Bitácora
04/05/2007
El trabajo ha ido siempre ligado a la movilidad (o falta de movilidad) geográfica y social. Una sociedad libre es, casi por definición, una sociedad en la que la movilidad solo depende, teóricamente, de la decisión del propio individuo y de su capacidad para ejercerla.
Lo nuevo, ahora, es que la tecnología posibilita disociar el trabajo de la movilidad geográfica e introduce variables importantes en la movilidad social. Variables que afectan tanto al camino a seguir para alcanzar dicha movilidad (la carrera profesional, especialmente dentro de una empresa, tal como la hemos concebido en las últimas décadas), como a la expresión social del estatus y sus manifestaciones (salario, puesto jerárquico, despacho, secretarias y otros signos externos).
Una empresa cada vez más plana, unas administraciones públicas cada vez más diluidas, un número creciente de trabajadores independientes (propietarios de su propia "empresa", la denominada por Tom Peters, YO, Sociedad Limitada) que trabajan para distintos empleadores de forma secuencial o simultánea, suponen una creciente difuminación de las fronteras que delimitan y exteriorizan los estatus sociales.
Trabajador personal individualizado
Precisamente uno de los frenos al teletrabajo, en una primera etapa de su implantación, es esta pérdida aparente de estatus, sobre todo en los mandos intermedios de las empresas y administraciones, que actualmente basan su estatus, en gran parte, en signos externos –tener, física y presencialmente, personas “a su cargo” dentro del espacio empresarial- que desaparecen con la disgregación de los teletrabajadores.
Porque el trabajo –y, más aún, el teletrabajo- será progresivamente el objeto del trabajador individual especializado, más que de la persona en cuanto integrante del "personal" de una empresa, en la que desempeña una tarea determinada.
Esto provocará:
- una creciente movilidad horizontal de los individuos entre las empresas y los sectores económicos, a lo largo de la vida laboral
- una importancia cada vez mayor de las capacitaciones laborales, que son independientes de sectores y de empresas concretas
- un autoempleo creciente
- una creciente cuota de trabajadores en empresas pequeñas y microempresas
- un creciente "trabajo de portafolio", es decir, contratos con múltiples empresas, en lugar de con una sola, por parte del trabajador.
La adopción del teletrabajo puede significar un acceso más extenso a oportunidades de trabajo en cualquier lugar, combinadas con mayor estabilidad social y geográfica. Siempre hemos dicho que la única frontera del mundo del teletrabajo la constituyen los idiomas. Las personas operan sobre áreas más amplias –incluso en un área global- en el transcurso de sus vidas, pero tienen menos necesidad de hacerlo a base de su propia movilidad. En el teletrebajo, el trabajo va al trabajador, no el trabajador al trabajo.
Editado por
Francisco Ortiz Chaparro
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