TRABAJO Y EMPLEO

Bitácora

17/05/2007

Uno de los inconvenientes, para el teletrabajador, que se suelen citar siempre que surge el tema del teletrabajo es el de que se pierden las relaciones sociales que se entablan en las empresas. Es cierto que, al trabajar en casa, se pierden todas o parte de las relaciones que se desarrollan en el lugar de trabajo, y que tan útiles son para la integración social y el aprendizaje (aprendizaje que se realiza por "ósmosis", al preguntar a los compañeros las dudas profesionales o tecnológicas.

Se trata del proceso que Alvin Toffler denomina "prosumo", en el que se realiza un consumo que no implica transacciones económicas). Pero, a cambio, el teletrabajo incrementa las posibilidades del teletrabajador de establecer nuevas relaciones con el entorno social más cercano (familiares, vecinos, amigos).

Ello le permite realizar muchas actividades que si se desplaza a trabajar una jornada entera le resulta casi imposible: estar más en contacto con el colegio donde estudian los hijos, hablar con los profesores, ocuparse de las actividades de su comunidad, por ejemplo. En muchos casos, estas actividades se producen en forma de acciones de voluntariado.

En una encuesta entre teletrabajadores de BT, un 14% manifestó que el teletrabajo favoreció su participación en organizaciones de tiempo social, incrementándose el tiempo dedicado a estas actividades entre una y 23 horas a la semana.

En general, a la posibilidad de que se de una deshumanización por el desvinculamiento de la empresa y lso compeñeros, se suele oponer el enriquecimiento de las relaciones personales que pueden significar el trabajo y el uso de las redes.

Un estudio de Daiga Kamerade y Brendab Burchell, titulado Teleworking and the participation in the community: Are we becoming an autistic society?, Universidad de Columbia, 2003, pone de manifiesto que "contrariamente a lo que se pretende de que el teletrabajo pueda conducir a la sociedad de individuos aislados, se pone de manifiesto que, de hecho, el teletrabajo parece ser una forma de trabajo proclive a las relaciones comunitarias. Los resultados ponen de manifiesto que los teletrabajadores tienden a participar en actividades voluntarias y de calidad, así como también en las políticas y sindicales, más que los no trabajadores".

Resolver problemas colectivos

Los autores definen estas actividades como aquellas que ayudan a resolver problemas colectivos y que no resuelven las empresas ni el gobierno, y ponen de relieve que la participación social incentiva la confianza generalizada dentro de la sociedad. "El teletrabajo puede proporcionar espacio para integrar la vida laboral con las actividades cívicas por su mayor flexibilidad, autonomía y control".

Pero no todos los autores son de la misma opinión, pues algunos afirman que el teletrabajo, no bien planificado, podría llegar a ser una fuente de aislamiento social. Por eso, teniendo en cuenta que el número de teletrabajadores es cada vez mayor, esta nueva forma de trabajo puede convertirse tanto en una fuente como en una barrera para el compromiso cívico. Los teletrabajadores, opinan unos terceros, son más activos socialmente porque necesitan compensar las reducidas oportunidades de socialización relacionadas con su modo de trabajo.

Lo que está claro es que el teletrtabajo modifica el modo de relacionarse las personas, pero solo el tiempo y estudios más fundamentados pueden acabar diciéndonos si el fenómeno acentuará la cohesión social o, por el contrario, contribuirá a la plena individualización, una tendencia cada vez más manifiesta en las sociedades modernas.

Por ello animamos a los lectores con experiencia en actividades de teletrabajo a que nos manifiesten su opinión, que se integrará en un estudio que estamos llevando a cabo sobre la materia.

Francisco Ortiz Chaparro


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