Eduardo González Calleja: Las guerras civiles. Perspectivas de análisis desde las ciencias sociales. Madrid: Los Libros de La Catarata, 2013 (208 páginas).
Las guerras civiles son una variante de la guerra. Otra son las guerras entre los Estados, que tradicionalmente han recibido mayor atención que las registradas dentro de sus fronteras.
Sin embargo, del recuento de los conflictos interestatales en el mundo, en particular, a partir de la Segunda Guerra Mundial, se extrae que su número ha disminuido considerablemente y, en comparación, las controversias intrasocietales aumentaron. Desde entonces, aproximadamente, el 80% de los conflictos armados han sido internos.
Pese a algún repunte en la conflictividad interestatal tras el fin de la Guerra Fría, esta tendencia se ha mantenido en líneas generales durante la denominada posguerra fría. Si bien, advierte el autor, el incremento de los conflictos internos no ha sido significativo. Sólo que su número es comparativamente mayor que el registrado entre los Estados.
Solapada durante la Guerra Fría por la mayor atención prestada a la conflictividad interestatal y la tensión bipolar, las guerras intraestatales han sido objeto de una creciente atención por parte de la academia en general y de los estudios de las relaciones internacionales en particular.
Con un importante bagaje investigador y bibliográfico sobre la violencia política, Eduardo González Calleja aborda la literatura especializada en la materia. Con este propósito se adentra en la controvertida definición de las guerras civiles por las ciencias sociales: “entendidas como una violencia en gran escala entre dos o más grupos dentro de un Estado reconocido que luchan por el control del gobierno o la extensión de su jurisdicción”.
En este mismo sentido, recoge en los diversos capítulos que integran su obra las diferentes aproximaciones a sus orígenes o causas, duración, recurrencia, consecuencias, dinámicas de la violencia y alternativas de resolución.
De la ingente bibliografía revisada, con sus distintas aportaciones, propuestas y tipologías, se concluye que “las guerras civiles tienen orígenes, formas y desarrollos múltiples”. En palabras del autor, su naturaleza plural introduce “la ambigüedad” como “rasgo definitorio de las guerras civiles”.
Las guerras civiles son una variante de la guerra. Otra son las guerras entre los Estados, que tradicionalmente han recibido mayor atención que las registradas dentro de sus fronteras.
Sin embargo, del recuento de los conflictos interestatales en el mundo, en particular, a partir de la Segunda Guerra Mundial, se extrae que su número ha disminuido considerablemente y, en comparación, las controversias intrasocietales aumentaron. Desde entonces, aproximadamente, el 80% de los conflictos armados han sido internos.
Pese a algún repunte en la conflictividad interestatal tras el fin de la Guerra Fría, esta tendencia se ha mantenido en líneas generales durante la denominada posguerra fría. Si bien, advierte el autor, el incremento de los conflictos internos no ha sido significativo. Sólo que su número es comparativamente mayor que el registrado entre los Estados.
Solapada durante la Guerra Fría por la mayor atención prestada a la conflictividad interestatal y la tensión bipolar, las guerras intraestatales han sido objeto de una creciente atención por parte de la academia en general y de los estudios de las relaciones internacionales en particular.
Con un importante bagaje investigador y bibliográfico sobre la violencia política, Eduardo González Calleja aborda la literatura especializada en la materia. Con este propósito se adentra en la controvertida definición de las guerras civiles por las ciencias sociales: “entendidas como una violencia en gran escala entre dos o más grupos dentro de un Estado reconocido que luchan por el control del gobierno o la extensión de su jurisdicción”.
En este mismo sentido, recoge en los diversos capítulos que integran su obra las diferentes aproximaciones a sus orígenes o causas, duración, recurrencia, consecuencias, dinámicas de la violencia y alternativas de resolución.
De la ingente bibliografía revisada, con sus distintas aportaciones, propuestas y tipologías, se concluye que “las guerras civiles tienen orígenes, formas y desarrollos múltiples”. En palabras del autor, su naturaleza plural introduce “la ambigüedad” como “rasgo definitorio de las guerras civiles”.