CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

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Hoy escribe Fernando Bermejo

Hace tres años, Gonzalo Puente Ojea, embajador de España y escritor, publicó un libro titulado La cruz y la corona. Las dos hipotecas de la historia de España. Txalaparta, Tafalla, 2011. El autor tuvo la gentileza de hacerme llegar entonces un ejemplar, pero entre pitos y danzantes no encontré el momento para reseñarlo como se merecía. En estos días en que el establishment –políticos, empresarios, periodistas y otros turiferarios por supuesto exquisitamente demócratas– se dedica sin tapujos a la ceremonia de la exaltación de una institución –la monarquía– que constituye en sí misma la negación de la democracia, la lectura del libro de Puente Ojea puede ser un contrapunto de lucidez.

La perspectiva que inspira los textos que componen el volumen toma como punto de partida el análisis doctrinal y sociológico de la ideología monárquica como categoría tipológica de la tradición histórica de Occidente en el ámbito de las relaciones entre el poder político y el poder religioso, o mejor, formulado con los símbolos específicos del orbe cristiano, en el ámbito de las relaciones entre la Cruz y la Corona.

El libro combina de manera entretenida análisis teóricos e históricos con experiencias personales, de las que se deriva una visión de Juan Carlos de Borbón sensiblemente diferente a aquella expuesta en los medios de comunicación durante décadas, y que estos días se reitera ad nauseam en televisiones y diarios, y recoge también las vivencias del autor cuando en los años 60, en su calidad de Encargado de Negocios de la Embajada de España en Atenas, tuvo la oportunidad de conversar con frecuencia, y sin testigos, con el entonces príncipe: “Ya en nuestros primeros diálogos, me chocó su contundente apología de la persona de Franco […] Mostraba gran indiferencia sobre el mundo de la cultura y una notable insensibilidad ante los graves problemas derivados del sangriento enfrentamiento civil de 1936, ante la crueldad represiva de la dictadura franquista y la destrucción de las libertades. No era beato pero sí piadoso y temeroso de Dios al estilo tradicional […] Quedé desagradablemente sorprendido de su escasa atención a las convicciones constitucionales de su padre, y me pareció evidente que desestimaba la convicción que abrigaba el Conde de Barcelona de que una restauración monárquica debería y tendría que pasar por una ruptura formal con la pseudolegitimidad del Estado surgido de una contienda civil fratricida”.

El autor argumenta que tanto la propia institución de la Monarquía hereditaria como los Acuerdos con la “Sede Apostólica” sancionados en enero de 1979,y que consagran el régimen especial privilegiado de la Iglesia Católica, violan de modo flagrante y escandaloso el propio texto constitucional que habla de la igualdad de los españoles ante la ley “sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social”.

El libro de Puente Ojea se dedica, en suma, a pensar la colusión de dos poderes añejos –monarquía y jerarquías de la Iglesia católica– que encarnan la negación de la democracia, en particular en el devenir del “Estado democrático y de derecho” que es España desde hace unas décadas. De este modo, sirve para contribuir a denunciar la constante cuadratura del círculo que tiene lugar en este país en los ámbitos del poder y para desenmascarar su carácter vergonzoso: “También son censurables las reiteradas y desenfadadas violaciones del Rey o su Familia de la nominal no-confesionalidad del Estado en actos religiosos, civiles y castrenses –rayana en la impudicia son los esperpénticos abrazos del Monarca a la estatua de madera policromada del Apóstol Santiago en las sucesivas ofrendas de España al Apóstol para su anual intercesión cerca del Altísimo a fin de que haga la vista gorda sobre los pecados de nuestra nación y continúe dispensándole sus dones… ¡Qué país y qué Rey!”.

Asimismo, La cruz y la corona puede ayudar también a entender mejor algunos elementos de la situación presente, en que, a pesar del batacazo de las recientes elecciones de los partidos mayoritarios y de una considerable demanda social a favor de un referendo que permita al pueblo español optar por la República o la monarquía, los dirigentes de esos mismos partidos (que ya mostraron su respeto por la soberanía y la democracia al reformar el artículo 135 de la Constitución como quien no quiere la cosa) ya se han apresurado a ponerse de acuerdo para asegurar la continuidad de una institución que –repitámoslo– constituye en sí misma la negación flagrante de la democracia.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo

Miércoles, 4 de Junio 2014


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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