Notas
Hoy escribe Antonio Piñero
Hay un lector y preguntante del Blog y FBook que se queja de que él no dispone de los medios que yo tengo para publicar sus refutaciones a mis ideas. Por este motivo publico su carta y que cada lector piense lo que quiera. Intento ser lo más imparcial posible y no ser impositivo, pero, por lo visto, no lo logro. Consideraré más adelante si hago un comentario a este correo o bien dejaré que hable por sí mismo. A lo largo de años habré respondido a unas 15 preguntas, o más, de este lector. Si todo el mundo obrara como él, no podría seguir trabajando. Me tendría que dedicar solo al correo. Foto: Pintura mural antigua proporcionada por la Asociación española de Investigación sobre las mujeres. Estimado Señor: El 6 de junio del año pasado le envié un mail expresándole que desde los años 80 he venido leyendo artículos suyos sobre diversos temas relacionados con el cristianismo primitivo, y le pregunté: "¿Usted es cristiano católico?", y usted me contestó: "Soy cristiano cultural. Filólogo, racionalista, escéptico y agnóstico. Pero muy respetuoso", calificación personal que también publicó en alguno de sus artículos. Después de tanto tiempo, creo que ya es hora de expresarle realmente lo que pienso de usted, pues lo he estado evaluando a través de muchas preguntas que le he enviado vía mail (varias respondidas lacónicamente y otras sin contestar) y mediante los innumerables artículos y respuestas suyas a cientos de personas que buscan su "sabiduría". En todas esa fuentes, usted realmente demuestra que es un “cristiano” cultural, de lo cual yo entiendo que usted, Sr. Piñero, busca al Dios que quiere, en lugar del Dios que es. Su entendimiento y concepción de Dios es superficial, lo que le da la libertad para pensar y hacer lo que usted quiera, sin consideración ni respeto alguno al Creador y a quienes creemos en Él en forma absoluta, sin relativismo como el suyo. Sus convicciones no son espirituales, sino racionales y vacías, sin profundidad, cercanas al ateísmo. El Dios judío-cristiano que usted concibe es relativo, en lugar de un Dios existente y absoluto. Es triste leer sus comentarios tan vacíos, tan fríos, tan llenos de amargura. Hace más de 30 años vengo esperando para decirle que usted es un perfecto ignorante en materia de conocimiento historiográfico de la historia del cristianismo primitivo: en sus artículos y respuestas de los ignorantes que les escriben usted demuestra un tremendo desconocimiento, falta de comprensión de las Escrituras, ignorancia total de la naturaleza de la Biblia y del propósito del ministerio de Jesús; tergiversa los hechos relacionados con la historia de la Iglesia primitiva, con el ministerio de los apóstoles y miente abiertamente, sin mencionar las fuentes. Por ejemplo, usted escribió: “Jesús no fundó de ningún modo una Iglesia como empezó a entenderla ya la comunidad de Mateo hacia el año 90 d. C.”, contradiciendo al propio Jesús que, con autoridad, afirmó: “sobre esta roca edificaré mi iglesia” (Mateo 16: 18). ¿Usted tiene más autoridad que el Mesías? ¿Acaso Mateo escribió lo que quiso escribir? Y, ¿de qué comunidad de Mateo hacia el año 90 está hablando usted? No existe eso, o lo inventó usted u otros intelectuales agnósticos-racionales como usted. Debe saber que Mateo escribió el primer libro del Nuevo Testamento, hacia la cuarta década d.C. (No voy a entregar detalles). Realmente usted es un incompetente, porque ¿cómo un racionalista, escéptico y agnóstico (casi ateo) puede tener la capacidad de comprender la Palabra de Dios? ¿Cómo puede usted afirmar que Pablo creó la “muerte vicaria” de Cristo, si el mismo Jesús expresó que Él vino a dar su vida por la expiación del pecado de la humanidad (Juan 3: 16-17) y el apóstol Pedro manifestó antes que Pablo la naturaleza de la muerte de Cristo (Hechos 2: 36-39). Usted razona sin espíritu, sólo con el cerebro, por lo tanto jamás podrá entender las Escrituras en su verdadera dimensión y vivirá siempre sumido en la ignorancia e incompetencia. Usted no tiene autoridad para escribir respecto de un Ser divino como Jesús ni de la institución que Él creó para quienes creen en la naturaleza de Su misión y buscan hacer la voluntad de Su Padre. Usted nos falta el respeto a quienes creemos en la naturaleza divina de Jesucristo y de los libros del Nuevo Testamento. Estoy con plena capacidad cognitiva y documental para refutar cada una de sus afirmaciones contradictorias, falacias, tergiversaciones, incomprensiones, razonamientos y difamaciones hacia Jesús, los apóstoles y demás autores del Nuevo Testamento. ¡Es aberrante lo que usted hace! Lamentablemente no tengo los medios -como usted los tiene- para publicar mis refutaciones contra sus escritos, pero me conformo con decírselo a usted. Además, no tengo tiempo para escribir un trabajo de decenas de páginas para poner al desnudo sus equivocaciones. Usted, Sr. Piñero, es peor que el Sr. Conde Torrens, pues éste no sobredimensiona lo que ha hecho a raíz de su desconocimiento del cristianismo primitivo, pero usted ha estudiado ese cristianismo , su historia y sus sagrados escritos, aunque sus conclusiones son erradas. Por ejemplo, ¿cómo puede relacionar al primitivo cristianismo con la comunidad esenia, cuando las diferencias son abismantes entre ambos movimientos del siglo I d.C. Deseo terminar mi exposición con las mismas palabras de Pablo que transmití a Conde Torrens: “Quiero terminar este trabajo con unas maravillosas palabras del apóstol Pablo, que jamás un par de paganos podrían haber concebido: “Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen. Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los príncipes de este siglo conoció… Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural (como usted, Sr. Piñero) no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1ª Corintios 2: 6-14). Por eso usted se equivoca tanto, aunque todos le creen. Como yo no le creo debo decírselo, pues soy un cristiano que no calla ante el error y la mentira. Por último, espero no haberle ofendido con la franqueza que me expresado, y si ha sido así, le pido perdón. Yo sólo he defendido la Verdad de Dios ante el error de sus interpretaciones historiográficas sobre Jesús, los apóstoles, la Iglesia primitiva. Ya han sido siglos en que esa Verdad ha estado oculta producto de la intolerancia católico-ortodoxa-protestante. Saludos. Mañana descansaré cristianamente en el santo día del Señor, el Sábado, para ser bendecido: “Si retrajeres del día de Sábado tu pie, de hacer tu voluntad en Mi día santo, y lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado” (Isaías 58: 13-14). “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1ª Corintios 1:19) Si lo desea, no conteste este mail. Ha concluido mi comunicación con usted. Saludos cordiales de Antonio Piñero http://adaliz-ediciones.com/home/36-el-jesus-que-yo-conozco.html
Lunes, 27 de Agosto 2018
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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