CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero


Hoy escribe Antonio Piñero



Según dijimos en la nota anterior, pasamos a hora a describir en sus líneas esenciales cuál es la imagen o cuadro histórico de cómo ha actuado la tradición cristiana primitiva que ha tenido una importancia absolutamente decisiva para comprender el Nuevo Testamento. Este cuadro es el siguiente:


1. Tras el aparente fracaso de la misión de Jesús (la muerte en cruz), sus discípulos creen firmemente que ha resucitado y esperan su inmediata venida como mesías, es decir su parusía. Debido a la creencia en la resurrección de su maestro comienzan a investigar en las Escrituras diversos pasajes que justifiquen el fracaso de la cruz y los eventos de la Pascua (la resurrección sobre todo).

Al principio no hay ningún interés, o muy poco, en poner por escrito lo que se recuerda y dice sobre Jesús. Este recuerdo se produce sobre todo en las reuniones comunes litúrgicas donde se evocan sus hechos y palabras.

A poner por escrito esas acciones o palabras del Maestro se llega tan sólo por necesidades de la predicación o propaganda, especialmente cuando se apaga el fervor de la expectativa inmediata de la parusía o venida de Jesús. La primera acción comunitaria, por tanto, fue la transmisión oral de material sobre Jesús y su interpretación por medio de las Escrituras (lo que hoy llamamos Antiguo Testamento).

Estos dichos y hechos se transmiten de manera aislada, inconexa, sin datos de tiempo y de lugar. Son pequeñas unidades o “formas”.

2. La tradición sobre Jesús que se fijará por escrito más tarde en los Evangelios no se alimenta sólo de recuerdos puros, sino de una doble fuente:

a) de los recuerdos de dichos y hechos de Jesús;

b) y también de la interpretación, reconstrucción, recapitulación, resúmenes y puesta al día de ese material por profetas, apóstoles y maestros cristianos en la catequesis, actos litúrgicos y en la predicación misionera. Las leyes de transmisión crecimiento y fijación de todo este material son las propias de la tradición oral.

Los tres tipos de personajes que se acaban de nombrar son los tipos prominentes en esas comunidades, aún no jerarquizadas, del todo y que se regían en especial por quienes tenían en su mano la enseñanza, el contacto por el Espíritu con Jesús resucitado y con la divinidad en general y los que habían emprendido la tarea de convencer a otros que Jesús era el mesías verdadero que ya había llegado.

3. La fijación por escrito de las pequeñas unidades, o “formas” tenía su modo de proceder específico:

• Había una notable correspondencia entre la forma oral y la escrita;

• La plasmación del material no se regía por motiva¬ciones individuales, sino sociológicas: por los intereses y necesidades vitales y espirituales del grupo cristiano que lo transmite.

Por ejemplo, una iglesia, como la de Mateo, que mantenía notables disputas teológicas con los judíos circundantes sobre la interpretación de la Ley, recogerá con gusto y aplicará a su vida material sobre Jesús que trate de la Ley y de su interpretación por parte de Jesús : relatos polémicos con los fariseos y sentencias que interpretan las normas de la Ley.


4. El marco geográfico e histórico de las historias originales se perdió, pero se fue reconstruyendo o formando artificialmente después: en los evangelios canónicos este marco es claramente artifi¬cioso; es obra de los redactores o evangelistas.

5. Ciertas palabras de los profetas cristianos primitivos, pronunciadas en nombre de Jesús resucitado que los inspira con su Espíritu, se introducen dentro de la tradición del Jesús terreno sin ninguna marca distintiva especial, con lo que se confunden con éstas.

Por tanto, hay “palabras de Jesús” en los Evangelios que no son propiamente de éste, sino de los profetas primitivos que hablaron en su nombre. La explicación de este proceso es, pues: Jesús vive en la comunidad; los profetas inspirados participan de su mismo Espíritu. Lo que diga un profeta inspirado es como si lo dijera Jesús.

6. El resultado actual final de todo un largo y complejo proceso de transmisión y recopilación son nuestras fuentes canónicas (evangelios, principalmente, y otros escritos).

Los evangelios en concreto son el fruto de un proceso de tradición y redacción, junto con una historización posterior, es decir, la ordenación del material en forma de biografía de Jesús es un estadio muy tardío de la tradición.

7. El género literario que interesa para reconstruir en la posible la figura de Jesús es el Evangelio. El estudio de esta forma literaria al compararla con otras de la época helenistico-romana.

En primer lugar:

• No se pueden catalogar entre las obras dedicadas a escribir “historia”.

• Tampoco es posible tomarlos como “vidas” en el sentido de una biografía helenística,

• Ni como colección de historias y dichos en el sentido de los memoriales de la literatura antigua.

(Material tomado en parte de la Guía para entender el Nuevo Testamento, pp. 143-144).


Seguimos en la próxima nota

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com

Domingo, 8 de Agosto 2010


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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