Aunque proliferan informes señalando los mediocres resultados en la Unión Europea para avanzar en los distintos y superpuestos espacios comunes, trátese del Espacio Europeo de Educación Superior, el Espacio Europeo de Investigación o la más reciente iniciativa i2010 para la Sociedad Europea de la Información, nadie puede quejarse por falta de propuestas para fortalecer la Agenda de Lisboa.
Hace falta renovar esfuerzos para que el triángulo del conocimiento formado por Investigación, Educación e Innovación no se transforme en el triángulo de las Bermudas (conocido también como El limbo de los perdidos). A juzgar por los últimos movimientos parece que la clave para salir del atolladero está en vigorizar una vez más las sinergias entre innovación tecnológica y social.
Hoy consecuentemente se propuso que el año 2009 sea el "Año Europeo de la Creatividad y la Innovación", con el fin de estimular estas capacidades en los países de la Unión Europea. Se plantea como una iniciativa transversal que refuerce las interacciones existentes entre la cultura, la educación y otros sectores de actividad, como el de la empresa, los medios de comunicación, la investigación, y las escurridizas políticas sociales y regionales.
El primero de los años europeos fue en 1983 y dedicado a las Pequeñas y Medianas Empresas y la Artesanía. En el 2001 se lanzó el Año Europeo de las Lenguas para sensibilizar a los estados miembros sobre la importancia del aprendizaje de las competencias lingüísticas e interculturales para la movilidad.
Con toda esta batería, a la que se suman en 2005 el Año de la Ciudadanía a través de la Educación, el 2006 dedicado a la Movilidad de los Trabajadores, el 2007 de la Igualdad de Oportunidades y el 2008 del Diálogo Intercultural ... digamos que hay que investigar con mayor detenimiento cómo la cultura y la industria estimulan la creatividad, la innovación y el crecimiento del empleo y viceversa.
Y, de paso, encontrar la poción mágica que ayude a alcanzar las anheladas tasas de crecimiento económico, el supuesto desarrollo sostenible y la panacea del Espacio Europeo de la Felicidad.
Con toda esta batería, a la que se suman en 2005 el Año de la Ciudadanía a través de la Educación, el 2006 dedicado a la Movilidad de los Trabajadores, el 2007 de la Igualdad de Oportunidades y el 2008 del Diálogo Intercultural ... digamos que hay que investigar con mayor detenimiento cómo la cultura y la industria estimulan la creatividad, la innovación y el crecimiento del empleo y viceversa.
Y, de paso, encontrar la poción mágica que ayude a alcanzar las anheladas tasas de crecimiento económico, el supuesto desarrollo sostenible y la panacea del Espacio Europeo de la Felicidad.
Redactado por Mónica Edwards el Lunes, 31 de Marzo 2008 a las 16:40
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Mónica Edwards
Mónica Edwards Schachter es investigadora, educadora, consultora, escritora y emprendedora, aunque prefiere definirse como una mujer apasionada por aprender y compartir proyectos para mejorar el mundo. Doctora Cum Laude por la Universidad de Valencia con la tesis doctoral ‘La atención a la situación del mundo en la educación científica’ (2003) y Especialista en Proyectos de Ingeniería e Innovación por la Universidad Politécnica de Valencia (2006). Es Ingeniera en Electrónica, Licenciada en Matemática y Física y posee Diplomas de pos-grado en Gestión del Conocimiento por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (México) y Planificación, Gestión y Evaluación de Proyectos Educativos (Universidad Nacional de Córdoba, Argentina). Con más de 20 años de experiencia en formación y consultoría, ha participado en más de 20 proyectos de investigación a nivel nacional e internacional. Es autora y co-autora de más de un centenar de publicaciones, entre libros, capítulos de libros y artículos en prestigiosas revistas científicas en temas de innovación tecnológica e innovación social, innovación colaborativa, empoderamiento, living-labs, innovación educativa, educación científica y desarrollo y evaluación de competencias, especialmente creatividad, innovación y emprendimiento. Ha recibido seis distinciones literarias en poesía y en 2004 le fue concedido el segundo premio en el Concurso de Ensayo Manuel Castillo (patronato Nord-Sud de la Universidad de Valencia) con la obra “Redes para la Paz”, publicado en 2007 por el Seminario Gallego de Educación para la Paz y la Fundación Cultura de Paz.
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