Bitácora
29/06/2007
El control de los teletrabajadores. El teletrabajo se fundamenta generalmente en el control por objetivos, pero hay una serie de matices que el director debe dominar para contribuir a un mejor resultado final. Es decir, el director debe de saber controlar. Y, como todo buen jefe, debe hacerlo sin que "se note" su presencia. He aquí un decálogo para el gestor de teletrabajo que quiera incrementar la productividad de sus teletrabajadores y hacer que se sientan satisfechos.
El director debe:
1.Dedicar tiempo a cada uno de los teletrabajadores, sobre todo al principio, hacer que adquiera confianza en su trabajo y, al mismo tiempo, confiar en él.
2.Asumir que el teletrabajo es un gran cambio en la vida de la empresa y que se ajusta a prácticas de enorme alcance estratégico cara al futuro de la corporación.
3. Planificar (bien) por objetivos y procurar que tales objetivos se cumplan.
4. Saber organizar. Una mala organización presencial multiplicará sus defectos -y consecuencias- cuando los contactos sean virtuales.
5. No olvidar a los integrantes del grupo que no teletrabajan, por diversas circunstancias que se pueden deber al trabajador o a la propia empresa.
6. Mantener el espíritu de equipo, mediante comunicaciones, actos sociales, reuniones o telerreuniones. Los despachos con los teletrabajadores deben estar programados, así como la disponibilidad de cada uno, compatible con la libertad de que goza, por definición, el teletrabajador. También este debe saber cuando ponerse en contacto con el director. Deben establecerse también los días de reuniones, de contactos directos en la oficina, etc. El jefe ha de saber escuchar ("telescuchar"), imbuir espíritu de equipo en personas que no tienen contacto entre ellas. Las reuniones cara a cara, estratégicamente distribuidas, son esenciales para la conformación de espíritu de equipo.
7. No agobiar al teletrabajador con peticiones y supervisiones continuas.
8. Establecer objetivos razonables para el trabajador medio.
9. No olvidarse nunca del teletrabajador. Preocuparse por su formación. Responder a sus consultas lo más rápidamente posible. Prever la solución de los problemas técnicos que surjan. La empresa se enfrenta a procesos de cambio muy amplios y las personas encuentran dificultades ante el cambio. Han de tenerse respuestas psicológicas e incorporarlas a los programas de formación. El teletrabajo es una metodología y no una actividad en sí misma. Hay que formar en tecnologías nuevas como groupware, teleconferencia, sistemas de apoyo a la toma de decisiones en grupo, etc.
10. Mantener buenas relaciones con los representantes de los teletrabajadores, antes de la experiencia (negociándola con ellos) y durante la misma. Comenzar sin acuerdos sólidos no creará más que problemas.
Editado por
Francisco Ortiz Chaparro
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