CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Literatura Pseudo Clementina. Las Homilías griegas.
Hoy escribe Gonzalo Del Cerro

Literatura Pseudo Clementina

Homilías IV-VI

La alegoría de los Mitos destruye la realidad de los dioses

El debate entre los amigos Clemente y Apión se enredaba en los laberintos complicados del sentido y explicación de los Mitos de los griegos. Huyendo Apión de la dialéctica de Clemente y de la lógica de la doctrina cristiana, acababa defendiendo el sentido alegórico de los Mitos. Ello comportaba problemas tan serios como la negación misma de la existencia real o histórica de los dioses. Los relatos alegóricos tenían una cierta realidad, pero solamente en el ámbito literario. Lo que para Plutarco tendría sentido de ficción, no de hechos sucedidos y comprobables. Las explicaciones alegóricas tenían una carga notable de belleza, pero muy lejos de lo que para Aristóteles representaba tò genómenon, “lo sucedido”.

Con razón afirman algunos autores que las obras pseudo clementinas tienen, entre otras cosas, una exposición de loa Mitología de los griegos. Una explicación amplia seguida de una interpretación desde puntos de vista cristianos. Pero la interpretación es una consecuencia de la mentalidad del autor, conocedor reconocido y confeso de sus conocimientos de los Mitos y de sus consecuencias morales. De acuerdo con los autores griegos, reconoce Clemente que “Hubo un tiempo en que nada existía, excepto el caos y una mezcla confusa de los elementos desordenados, todavía desorganizados. Esto lo reconoce la naturaleza, y los hombres grandes piensan que así eran las cosas” (Hom VI 3,1). Menciona a Hesíodo y Orfeo como autores de las doctrinas que están en la base de la construcción mitológica de la cultura religiosa de Grecia.

El Caos original y su evolución

En consecuencia, Clemente da explicaciones del origen del Caos y su evolución hasta el nacimiento de los seres vivos. “Para mí, afirma Clemente, Crono es el tiempo, y Rea es el principio fluido de la esencia húmeda. Porque toda la materia llevada por el tiempo, al rodearlo todo como un huevo, engendró el cielo esferoide” (Hom VI 5,1). La fuente de su dialéctica y de su argumentación brota de un conocimiento experimentado de lo que fue la cultura de sus padres y la suya propia antes de su encuentro con Pedro y la consiguiente transformación.

Plutón, rey del Hades

Continúa el relator explicando el origen y el destino de Plutón, como rey del Hades y de los muertos, partiendo de la doctrina de Orfeo. Cuando el huevo primitivo se desgarró, salieron diversas sustancias, de las cuales la más pesada y la más inferior descendió hacia abajo. Y precisamente por su gravedad, su peso y su gran cantidad de sustancia yacente recibió el nombre de Plutón, rey y señor del Hades y de sus habitantes. Se cuenta, dice Clemente, que esta sustancia fue devorada por el tiempo.

Poseidón, Zeus y Metis

La explicación alegórica de los Mitos deja en evidencia la irrealidad vital de los dioses, convertidos en meras ficciones y perspectivas de aspectos de la naturaleza. De esta manera, Plutón, “Esta primera y abundante sustancia, impura y áspera, fue devorada por Crono, el tiempo, naturalmente por su hundimiento en la profundidad. Después del primer sedimento, llamaron Poseidón al agua que confluye y que flota sobre la primera sustancia. Al restante tercero, el más puro y más eminente, llamaron Zeus porque era de fuego brillante a causa de su naturaleza hirviente. Pues como el fuego asciende hacia lo alto, no fue devorado por Crono, el tiempo, como las cosas inferiores, sino que, como ya he dicho, su naturaleza que es ígnea, vital y tiende a las alturas voló hacia el mismo aire, que es también el más prudente por su pureza. Zeus, pues, por su propio calor, es decir, su naturaleza hirviente, hace subir el simple y divino espíritu que queda en la humedad subyacente, al que denominaron Metis” (Hom VI 7).

Con semejantes criterios explica Clemente las “personalidad” de Palas, que es la inteligencia de Zeus, llamada Palas por sus palpitaciones. Lo mismo hace con Hera que es el aire, y por ser derivada de la purísima sustancia del éter y perteneciente a un conjunto de lo mejor, fue considerada hermana de Zeus. Luego, por estar como mujer sometida a su poder, fue juzgada como su esposa. Desde los mismos principios, presenta a Ártemis la virgen y a Dioniso, el agitador. Y por esas razones Deméter era la tierra, Proserpina era las semillas, Dioniso era el símbolo de la vid (Hom VI 9). Y así sucesivamente.

Saludos cordiales. Gonzalo Del Cerro









Domingo, 6 de Julio 2014


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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