NotasHoy escribe Antonio Piñero Tema: Autoconciencia mesiánica de Jesús deducida del testimonio completo de los Evangelios. En contra de lo que afirmamos en la nota anterior, el conjunto de los textos sinópticos, y sobre todo el Evangelio de Juan, nos presentan a un Jesús bien alejado de los demás revolucionarios y sedicentes mesías de su tiempo. Es lícito, pues, preguntarse: ¿hubo en nuestras fuentes un cierto cambio de un Jesús mesías tradicional, belicoso, o al menos no opuesto explícitamente a la violencia contra los enemigos de Dios, por la de un Jesús pacífico? Reduciéndola a sus más escuetos términos y simplificándola, es ésta es la conocida tesis de S. G. F. Brandon (Jesus and the Zealots. A Study of the Political Factor in Primitive Christianity/ “Jesús y los celotas. Estudio del factor político en el cristianismo primitivo, Manchester 1967), para quien Jesús era un simpatizante, al menos, o un propalador de los ideales de Judas el Galileo. Es decir, Jesús pudo no ser un militarista estricto, puesto que no formó ejército alguno contra los romanos y esperaba que Dios hiciese un milagro para instaurar su reino, pero no era un aborrecedor per se de la violencia, a la que podía mirar con cierta simpatía, es decir, como un cieto mal necesario para la implantación del Reino. El inicio de la tesis de Brandon se apoya en el historiador judío Flavio Josefo, Antigüedades de los judíos, XVIII 23 y Guerra de los judíos II 118, que considera que Jesús va en la línea de este mencionado Judas Galileo, quien pretendía con su predicación contribuir a barrer a los romanos de Palestina para que se instaurase la verdadera autoridad de Dios en el país. Dice Josefo en concreto: "Cierto varón, por nombre Judas el Galileo, incitó a la rebelión a sus paisanos, insultando a quienes consentían en pagar tributo al César y a quienes teniendo a Dios (como Señor) soportaban a dueños mortales": Guerra 2, 118, También cita Josefo otros pretendientes mesiánicos de la época que tienen cierto parecido con Jesús; los más importantes fueron dos: en Antigüedades XX 97: Teudas; en Antigüedades XX 169: "el profeta egipcio". Esta tesis de Brandon (incoada en algunas publicaciones anteriores a las citadas) fue durísimamente criticada por eruditos posteriores, en especial en el libro de E. Bammel - C. F. D. Moule (eds.), Jesus and the Politics of his Day/ “Jesús y la política de su tiempo”. Cambridge 1984, que es una especie de Summa contra Brandon, en nuestra opinión no totalmente acertada. Tanto antes como después encontramos un resumen de las críticas a Brandon en diversas artículos de W. G. Kümmel (el sucesor de Rudolf Bultmann en Marburgo) sobre la "Jesusforschung" (“Investigación sobre Jesús”) en la revista Theologische Rundschau 22 (1954) 151-153; 41 (1976) 230-233; 45 (1980) 385-387, y, especialmente, en 54 (1989) 21-22. La más moderna crítica a Brandon que conozco (sin especial detención en argumentos; simplemente se afirma que no tiene) razón se encuentra en Fr. Bovon, L’Évangile selon Luc 19, 28-24, 53 (volumen IV de su comentario al Evangelio de Lucas), Editorial Labor et fides, Ginebra, 2009, pp. 43 y 81. En nuestra opinión, hay en la tesis de Brandon --en lo que escribe Max Wilcox (un excelente resumen en el artículo "Jesus in the Light of his Jewish Environment"/”Jesús a la luz de su entorno judío”, ANRW 25,1 (1982), apart. 4º: "The Zealot/Resistence Movement"/ “El movimiento celota de resistencia”, pp. 169ss)-- ciertos argumentos sacados de los Evangelios que merecen consideración y que hacen plausible que postulemos que nuestras fuentes sinópticas han reconstruido una imagen distinta de lo que pudo ser verosímilmen¬te el Jesús histórico. En síntesis estos argumentos son los siguientes (que complementan lo dicho en la nota anterior): • Jesús tenía al menos a un celota por discípulo (Lc 6,15: Simón cananeo, que no significa que fuera de Caná, sino “l celota”; cf. Hch 1,13: “Y cuando llegaron subieron a la estancia superior, donde vivían, Pedro, Juan, Santiago y Andrés; Felipe y Tomás; Bartolomé y Mateo; Santiago de Alfeo, Simón el celota, y Judas de Santiago”); • En Lc 22,35-37 el evangelista dice que Jesús incita a armarse a sus seguidores: "El que no tenga (espada) que venda el manto y se compre una...de hecho lo que a mí se refiere toca a su fin". Cf. también Mt 10,34: No vine a poner paz, sino espada...; Mt 11,12: los violentos toman por la fuerza el Reino de Dios = Lc 16,16. Naturalmente los modernos críticos confesionales ofrecen una interpretación simbólica de estos pasajes. • La comentada entrada en Jerusalén (Mc 11 y paralelos) es una demostración de mesianismo judío; • La purificación del templo (ib.) fue un ataque directo al satatus de la aristocracia sacerdotal y su control del Templo, en connivencia con el poder romano. • Igualmente el episodio del pago del didracma o impuesto del Templo (Mt 17,24ss) indica que Jesús era renuente a contribuir con su óbolo al sostenimiento de las clases sacerdota¬les elevadas. • Los pasajes de la ética de Jesús que favorecen la pobreza extrema (Bienaventuranzas en Mt 5), y sus duros ataques contra los ricos (por ejemplo, Lc 6,24) indican una mentalidad revolucionaria en el sentido de querer trastocar la situación social presente; • La exhortación a “cargar cada uno con su cruz” (Mc 8,34-37) debe explicarse como una disposición para el martirio, la misma que abrigaban quienes se oponían políticamente a los romanos, que eran castigados –si los apresaban- con el tormento de la cruz; • La revuelta a la que alude Mc 15,7 (a propósito de Barrabás, equiparado por Poncio Pilato con Jesús) y el temor de las autoridades judías a algún acontecimiento por el estilo provocado por la turba si se prendía a Jesús durante la fiesta de Pascua (Mc 14,2 par) indique que Jesús estaba de algún modo comprometido, al menos indirectamente, con movimientos antirromanos. Todos estos argumentos como conjunto ofrecen seria materia de reflexión sobre la postura auténtica de Jesús respecto a su mesianismo, al reino de Dios y su relación con los romanos, herdianos, saduceos colaboracionistas, etc., que estarían naturalmente excluidos de ese reinado. Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero. www.antoniopinero.com …………….………………… • Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema: “Diferencia específica entre el judaísmo y el cristianismo (paulino)” • Magíster de "Ciencias de las Religiones" Universidad PABLO DE OLAVIDE, Sevilla (Véase postal de 26-06-2009) Para obtener más información: http://www.upo.es/historia_antigua/master_religiones/index.jsp Saludos de nuevo.
Miércoles, 23 de Septiembre 2009
Comentarios
|
Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
Secciones
Últimos apuntes
Archivo
Tendencias de las Religiones
|
Blog sobre la cristiandad de Tendencias21
Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850 |