NotasHoy escribe Antonio Piñero Comento hoy parte del capítulo 3 del libro de A. Monclús, “La eutanasia una opción cristiana”. Seguimos con la idea de cómo el pensamiento del Jesús histórico se ve transformado por la interpretación que de él hacen sus seguidores. Hoy nos ocupamos de Tertuliano no en cuanto –en el libro de Monclús- este personaje contribuyera expresamente a formular una doctrina sobre la eutanasia vigente hasta hoy, sino como fautor, o impulsor de un movimiento intraeclesial que transforma lo que al principio fue una suerte de “teología vivida” en un corpus de doctrina regida por la ley y el derecho, es decir rígido y carente de la vitalidad que tenía en sus orígenes. Con otras palabras, para A. Monclús, la figura de Tertuliano es indirectamente importante en la historia de la doctrina cristiana sobre la eutanasia –cuya base su libro pretende poner en cuestión- en el sentido de que la interpretación sacrificial de la vida y muerte de Jesús se convierte en norma, ley y parte del sistema jurídico eclesiástico que regirá en adelante en la Iglesia. El influjo de Tetuliano -sostiene Monclús- debido a la fuerz de sus escritos fue tremendo en la vida práctica de la Iglesia. Para nuestro autor, el “juridicismo” y la “fosilización” que se observa en las normas eclesiástica legales de hoy en torno a la eutanasia tienen su nacimiento y cristalización en las concepciones en torno a la religión cristiana que defendió Tertuliano en sus obras. “En el caso de Tertuliano la formación jurídica profesional lo condujo a la deformación teológica de confundir la religión con el derecho, Y esta identificación confusa fue transmitida a la Iglesia primitiva, que la recibió con agrado, y en ocasiones con euforia, a través de sus pastores transformados cada vez más en jefes, en autoridad. “Tertuliano, entre otros, facilitó la herramienta que el poder eclesiástico-religioso necesitaba para parecerse coda vez con más nitidez al poder político, es decir, al poder propiamente tal. Un esquema de poder que permitirá a la Iglesia un progresivo modelo de confrontación de corte belicista. No en vano los Padres de la Iglesia, los que pasarán a la historia como los Santos Padres, eran no sólo apologistas (defensores de la doctrina), sino también ‘polemistas’, y no olvidemos que el origen de la palabra griega, polemistés, viene de pólemos, que significa guerra” (p. 156). En este clima de confrontación es donde la influencia de Tertuliano hace que -en las disposiciones y escritos de la Iglesia en general- abunden cada vea más las palabras ley, norma, decreto prescripción, cumplimiento o incumplimiento, disciplina, mérito, formalidad, condena, pena, regla, así como orden, canon, jurisdicción, constitución, tribunal y un larguísimo etcétera. Tertuliano es a la vez un ejemplo ilustre de una cierta inconsecuencia que Monclús considera como “contradictoria”, a saber, el abandono de la iglesia “católica” por parte un autor que tanto la había defendido como la única que tenía el derecho de existir frente a otras "iglesias" fundadas por herejes. En efecto, Tertuliano abandonó la Iglesia católica y se pasó paso a la secta montanista, que no tenía en su época jerarquía, sino que era gobernada por el Espíritu; una secta que era asamblearia, y ante todo pobre, en extremo ascética, y tendiente a aproximarse en lo posible al mensaje primitivo de Jesús. Ahora bien, en vez de contradictoria, yo vería en el Tertuliano maduro el deseo de dejar por fin el derecho para pasarse al Espíritu. Sea como fuere, lo cierto es que Monclús tiene razón en afirmar que la figura de Tertuliano no es recordada en la Iglesia por este paso al ascetismo, la pobreza y la espiritualidad, sino por el “juridicismo”, alabado hasta hoy, que imprimió en todo la estructura de la iglesia cristiana. Por ello, su influencia hará –comenta Monclús- que se prefiera en la institución eclesiástica más los argumentos jurídicos que las demostraciones filosóficas. Tertuliano contribuyó mucho, y así será seguido en la historia de la Iglesia cristiana, a consolidar las modalidades de la disciplina penitencial del cristianismo primitivo, consagrando los procedimientos y formas de la práctica de la penitencia. Y el sentido de la penitencia/dolor tiene mucho que ver con los argumentos anti eutanasia de la Iglesia. Así pues, según Monclús, desde el punto de vista de la historia de la Iglesia, el movimiento teológico iniciado por Tertuliano contribuirá a que se consoliden sobre la eutanasia más los argumentos, fríos, de tipo normativo y jurídico, que los sutanciales. En vez de ir más al problema de fondo y a la consideración de la complejidad de la persona, se pienda más en la norma que debe cumplirse. La intransigencia –argumenta Monclús pensando igualmente en Tertuliano- hace caer en otra contradicción que puede darse en el mundo del Derecho cuando éste, de algún modo, se rigidiza y se deshumaniza: “Teóricamente por medio de la ley se busca el resguardo de lo humano a través de la justicia aplicada, pero en muchos casos esa aplicación resulta inhumana e injusta” (p. 160). Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero. Universidad Complutense de Madrid www.antoniopinero.com Postdata: Con alegría, os comunico que acaba de aparecer la cuarta edición del volumen I de TEXTOS GNÓSTICOS I de la "Biblioteca de Nag Hammadi". Este volumen trae una larga, pero muy clara introducción sobre qué es la gnosis y su historia, más su repercusión para entender el Nuevo Testamento. Luego presenta la traducción, on introd. y notas de todos lo tratdos cosmológicos y filosóficos de esa biblioteca gnóstica hallada en 1945. Estas "Biblioteca" es famosa sobre todo por los Evangelios apócrifos gnósticos -el Evangelio de Tomás, por ejemplo, y el de Felipe, que aparecen en el volumen II. Saludos
Domingo, 13 de Febrero 2011
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Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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