NotasHoy escribe Antonio Piñero Continuamos con nuestro comentario sobre los personajes clave en la Alejandría del siglo V, a propósito de una serie de conferencias en Logroño hace unas semanas –como saben ya los lectores de este blog- pronunciadas por miembros del Grupo Lavrvs y suscitadas por el tratamiento de estos personajes en la película “Ágora” de Amenábar (guión de Mateo Gil). 3. Teófilo, el patriarca de Alejandría anterior a Cirilo aparece relativamente poco en la película de Amenábar, pero se halla en todo el trasfondo de la destrucción del Serapeum (templo y biblioteca dedicados al dios Serapis) tal como se muestra en unas de las secuencias de escenas más brillantes del film. Cirilo de Alejandría parece en todo momento seguir sus huellas en la película, tal como se muestra en la escena en la que él, ante la tumba de su antecesor, Teófilo, se cala en la cabeza por sí mismo la mitra episcopal. Muy probablemente, este dato no es histórico en cuanto que nadie, ni nunca en la Iglesia, puede legítimamente proclamarse obispo…, y menos patriarca de Alejandría. Los obispos en el siglo V eran elegidos por votación popular de la masa de los fieles. Y cuanto había algún turbio manejo, por ejemplo la inducción de un grupo entre los fieles para que eligieran a un sucesor –previamente designada por el patriarca que se sentía próximo a morir- la plebe de los creyentes tenía siempre el recurso a la revolución y los altercados callejeros. Teófilo gobernó la iglesia de Alejandría durante 28 años, con férrea mano. Si figura es muy ambivalente según las fuentes de las que disponemos, aunque parece que predominan los trazos negros. Como se opuso radicalmente a san Juan Crisóstomo y logró, en el 403, que un sínodo de obispos orientales reunidos en Calcedonia, un barrio de Constantinopla, lo expulsara de su cátedra episcopal y lo enviara al exilio, los amigos del exiliado, entre ellos nada menos que el papa León Magno hablaron y escribieron muy mal de él. Y estas opiniones han llegado hasta nosotros. Afirmaron, probablemente con razón, que fue un obispo violento y falto de escrúpulos, cuyas manos se mancharon sucesivamente de sangre y de oro. Parece también totalmente cierto que contribuyó a la eliminación del paganismo en Egipto por medios violentos, pues –con permiso del emperador Teodosio- arrasó, además del Serapeum, el Mytreum (templo dedicado a Mitra), y el santuario dedicado a Dioniso (en latín, Baco). Con sus piedras edificó iglesias cristianas en Alejandría. Otro punto oscuro de su vida fue su relación con la herencia intelectual del gran pensador y teólogo Orígenes, de Alejandría, muerto en el 253. Primero fue partidario decidido de su teología, pero de repente cambió de bando, con confusas razones, y parece que para llevarse bien con los monjes egipcios, todos antiorigenistas, hizo condenar al gran sabio y piadoso Orígenes en un sínodo de Alejandría en el 401. Como parte “positiva" podemos decir –por un lado- que se llevó muy bien con los monjes de Egipto, lo que visto desde el punto de vista de hoy no es muy favorable ya que fueron ellos, al parecer, los que movían a las masas violentas de cristianos en Alejandría. Y, por otro lado, es positivo el que se hayan conservado hasta hoy dichos de Teófilo dentro de una famosa colección de sentencias piadosas de los Padres denominada “Apotegmas de los Padres”, recogidas por los monjes. También es positivo dentro de la historia de la Iglesia el hecho de que Teófilo no debió de carecer de vigor intelectual, pues de él se ha conservado también una gran lista de obras suyas, desgraciadamente luego perdidas. De lo poco que queda ha sobrevivido su “Epistolario” junto sus 26 “Cartas Pascuales” o “Festales” (escrita para su diócesis a propósito de la festividad de la Pascua) y una serie de homilías, no sólo piadosas, sino llenas de notable teología. Para hacerse una importancia de estas "Cartas festales" basta con pensar una cosa: la Epístola Festa 38, de un patriarca anterior, buen teólogio, Atanasio de Alejandría, publicó "privadamente" (es decir para su diócesis, la lista oficial de libros sagrados del Nuevo Testamento por vez primera. Tuvo una importancia enorme, al distribuirse la Carta por todas las ciudades, para la fijación del canon del NT. En conjunto, sin embargo, parece que Teófilo fue un hombre más bien cruel, un político taimado y sin escrúpulos, violento y fanático. Su papel de malvado en la película esta más que justificado. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com ………………. En el otro blog de “Religiondigital”, el tema es: "Artículo de Fernando Bermejo" Saludos de nuevo.
Miércoles, 24 de Marzo 2010
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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