Pará en 2009. Los lemas generales que movieron todas las ponencias se generaron en torno a la idea de que “Dios no es neutral, sino que esta a favor de los pobres” (Desmond Tutu). La última parte de este interesante libro está dedicada a hacer una análisis de los máximos exponentes de la TL, junto con la exposición de las ideas precursoras de un personaje que se adelantó claramente a su tiempo: Fr Bartolomé de las Casas, como precursor del diálogo intercultural y de la mismísima TL. Nada menos que 250 páginas ocupa la exposición sintética, crítica a veces, de la ideología de los 25 teólogas y teólogos que han marcado el nacimiento, desarrollo y complección progresiva -pero aún inacabada, naturalmente- del nuevo paradigma teológico. El libro concluye con unas breves páginas que exponen siete “desafíos” de la TL al “Primer mundo”: · Del individualismo exagerado al sentir comunitario; · De la civilización de la opulencia a la austeridad compartida; · De la retórica de los derechos humanos a la defensa real y verdadera de los pobres; · Del apotegma “Fuera de la Iglesia no hay salvación” al nuevo dictum “fuera de la liberación de los pobres” no hay salvación; · De la historia como presunto progreso continuo a la historia como un cautiverio real de las gentes del que hay que liberarse; · De la razón instrumental que utiliza a los demás para beneficio propio a la razón compasiva; · De la Iglesia culturalmente monocéntrica a un cristianismo intercultural. En lo que más afecta, o específicamente, la TL a la temática de este Blog es la fundamentación de todo este nuevo paradigma en una hermenéutica bíblica nueva y sobre todo en un deseo de recuperar al Jesús histórico, en el que se cree que poder hallar las raíces profundas de este movimiento liberador en cuanto impulso cristiano. Aquí hay ciertos puntos discutibles que veremos cuando podamos hacer la reseña de la nueva ideología teológica, no sólo exponerla. Pero por ahora es bastante lo escrito. Saludos cordiales de Antonio Piñero. Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Martes, 14 de Junio 2011
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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