CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Apuntes sobre Jesús y el cristianismo. ¿Existió Jesús? ¿Qué sabemos actualmente de él? (438-01)
Hoy escribe Antonio Piñero


El título de esta postal es el de la obra que comentaremos. El autor: José Manuel Barreda Arias, Editorial Palibrio, Bloomington (Indiana EEUU). Venta por correo. ISBN: 978-1-4633-1785-0. Versión electrónica 978-1-4633-1787-4.

El autor de este libro no es un historiador profesional, sino un médico cuya afición es el cristianismo primitivo y en concreto la figura de Jesús. Durante años ha ido recogiendo datos, haciendo lecturas para preparar un libro sobre Jesús con la inatención de abordar, desde un punto de vista no confesional, los temas que él cree cruciales respecto a Jesús, su figura y su mensaje… y ante todo su interpretación como “posible figura histórica”.

El autor se confiesa partidario de la probable existencia de Jesús; cree que hay un consenso básico en la historiografía sobre los hechos esenciales de la vida del personaje, pero que aún falta bastante para llegar a un acuerdo final entre los investigadores respecto a todo el conjunto. Por ello trata de resumir y divulgar las investigaciones que cree serias y actuales sobre Jesús. El autor no despacha sin más las posiciones negacionistas, sino todo lo contrario. Es a la que más páginas otorga, pues considera probables la hipótesis de algunos investigadores -– aunque admite que son neta minoría— quienes sostienen la no existencia histórica del personaje Jesús; ahora bien, desea sospesar de nuevo sus argumentos.

Es sorprendente en un libro que el autor acepte sus limitaciones personales en cuanto que por su profesión y formación no puede auto alinearse con los estudiosos que han dedicado su vida profesional entera el estudio de Jesús (filólogos e historiadores, bien formados en materias muy diversas), pero se cree lo suficientemente capacitado para hacer resúmenes fidedignos de las opiniones más importantes y enfocarlos con un sentido crítico riguroso.

Las primera y segunda partes del libro vuelve a tocar el tema de la existencia, o no, histórica de Jesús, centrándose como guía en una obra de Gonzalo Puente Ojea (La existencia histórica de Jesús; Madrid, Siglo XXI, 2008). Estudia en ella sobre todo las probabilidades de verosimilitud de la versión paulina de Jesús; los argumentos de los negacionistas, centrándose sobre todo en las teorías de Arthur Drews, aunque con citas de Earl Doherty, Guy Fau, Luigi Cascioli y G. A. Wells, a los estudiará a fondo más tarde; la crítica de los argumentos de los que admiten la existencia de Jesús y sus debilidades, y concluye con un “estado actual de la cuestión” en el que dubitativamente cita como final al estudioso norteamericano Robert W. Funk (miembro del “Jesus Seminar”) que afirma: “Como historiador no sé con certeza si Jesús realmente existió, o si es algo más que una quimera (…) el Jesús que los eruditos han aislado en los antiguos evangelios, henchidos de la voluntad de creer, puede ser solo una imagen que refleja nuestros más profundos anhelos” (p. 109).

La parte tercera aborda el estudio --con notables ribetes de escepticismo en cuanto a lo que podemos llegar a saber en verdad de ellos-- de los documentos y fuentes del cristianismo primitivo: la formación de los evangelios sinópticos; las fechas de los escritos neotestamentarios; la formación de la historia canónica y las críticas negacionistas de ella, el Evangelio de Juan, Ignacio de Antioquía, Padres Apostólicos, Apologetas, hasta Marción ( hacia el 150 d.C.)

La cuarta parte, Jesús de Nazaret, incide ya directamente en la figura de Jesús y su contexto, en precisar de qué Jesús se trata desde el punto de vista estrictamente histórico, cómo interpretar el posible mesianismo de su figura como tema central de ella. En este apartado hace el autor una crítica de los evangelios, cuyos autores, en su opinión, se inspiran demasiado en fuentes griegas, romanas, egipcias, alejandrinas y judías para formar una imagen artificial de Jesús; aborda también el estudio de lo que estima interpolaciones de los evangelios (romanizadoras; trinitarias, favorecedoras de la primacía de Pedro; justificadoras del retraso de la parusía), y la posibilidad, señalada por diversos autores, de falsificaciones masivas en los Evangelios hasta el siglo IV.

La figura de Pablo y sus iglesias ocupa la parte V de la obra. En ella el autor se muestra tan crítico con la construcción paulina de Jesús que puede plantearse hasta la cuestión de si Pablo es culpable o inocente de una falsificación; llega incluso a mostrar teorías diversas con dudas sobre la existencia histórica del Apóstol (Siguiendo a Fernando Klein en su obra 101 preguntas sobre el cristianismo, Cádiz, Edit. Absalón, 2010) y cómo existen posibilidades de mostrar una “curiosa evolución del mesianismo desde el Antiguo Testamento a los Evangelios, pasando por Pablo y Marción”. No abraza del todo el autor ciertas interpretaciones extremas, pero las exponen con tanta extensión y respeto que parece incitar al lector a creer que está mucho más de acuerdo con ellas que con las opuestas.

La parte VI está ocupada en el estudio de la evolución del cristianismo según los negacionistas (y su contradicción o crítica). El autor aborda el resumen de las tesis de Earl Doherty (The Jesus Puzzle = El rompecabezas de Jesús de 1999; de Luigi Cascioli (La favola de Cristo, Roma 1997; 2ª edic. 2006) y de nuevo Fernando Klein (101 preguntas sobre Cristo). Las conclusiones obtenidas de los argumentos expuestos son provisionales para el autor: el estudio de la historia por ambas partes (afirmadores de la existencia de Jesús y negacionistas) es profundo y crítico, pero el resultado sólo es satisfactorio en cuanto a expurgar elementos advenedizos, falseadores y mitificadores de lo que pudo ser la figura y misión de Jesús.

Por último, la parte VII expone a los lectores las hipótesis que considera más atrevidas sobre la no existencia de Jesús: F. Conde Torrens (El grupo de Jerusalén, Pamplona, 2002; Simón ópera Magna, Pamplona Edic. Alta Andrómeda 2004; de nuevo, pero con una exposición más amplia, surge la obra de Luigi Cascioli; aborda de un modo indirecto (por los resúmenes de ideas expuestos por M Baigent y R. Leigh en la Conspiración del Mar Muerto, sic, de 1991) Robert H. Eisenmann, Maccabees, Zadokites, Christians and Qumran, Leiden 1983; Francesco Carotta, War Jesus Caesar, del año 2000, expandido en su versión italiana Il cesare incognito. Da divo Giulio a Gesù, de 2003, apenas sometiéndolas a crítica.

La conclusión del libro presenta una suerte de tabla de las teorías generales acerca de Jesús, que van desde el negacionismo a la más pura ortodoxia católica y algunas lecciones personales que el propio autor ha obtenido de sus lecturas:

1. “Lo posible”: aunque no hay pruebas objetivas de que Jesús haya existido queda para él del Jesús histórico una mínima historia que en realidad coincide con la sustancia de lo que se dice sobre Jesús --desde la aparición del personaje que predica la buena nueva de la cercanía del reino de Dios hasta su muerte en cruz—con lo que puede verse en historiadores independientes. Aunque, naturalmente, aparte de los meros hechos desnudos, considera el autor que toda el intento historiográfico que pase de ahí se expone a creer como válido lo que es un puro invento, desarrollo posterior, de las generaciones de creyentes en Jesús.

2. Las posiciones de Jesús y de Pablo son encontradas, en realidad solo “están de acuerdo” en su predicción, fracasada, de un fin del mundo inmediato. Pablo es un visionario al que hay que hacerle poco o ningún caso.

3. El Jesús que pudo existir fue un personaje que se sintió mesías, pero de quien razonablemente no se puede decir si lo fue al uso de su tiempo (un mesías celota y guerrero) o un mesías pacifista radicalmente diferente.

4. La posición ortodoxa respecto a Jesús debe precisar y valorar mejor el material evangélico, por ejemplo, el gran número de contradicciones entre ellos y obtener las consecuencias. Del mismo modo ha de valorar también ciertos hechos, como la “purificación del Templo”, de los que pueden obtenerse muchas conclusiones sobre cómo fue Jesús… que no se obtienen.

5. La ética de Jesús, quizás la parte más rescatable para nuestro mundo de hoy, centrada en un Padre amoroso y el amor al prójimo, es sin duda importante, pero en absoluto novedosa y es una mezcla heteróclita de muchos elementos de otras culturas religiosas.


Hasta aquí el amplio resumen del contenido de este libro. Como puede observarse, hay mucho que matizar. Lo haremos la próxima semana, aunque contentándonos en las líneas generales.


Saludos cordiales de Antonio Piñero.
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com



Viernes, 7 de Septiembre 2012


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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