Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Foto: Jesús de Nazaret idealizado como el “Pantocrátor”, el corresponsable de la creación del universo con Dios padre y corregente con él de cuanto existe. PREGUNTA: Soy una persona creyente, pero escéptica en dogmas y religiones, pues como usted sabe, el paso del tiempo, las manipulaciones e intereses durante tantos siglos, me sugieren una posición de incredulidad. Tan sólo, le pido que me permita preguntarle lo siguiente: ¿Existió Jesús de Nazaret y cree usted que es el hijo de Dios? ¿Qué tipo de persona era? Y por último a nivel personal, siempre he querido saber si cree en Dios. RESPUESTA: Me han preguntado esto mil veces…. Me parece increíble que la gente siga creyendo a libros y autores absolutamente mal informados que afirman, sin prueba seria, alguna que Jesús no existió, solo para llamar la atención y vender bien, si pueden, sus libros. Divido su pregunta, compleja, en partes. 1. Ciertamente, estoy convencido de que existió Jesús de Nazaret como persona humana, carpintero, u operario de la construcción especializado en madera, maestro de la Ley aficionado, muy religioso, etc., profundamente judío, que fracasó rotundamente en sus propósitos, fue apresado por los romanos y ajusticiado como rebelde/sedicioso contra el Imperio Romano. En mi Blog he escrito centenares de páginas al respecto. Utilice el buscador. Y creo que sobre ese personaje se montó otra personalidad que es el “Cristo celestial”, sobre todo a partir de Pablo de Tarso, siguiendo pautas de un desarrollo teológico muy judío. Este mejoramiento o idealización del hombre Jesús es pura teología y por tanto humana. La mezcla de las dos “personalidades”, el “Jesús de la historia” (para el que hay muchos paralelos en la historia de Israel y es perfectamente plausible + el “Cristo celestial” dio el denominado “Jesucristo”, quien como tal personaje complejo (historia más teología) solo existe en la mente humana. He editado un libro en colaboración, “¿Existió Jesús realmente? El Jesús de la historia a debate”, Editorial Raíces, Madrid, 2011, que le ruego lea si le es posible. Y ahora, hacia el 30 de septiembre sale otro libro mío, en la Editorial Trotta de Madrid, con el título “Aproximación al Jesús histórico”, donde el primer capítulo trata de nuevo el problema con claridad y espero, profundidad, y donde afirmo que una cosa es la existencia de Jesús de Nazaret y otra la existencia real de “Jesucristo” que es la mezcla de una persona humana y un concepto teológico. Léalo si puede. 2. Ni Jesús mismo, ni ninguno de los intérpretes independientes del Nuevo Testamento, e igualmente muchos exegetas confesionales, creyó que Jesús se pensara a sí mismo como hijo físico, óntico, real, de Dios. Eso es una especulación teológica tardía, una idealización del personaje, una apoteosis, una divinización en suma, que tiene lugar a lo largo de siglos y que culmina en los concilios de Nicea, Éfeso y Calcedonia (325; 380; 451). 3. ¿Qué tipo de persona era? Como todo hombre grande y de impacto, bastante complejo: probablemente él se creyó ante todo un profeta y el proclamador del reino de Dios a Israel. 4. No creo en el Dios tradicional, pero no soy ateo, sino agnóstico. Creo más bien, al estilo del filósofo Baruc Spinoza en “deus sive natura”. En mi opinión, Einstein, que también era judío, pensaba algo muy parecido. PREGUNTA: ¿Cuando hablamos de Dios nos referimos mas bien al Padre o a toda La Santísima Trinidad? RESPUESTA: A la verdad, me resulta difícil responder con seguridad a su pregunta, porque es difícil meterse dentro del pensamiento de la gente, aunque lo podamos adivinar más o menos. Pero, hecha esta salvedad, opino que la gente piensa en Dios, sin más, y luego como padre (con dudas). Creo que hay poca gente que cuando habla de Dios piense directamente en Jesús, eliminando al Padre, o bien en la Trinidad. Opino que pensar en la Trinidad es un acto expreso y reflexivo, por tanto, menos frecuente. PREGUNTA: ¿Deberíamos conceder crédito al hecho de que la sociedad judía conservara aún restos de matrilinealidad en época de Jesús? Si esto es cierto, el verdadero linaje judío se obtendría por vía materna y crearía una cierta contradicción con el supuesto linaje del Mesías, el de David, porque debería proceder de la línea de María, y no del linaje de José, como se afirma. Muchísimas gracias por todo su trabajo. RESPUESTA: No debemos conceder credibilidad alguna a esa hipótesis en la época de nacimiento de Jesús. Es inverosímil del todo punto. Además, en los dos evangelios que traen genealogías, Mateo y Lucas, se insiste claramente en la línea de David que acaba en José, por más que se añada que Jesús nace de María, de una mujer que es la esposa de José: ¡naturalmente! No podría ser de otro modo (Mt 1,16). Pero la intención es mostrar que José era un davídida. Y no se habla en absoluto en ese texto de adopción. Pero este hecho es un intento desesperado y tardío de intentar salvar una contradicción grave y evidente: no se puede conciliar el davidismo de Jesús, que viene de José, con la doctrina del “nacimiento virginal”, es decir, José nada tuvo que ver con el nacimiento del niño. Esta dificultad es prácticamente insuperable: ambos conceptos (davidismo por parte de José / concepción virginal) son contradictorios. Por último: Lucas dice claramente que María es “pariente” de Isabel, y de esta afirma expresamente que era descendiente de Aarón (Lc 1,5). Luego en todo caso, Lucas sostendría que María era también aarónida. Pero eso no vale para nada para el mesianismo de Jesús. El concepto general era que el mesías ¡ha de ser descendiente de David, no de Aarón! Saludos cordiales de Antonio Piñero http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html
Martes, 11 de Septiembre 2018
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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