Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Foto: Una joven siria condenada a muerte por lapidación a causa de un pecado de índole sexual PREGUNTA: Tengo una duda acerca de la lapidación judía en época de Jesús. ¿Hubiera sido posible que los dirigentes judíos hubieran acordado lapidar a Jesús por blasfemia o algo parecido? Tengo entendido que el sanedrín no tenía potestad para condenar a muerte. En ese caso me asalta esa duda. Se contrapone la potestad de los judíos para lapidar a alguien hasta la muerte por diversos motivos, y por otra parte el sanedrín no tenía potestad para condenar a muerte. ¿Qué opina usted de esa posibilidad de lapidación? Ya sabemos que la condena fue por motivos políticos y fue ejecutada por Roma. Pero ¿podrían haber aplicado la lapidación los judíos dirigentes, sin necesidad de acudir a Roma, en caso de haber sido otro reo distinto, por motivos religiosos? RESPUESTA: Es muy probable que lo pudieran haber hecho fácticamente –y suponemos que el Prefecto no se habría inmutado– si hubiere habido realmente una blasfemia. Supongo que la política de hechos consumados habría maniatado al Prefecto. Pero esto son suposiciones Pero lo más probable es que la acusación de blasfemia como tal no fueran determinante para las autoridades judías, ya que realmente era difícil probarla. Según los testimonios evangélicos, Jesús jamás pronunció el nombre de Dios y luego blasfemó contra él. Y la legislación judía era muy estricta en la época para condenar por blasfemia. Por tanto, es posible que sea una mera acusación forjada por los evangelistas para mostrar que los judíos condenaron a Jesús por motivos religiosos, no políticos. Sin embargo, una acusación política por parte de la cúpula de los dirigentes judíos era perfectamente convincente ante el Prefecto, Únanse Jn 11,47-50 y Lc 23,1-3 y se verá que lo de la blasfemia no tenía razón de ser. He aquí los textos: Jn 11,47-50: Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. 48 Si le dejamos que siga así, todos creerán en él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación.» 49 Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, 50 ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación.» Lc 23,1-3: Y levantándose todos ellos, le llevaron ante Pilato. 2 Comenzaron a acusarle diciendo: «Hemos encontrado a éste alborotando a nuestro pueblo, prohibiendo pagar tributos al César y diciendo que él es Cristo Rey.» 3 Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» El le respondió: «Sí, tú lo dices.» En mi opinión queda claro que a la cúpula judía no se le ocurrió lo de la acusación de blasfemia. Contra la enorme claridad de este texto de nada vale argumentar que el evangelista como persona creía que estas acusaciones eran falsas. En mi opinión es esta otra corriente de tradición, poco fundada y que apunta a un antijudaísmo incipiente por parte de los judeocristianos mismos, la que se encuentra en Mc 14,63-65: El Sumo Sacerdote le preguntó de nuevo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?» Y dijo Jesús: «Sí, yo soy, y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra del Poder y venir entre las nubes del cielo.» El Sumo Sacerdote se rasga las túnicas y dice: «¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Habéis oído la blasfemia. ¿Qué os parece?» Todos juzgaron que era reo de muerte. Si se lee detenidamente este texto, se observará que es una pura construcción intelectual judeocristiana la acusación de blasfemia, puesto que no hay delito alguno en proclamarse mesías (Cristo = ungido) e hijo del Bendito, pues eso era precisamente el Sumo Sacerdote, un ungido un hijo del Dios bendito, al igual que el mesías o el profeta que habría de venir. En síntesis: no creo que hubiese habido ocasión alguna de lapidar a Jesús. La acusación de blasfemia es una invención teológica judeocristiana contra los enemigos teológicos, los judíos, cuando ya se ha desarrollado entre los judeocristianos mismos la idea de que Jesús tras su resurrección era una entidad divina. En vida de Jesús jamás nadie pensó que Jesús fuese divino o se proclamase divino. Saludos cordiales de Antonio Piñero http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html
Jueves, 9 de Agosto 2018
Comentarios
|
Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
Secciones
Últimos apuntes
Archivo
Tendencias de las Religiones
|
Blog sobre la cristiandad de Tendencias21
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850 |