CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
La formación del Nuevo Testamento y Roma según Klaus Berger (y II) (198-04)
Hoy escribe Antonio Piñero

Concluimos hoy nuestro comentario al libro de Klaus Berger, Los primeros cristianos. Editorial Salterrae, Santander, 2011. Sigo transcribiendo su epígrafe “¿Por qué la concentración en Roma?” (pp. 337-338)

“El Nuevo Testamento es un ‘reader’ (es decir, un ‘manual’ o ‘compañero de lectura’ para entender alguna materia; los ingleses emplean también la voz ‘companion’), un libro de lectura de la historia del cristianismo primitivo en perspectiva romana”.

Comentario: sólo precisaría: de un cristianismo primitivo, no "del cristianismo primitivo".

“El descubrimiento de esta perspectiva masiva es nuevo: no responde ciertamente a la idea que tenían de sí los autores concretos, Mateo, Marcos y Juan, pero sí a la óptica de la comunidad romana tras la muerte de ambos apóstoles el año 68/69”.

Comentario:

No acabo de entender el porqué de esta fecha –que no es la tradicional asignada por los críticos = hacia el 64 en la persecución neroniana, exclusivamente en Roma, tras el incendio de la ciudad, cuya culpa fue arrojada contra los cristianos por él mismo; Nerón murió el 9 de junio o julio del 68, si no me equivoco);

O bien, ¿está adoptada esta fecha para dejar espacio para una “segunda encarcelación de Pablo en Roma y así que pueda ser él el autor de las Pastorales? ¿O al menos de Colosenses?


“Tras la recapitulación de estas observaciones, ya no hay nada que objetar a la hipótesis de que los escritos del Nuevo Testamento fueron recopilados en Roma y de que en ellos se reflejan especialmente los intereses romanos. Se entiende que habrían sido posibles otras alternativas cuando se tiene en la mano la colección de todos los escritos cristianos surgidos hasta el 200 con algunas pretensiones canónicas (se refiere a la traducción Berger/Nord = Frankfurt 1999: Das Neue Testament und frühchristlichen Schriften [“El el Nuevo Testamento y los escritos cristianos primitivos; la idea es muy buena]). En esta colección el Nuevo Testamento apenas supone un tercio del total.


Comentario:

Habría que decir con más `precisión que se reflejan especialmente los intereses de la teología paulina desde ojos romanos, interesados en crear una “federación” de iglesias cristianas presididas por ella; así se explica que el obispo de Roma escriba categóricamente a la de Corinto (1ª Epístola de Clemente del año 96) como si su epíscopus (obispo) tuviera ya una cierta primacía (allí murieron Pedro y Pablo, y allí se guardaba la tradición de que Pedro había sido su primer obispo).

“Frente a la tesis de la recopilación romana del canon sorprende lo poco que este canon informa precisamente de Roma y de las circunstancias de la com unidad local. Roma apenas es escenario; es más bien el punto desde el que se construye como una ‘fuga’ musical, y lo mismo puede decirse del Apocalipsis de Juan”.

Comentario:

Klaus Berger no debería extrañarse de esta ausencia de preocupaciones `por Roma en sentido estricto, ya que el cristianismo primitivo es ante todo un fenómeno ideológico. Roma en sí no interesaba nada, sino como centro de poder expansivo de la ideología. Sólo preocupaba la transmisión de la figura y misión de Jesús desde una perspectiva universalista, puesto que Jesús no era para Pablo un mesías judío sino un redentor/salvador de las gentes del Imperio todo.

Jamás se preocupó Pablo de evangelizar a los germanos y de los habitantes de “mas allá de Tule (por emplear el título de la novela de Antonio Diógenes) porque allí no había ni judíos ni temerosos de Dios, ni adeptos de mentalidad abierta de las religiones de misterios que pudieran admitir su mensaje de salvación, universalista en potencia, y que pudieran ser convencidos de que lo único que importaba en aquellos momentos del fin del mundo inminente era salvarse en el marco de ese mundo que tocaba a su fin (más pronto o un poquito más tarde).

Y con esto concluimos nuestros comentarios al original libro de Klaus Berger.

Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Sábado, 27 de Agosto 2011


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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