NotasHoy escribe Antonio Piñero Vanderkam y Flint recogen algunas concomitancias entre la teología del grupo subesenio de Qumrán y la del desconocido autor de la Epístola a los Hebreos que, por cierto, recuerden los lectores, se agregó durante la posible negociación entre iglesias paulinas que dio origen al canon del Nuevo Testamento. Opino que al número 13, que formaban el corpus de cartas paulinas (para nosotros hoy 7 genuinas + 6 de discípulos; para ellos, todas genuinas) se añadió Hebreos de modo que se alcanzara un número perfecto = 7 + 7: 14. Lo que destacan ante todo Vanderkam y Flint es que el autor de Hebreos –en contra de toda perspectiva historicista, y haciendo uso de la alegoría o de la imaginación- hace de Jesús un “sacerdote”, celestial…, ¡y un sacerdote que no era ni siquiera de la tribu de Leví (condición indispensable para ejercer como sacerdote en el judaísmo), sino la de la tribu de Judá! Para resolver este problema teológico -creado por la teología en contra de la historia vital de Jesús, un personaje totalmente laico- el autor de Hebreo hace retrotraer el “sacerdocio” de Jesús a un personaje más antiguo que Leví, Melquisedec, “que no tenía padre ni madre” y que era sacerdote de un orden sacerdotal totalmente antiguo y designado por Dios. Y a la vez, Vanderkam y Flint ponen de relieve que esta invención teológica del autor de Hebreos no estaba exenta de antecedentes. Estos se hallan en las ideas de los esenios qumranitas expresadas sobre todo en el texto sobre Melquiedec en la Cueva 11 = 11QMelk. Aunque el interés qumranita en el personaje produce ideas diferentes a las luego cristianas, hay concomitancias interesantes, que nosotros hemos señalado ya más de una vez en otras notas del Blog, o en escritos diversos. Son las siguientes: Este personaje dibujado en Qumrán tiene rasgos “mesiánicos”: • En los últimos días y bajo la égida de Melquisedec Dios hará que los pobres y cautivos encuentren su liberación: habrá remisión de deudas y sobre todo liberación de los prisioneros. El texto de Qumrán presenta a estos cautivos como gente que ha caído en esa situación por ser rehenes de Belial, es decir por haber pecado y haberse pasado al bando de Satanás. • Melquisedec tiene funciones como juez escatológico. • La actuación de Melquisedec es de algún modo expiatoria. Para Hebreos, Jesús traspasa el velo del Santuario –como el Sumo Sacerdote el día de la Expiación (Yom Kippur), mediante su propio sacrificio, y logra la expiación una vez por todas: ya no son necesarios nunca más ulteriores sacrificios. El Melquisedec de Qumrán está vinculado de algún modo con el Yom Kippur y la idea de expiación: “Entonces el Día de la Expiación, tras el décimo período jubilar (= cerca del final de los días), cuando (Melquisedec) expíe por todos los (hijos de la) Luz y por el pueblo predestinado para Melquisedec (es decir, para ser juzgado, positivamente, por él, después de la expiación). En síntesis: en Qumrán –como hemos visto ya- se anticipan rasgos mesiánicos que los cristianos atribuirán a Jesús. Esos rasgos incluyen funciones “sacerdotales” (aunque el Jesús histórico jamás lo fuera; pero se trata del Jesús pensado después de su resurrección). Ahora bien, en Qumrán se pensó en un doble mesías (Regla de la Comunidad): junto con el mesías guerrero vendría un mesías sacerdotal, que enseñaría al pueblo la Ley y que espiaría con ellos, al final de los días. Quedaría así inaugurada la era mesiánica. La teología cristiana es tan semejante a la qumranita en estos aspectos mesiánicos de una figura humana pero de algún modo "divnizada" (no se explica el cómo; sólo se saabe -y eso es lo que importa- que está junto a Dios y que participa de sus poderes) que hay que pensar en una “atmósfera teológica común”. Nada se inventa de la nada en el judeocristianismo naciente- Saludos cordiales de Antonio Piñero. Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com
Sábado, 5 de Febrero 2011
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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