Escribe Antonio Piñero
Foto: Lápida de Tiberio Julio Abdes Pantera
Muchos me han preguntado acerca de lo que indica el título de esta postal. Y siempre he respondido que la noticia parece más bien un infundio y un bulo, aunque muchos judíos actuales lo crean a pies juntillas ya que lo dice el Talmud.
Naturalmente el Talmud [y en la obra posterior “Séfer Toledot Ieshu”: “Libro sobre la(s) generación (es) de Jesús”, que es un panfleto infame] representa aquí la opinión popular que los judíos tenían y siguen teniendo de la figura de Jesús: este es el gran enemigo público del judaísmo… y después Pablo. ¿Cómo no le van a faltar el respeto a Jesús, como alguno me han indicado? Lo extraño sería lo contrario. Indague el que lo desee en mis Blogs el tema “Jesús en el Talmud”, y que que tienen “Buscador”.
El Talmud se fecha entre los siglos V-VII d. C. Es por tanto muy tardío, Para el argumento contra Jesús, sin embargo, da igual.
Ahora bien, el origen de la acusación de que Jesús no era hijo de José sino de un legionario llamado Tiberio Julio Abdes Pantera (de origen fenicio que vivió desde el 22 a. C. hasta el 40 d. C. más o menos y del que se conserva una lápida sepulcral, cuya imagen está en Internet y reproduzco) no es propio del Talmud.
El texto latino dice:
Tib(erius) Iul(ius) Abdes Pantera
Sidonia ann(orum) LXII
stipen(diorum) XXXX miles exs(ignifer?)
coh(orte) I sagittariorum
h(ic) s(itus) e(st)
Dice el texto que
Pantera era fenicio; que murió a los 62 años
Estuvo en el ejército durante 40 años y que (probablemente) fue portaestanderte
Pertenecía a la Cohorte I de arqueros
Aquí está enterrado.
Pantera como padre de Jesús aparece ya hacia el año 170 d. C. en el discurso del filósofo Celso contra los cristianos titulado “Discurso verdadero”. El texto se ha perdido, pero se reconstruye perfectamente gracias a la exactitud de Orígenes cuando lo cita y luego pretende refutarlo en su obra “Contra Celso”, escrita probablemente hacia el 250. He aquí el texto reconstruido a partir de Orígenes “Contra Celso” I 7:
“Comenzaste por fabricar una filiación fabulosa, pretendiendo que debías tu nacimiento a una virgen. En realidad, eres originario de un lugarejo de Judea, hijo de una pobre campesina que vivía de su trabajo. Ésta, culpada de adulterio con un soldado llamado Pantero/a, fue rechazada por su marido, carpintero de profesión. Expulsada así y errando de acá para allá ignominiosamente, ella dio a luz en secreto. Más tarde, impelida por la miseria a emigrar, fuese a Egipto, allí alquiló sus brazos por un salario; mientras tanto tú aprendiste algunos de esos poderes mágicos de los que se ufanan los egipcios; volviste después a tu país, e, inflado por los efectos que sabías provocar, te proclamaste dios”.
Ustedes verán si el texto merece credibilidad histórica. La crítica rechaza unánimemente tal credibilidad.
Saludos cordiales de Antonio Piñero