Tariq Ali: El síndrome Obama. Capitulación en Estados Unidos, guerra en el exterior. Madrid: Alianza Editorial, 2011 (247 páginas).
Ante el incio del segundo mandato de Obama, cabe recordar que las expectativas suscitadas por su primer y más sonado triunfo electoral a la presidencia de Estados Unidos rebasaron las de la ciudadanía y las de las propias fronteras estadounidenses.
Su extensión alcanzó a los más remotos e inusitados rincones del planeta, reflejando el poder y la influencia con los que Estados Unidos son percibidos en la política mundial. Sin olvidar, además, el inédito acontecimiento de ser el primer candidato no blanco (afroamericano) que llegaba a la Casa Blanca.
Por si esto fuera poco, su nombre, Barak Hussein Obama, recordaba los orígenes musulmanes de su línea paterna (que tanta suspicacia y recelos generan entre los elementos más recalcitrantes de la sociedad y política estadounidenses). En ese ambiente de esperanza e ilusión se acuñó la Obamamanía, término de existencia efímera.
De lo anterior cabe preguntarse ¿qué prima en la política de un país y, en particular, en la política exterior de la única superpotencia: la personalidad de su presidente o la estructura de poder que le rodea? Este es un viejo debate en disciplinas como la Ciencia Política y, en particular, las Relaciones Internaciones; y también uno de los más complejos por el ingrediente de subjetividad que introduce.
Sin adentrarse del todo en esta polémica, Tariq Ali analiza los dos primeros años de la presidencia de Obama. De su reflexión se puede extraer una respuesta un tanto eclética en la medida en que no cabe ignorar ni lo uno (personalidad) ni lo otro (estructura de poder). Pero tampoco conviene llamarse a engaño, como advierte el autor, “Obama es un político del aparato”. Por tanto, “nada ha sido traicionado más que las ilusiones propias”.
Su balance de la gestión de Obama durante ese periodo no arroja precisamente un saldo positivo. Por el contrario, muestra un significativo déficit tanto en su política interior como exterior.
Su actuación en el espacio interno ha estado caracterizada por el continuismo en materia económica. No existe una distinción clara entre las élites republicanas y demócratas. Ambas tienen en común regular antes la democracia que el capitalismo a “fin de garantizar la supervivencia de los más ricos”: complejo industrial-militar, industria farmacéutica, grandes empresas y, en definitiva, poder económico y financiero.
En su política exterior no advierte tampoco ninguna ruptura significativa con sus predecesores con respecto a Irak e Irán; su apoyo incondicional a Israel con el precio de la marginación y exclusión de los derechos palestinos; y su implicación y ampliación de la intervención militar en Afganistán y la región fronteriza pakistaní.
De la síntesis anterior no es extraño que el autor concluya que, en contra de su afamado eslogan, Obama sea “el presidente del no puedo”. Ensayista y literato, además de editor de la revista New Left Review, Tariq Ali es una de las voces más críticas del panorama mundial, ámbito en el que también es un referente intelectual.
El grueso de su obra en castellano ha aparecido publicada en Alianza Editorial. Entre sus títulos literarios (novela histórica) destaca el denominado “quinteto del islam”: A la sombra del Granado; El libro de Saladino; La mujer de piedra; Un sultán en Palermo; y La noche de la Mariposa Dorada.
Y entre sus ensayos cabe igualmente resaltar dos obras de interés por su rabiosa actualidad: El choque de los fundamentalismos. Cruzadas, yihads y modernidad; y Pakistán en el punto de mira de Estados Unidos. El duelo.
Ante el incio del segundo mandato de Obama, cabe recordar que las expectativas suscitadas por su primer y más sonado triunfo electoral a la presidencia de Estados Unidos rebasaron las de la ciudadanía y las de las propias fronteras estadounidenses.
Su extensión alcanzó a los más remotos e inusitados rincones del planeta, reflejando el poder y la influencia con los que Estados Unidos son percibidos en la política mundial. Sin olvidar, además, el inédito acontecimiento de ser el primer candidato no blanco (afroamericano) que llegaba a la Casa Blanca.
Por si esto fuera poco, su nombre, Barak Hussein Obama, recordaba los orígenes musulmanes de su línea paterna (que tanta suspicacia y recelos generan entre los elementos más recalcitrantes de la sociedad y política estadounidenses). En ese ambiente de esperanza e ilusión se acuñó la Obamamanía, término de existencia efímera.
De lo anterior cabe preguntarse ¿qué prima en la política de un país y, en particular, en la política exterior de la única superpotencia: la personalidad de su presidente o la estructura de poder que le rodea? Este es un viejo debate en disciplinas como la Ciencia Política y, en particular, las Relaciones Internaciones; y también uno de los más complejos por el ingrediente de subjetividad que introduce.
Sin adentrarse del todo en esta polémica, Tariq Ali analiza los dos primeros años de la presidencia de Obama. De su reflexión se puede extraer una respuesta un tanto eclética en la medida en que no cabe ignorar ni lo uno (personalidad) ni lo otro (estructura de poder). Pero tampoco conviene llamarse a engaño, como advierte el autor, “Obama es un político del aparato”. Por tanto, “nada ha sido traicionado más que las ilusiones propias”.
Su balance de la gestión de Obama durante ese periodo no arroja precisamente un saldo positivo. Por el contrario, muestra un significativo déficit tanto en su política interior como exterior.
Su actuación en el espacio interno ha estado caracterizada por el continuismo en materia económica. No existe una distinción clara entre las élites republicanas y demócratas. Ambas tienen en común regular antes la democracia que el capitalismo a “fin de garantizar la supervivencia de los más ricos”: complejo industrial-militar, industria farmacéutica, grandes empresas y, en definitiva, poder económico y financiero.
En su política exterior no advierte tampoco ninguna ruptura significativa con sus predecesores con respecto a Irak e Irán; su apoyo incondicional a Israel con el precio de la marginación y exclusión de los derechos palestinos; y su implicación y ampliación de la intervención militar en Afganistán y la región fronteriza pakistaní.
De la síntesis anterior no es extraño que el autor concluya que, en contra de su afamado eslogan, Obama sea “el presidente del no puedo”. Ensayista y literato, además de editor de la revista New Left Review, Tariq Ali es una de las voces más críticas del panorama mundial, ámbito en el que también es un referente intelectual.
El grueso de su obra en castellano ha aparecido publicada en Alianza Editorial. Entre sus títulos literarios (novela histórica) destaca el denominado “quinteto del islam”: A la sombra del Granado; El libro de Saladino; La mujer de piedra; Un sultán en Palermo; y La noche de la Mariposa Dorada.
Y entre sus ensayos cabe igualmente resaltar dos obras de interés por su rabiosa actualidad: El choque de los fundamentalismos. Cruzadas, yihads y modernidad; y Pakistán en el punto de mira de Estados Unidos. El duelo.