CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero


Aun admitiendo ciertas nociones de los “espirituales”, Pablo no participa en absoluto de la mayoría de sus ideas y les opone las siguientes afirmaciones:

• Los que se creen espirituales no son tan perfectos en realidad, ya que él, Pablo, no pudo impartirles una doctrina profunda y sabia (simbolizada como “alimento sólido”), sino que debió darles algo más ligero (simbolizada como “leche”), como a los pequeñuelos:

“1 De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales; sino como a carnales; es a saber , como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no podíais, ni aún podéis ahora ; 3 porque todavía sois carnales, pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y divisiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres? 4 Porque diciendo el uno: Yo cierto soy de Pablo; y el otro: Yo de Apolo; ¿no sois carnales?” (3,1-4).
Por tanto, aunque se crean “espirituales”, son aún “carnales” en realidad, inferiores, sin plena sabiduría: 3,3. Tienen que seguir aprendiendo.

• La sabiduría que esos cristianos creen tener es en realidad imperfecta. La verdadera y única sabiduría es la de la cruz como sacrificio salvador de Jesús. Esto supone una inversión de valores, pues esta sabiduría de Dios, la cruz, parece una locura a los ojos de los hombres (1,17-25; 2,6-8; 3,18-22). Sus adversarios no insisten convenientemente en esta sabiduría.

17 Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el Evangelio; no en sabiduría de palabras, para que no sea hecha vana el madero del Cristo. 18 Porque la Palabra del madero a la verdad es locura a los que se pierden; mas a los que se salvan, es a decir, a nosotros, es potencia de Dios. 19 Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios, y reprobaré la inteligencia de los entendidos. 20 ¿Qué es del sabio? ¿Qué del escriba? ¿Qué del filósofo de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría de este mundo? 21 Porque en la sabiduría de Dios, por no haber el mundo conocido a Dios por sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación. 22 Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; 23 pero nosotros predicamos a Cristo colgado en el madero, que es a los judíos ciertamente tropezadero, y a los gentiles locura; 24 pero a los llamados, así judíos como griegos, Cristo es potencia de Dios, y sabiduría de Dios. 25 Porque lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres (1,17-25).

18 Nadie se engañe a sí mismo ; si alguno entre vosotros parece ser sabio en este siglo, hágase loco, para ser de veras sabio. 19 Porque la sabiduría de este mundo, locura es acerca de Dios; porque escrito está: El, que prende a los sabios en la astucia de ellos. 20 Y otra vez: El Señor conoce los pensamientos de los sabios, que son vanos. 21 Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro, 22 sea Pablo, sea Apolo, sea Cefas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, sea lo presente, sea lo por venir; que todo es vuestro, 23 y vosotros del Cristo; y el Cristo de Dios (3,18-23).

• A él mismo, Pablo, Dios reveló el contenido de la verdadera sabiduría (2,10-16), que es su Evangelio (9,1ss). Ahora bien, esta sabiduría no se expresa con palabras altisonantes, ni orgullosas, ni con desprecios hacia los demás, sino con un discurso humilde y sencillo (2,1-5), que no desprecia a nadie, que se hace todo a todos (9,22).

El “espiritual”, aunque lo sea en verdad, sigue estando sujeto a las leyes morales. No se puede ser un libertino en la práctica. Por ejemplo: el que frecuenta prostitutas deshonra su cuerpo (y su espíritu). Como cristiano tiene un cuerpo que es ya cuerpo de Cristo (6,12-20) y santuario de Dios (3,16-17).

15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues los miembros de Cristo, y los haré miembros de una ramera? De ninguna manera. 16 ¿O no sabéis que el que se junta con la ramera, es hecho con ella un cuerpo? Porque serán, dice, los dos (en) una carne. 17 Pero el que se junta con el Señor, un espíritu es. 18 Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 19 ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, (el cual está) en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 20 Porque comprados sois por (gran) precio; glorificad, pues, (y traed) a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios (6,15-20).

3,16 ¿O no sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruirá al tal, porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es (3,16-17).

Otro ejemplo: el impulso del verdadero Espíritu de Dios no lleva a anatematizar a Jesús, sino a exclamar “¡Jesús es el Señor!” (12,3).


• Las Escrituras, si se entienden bien (pues hablan en alegoría o en figura de lo que ha ocurrido en Cristo: 10,6.11) afirman igualmente la necesaria sujeción a las normas morales: los judíos del Antiguo Testamento se creían perfectos… como elegidos por Dios a través de Moisés (10,1-6). Pero los que no se atuvieron a las normas morales (es decir, los que cayeron en la fornicación o la idolatría) perecieron por voluntad de Dios (10,6-13). De la historia de Israel (10,11) se debe obtener una lección clara: el bautismo y la eucaristía no inmunizan contra el pecado y el castigo correspondiente.

Pablo niega en redondo la validez del aserto central de los “espirituales” de línea ascética, los que practicaban una ascesis sexual y sostenían que “Bien le está al hombre abstenerse de mujer” (7,1:) para liberarse de la materia, de toda atadura humana, “carnal”, que implicaba problemas como los ligados a la procreación. Pablo afirma claramente: el matrimonio es bueno y entra en el campo de elección de la libertad propia del cristiano: es bueno casarse (7,6.9.28)… y es bueno permanecer célibe (7,7).

Pero ¿qué prefiere en realidad el Apóstol? Lo veremos en la siguiente nota.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
www.antoniopinero.com



Viernes, 31 de Diciembre 2010


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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