CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Filosofía china clásica, un nuevo libro de Herder
Hoy escribe Fernando Bermejo

Hubert Schleichert y Heiner Roetz, Filosofía china clásica, Herder, Barcelona, 2013, 412 pp. Traducción de Alejandro Peñataro Sánchez.

Una reseña de un libro dedicado a la filosofía china clásica en un blog dedicado a cuestiones de historia del cristianismo y de otras religiones quizás halle su justificación, ante todo, en el carácter debatido y problemático de la sabiduría china en relación a los propios conceptos de “filosofía” y “religión”. No en vano algunas de las principales corrientes de esta sabiduría, como el confucianismo y el taoísmo/daoísmo, se encuentran expuestas tanto en obras dedicadas a la historia de la filosofía como a las que versan sobre la historia de las religiones.

Aunque no es este el lugar para una discusión del estatus epistemológico de las corrientes de pensamiento y praxis desarrolladas en China, no será quizás superfluo observar que tales discusiones no han estado exentas de componentes políticos e ideológicos. Así, por ejemplo, algunos estudiosos chinos de corte progresista en la primera mitad del s. XX alabaron tendenciosamente el agnosticismo racionalista del confucianismo para demostrar al mundo occidental que, gracias al “confucianismo racionalista y agnóstico”, China había sido siempre un Estado moderado y lleno de equilibrio, intentando así probar que su país y ellos mismos eran capaces de ponerse a la altura de las ideas y los avances occidentales.

Sea como fuere, no hay duda del interés que presenta el pensamiento chino. Autores occidentales tan conocidos como Karl Jaspers y Albert Schweitzer le dedicaron mucha atención, en especial al confucianismo. En su obra de 1959 Los grandes filósofos, Jaspers se ocupó de Confucio y de Laozi. Entre los papeles póstumos de Schweitzer, gran estudioso del cristianismo antiguo, hay material, ya publicado, relativo a una historia del pensamiento chino (precisamente con un epílogo de H. Roetz).

La editorial Herder ha publicado ahora la traducción española de la obra de Hubert Schleichert y Heiner Roetz, editada originalmente en Alemania (Frankfurt) por la prestigiosa editorial Vittorio Klostermann en 2009 con el título Klassische chinesische Philosophie. Eine Einführung. Obsérvese, de entrada, el interés que presenta la doble autoría: Schleichert es catedrático emérito de Filosofía en la Universidad de Constanza (de él hay publicado también en castellano la obra Cómo discutir con un fundamentalista sin perder la razón), mientras que Roetz es un conocido sinólogo, profesor en la Universidad Ruhr de Bochum. La primera versión había sido obra de Schleichert, y en la segunda edición Roetz había participado, aunque sin figurar todavía como responsable del texto. La edición de 2009/2013 es ya una tercera edición en la que todo el texto ha sido revisado y en la que Roetz figura ya como coautor de pleno derecho. Esta revisión ha permitido corregir algunas críticas recibidas por la primera edición.

Por “filosofía china clásica” se entiende el pensamiento chino desde sus inicios registrados (s. mediados del s. IX a.e.c.) hasta la unificación del reino bajo los Qin en el 221 a.e.c. Resulta crucial tener en cuenta el contexto histórico-político de esta filosofía, de signo eminentemente práctico. La obra de Schleichert – Roetz trata el confucianismo clásico (Confucio y Mencio), las alternativas al confucianismo en las obras de Mo Di y Yang Zhu, el Daoísmo (Laozi y Zhuangzi), la corriente de los llamados “legalistas”, la obra de Xunzi, así como un capítulo dedicado a los dialécticos y lógicos.

El libro es muy informativo y está escrito con claridad. Uno de sus grandes aciertos, a juicio de quien esto escribe, es el de estar construido mediante una combinación de textos citados y comentario, lo que permite al lector ir conociendo la literatura mencionada e ir apreciando su carácter y su riqueza.

El lector familiarizado con los Evangelios percibirá por momentos la expresión de pensamientos similares en algunos puntos. Piénsese, por ejemplo, en la idea de ver la paja ajena y no ver la viga en el propio. Un pasaje del confuciano Mencio dice así:

“Mencio le dijo al rey Xuan de Qi: ‘Si un ministro de vuestra majestad encomienda a su mujer y a sus hijos a un amigo y se marcha de viaje, y cuando vuelve descubre que su mujer e hijos han pasado frío y hambre, ¿qué debería hacer?’. Y el rey dijo: ‘Se debería distanciar de un amigo así’. ‘Y si un general no es capaz de mantener en orden a sus tropas, ¿qué se debe hacer con él?’. El rey respondió: ‘Destituirlo’. ‘Y si el Estado no es gobernado (correctamente), ¿qué se tiene que hacer?’ Ante esta pregunta el rey miró hacia otro lado y se puso a hablar de otra cosa.”

La idea de ser moralmente generosos también respecto a los malos, en virtud de la idea de que Dios hace llover sobre buenos y malos podrá verse reflejada, por ejemplo, en el siguiente pasaje de Mo Di. “[El cielo] desea que los hombres se quieran y se ayuden los unos a los otros, en vez de odiarse o hacerse daño. ¿Y de dónde sabemos nosotros esto? Porque él ama y ayuda (es de provecho) a todos”.

La traducción, de Alejandro Peñataro Sánchez, es, en términos generales, magnífica. He detectado solo unos pocos gazapos. En la p. 66, por ejemplo, “grobe Schuhe” es traducido como “(zapatos) vastos” en lugar de “bastos”. En la p. 103, en la frase “Si reinara en la tierra un amor mutuo universal, de manera que se amase a las otras personas tal como uno se ama a sí mismo, entonces ¿acaso quedarían niños que olvidasen sus obligaciones?” la expresión “pflichtvergessene Kinder” debería traducirse como “hijos…” (como se traduce correctamente en el párrafo anterior). En la p. 107, la frase “Mo Di es el clásico pensador chino cuya filosofía requiere una justificación tan directa y concreta por parte del cielo (tian) que eventualmente se podría considerar como ‘religioso’” debería ser más bien “Mo Di es el único pensador chino clásico... (der einzige klassische chinesische Denker)”.

Estos y algunos otros errores son del todo menores y no desmerecen en absoluto la estupenda traducción de un libro que ha sido editado con buen sentido y con buen gusto por la editorial Herder, a cuyos responsables en España solo podemos felicitar por esta magnífica iniciativa. Cualquier interesado en la historia del pensamiento leerá este estupendo libro con deleite y con provecho.

Saludos cordiales de Fernando Bermejo

Martes, 23 de Julio 2013


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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