Decíamos ayer: Este sería el concepto de agujero negro como cuerpo celeste, en cuyo interior exista tal concentración de masa, que su campo gravitatorio no permitirá que ninguna partícula material, o incluso la luz, puedan escapar.
A nivel conceptual, esta es una elucubración lógica, no obstante, podríamos preguntarnos si la masa bariónica puede comportarse de esta forma, y difícilmente tendríamos una respuesta probada y fundamentada en el método científico.
Además de esa pregunta sobre las posibles configuraciones reales de la masa: ¿es posible que la masa bariónica se pueda concentrar realmente de esa forma?, parece contradictorio plantearse querer hacer una fotografía de un supuesto objeto celeste del que la luz no puede escapar. ¿No es ya una quimera ese propósito?
Pero vamos a continuar en este Blog con nuestras reflexiones…
Según el proyecto Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP) de la NASA, la edad del universo se estima en 13.770 millones de años, (The Age of the Universe with New Accuracy. NASA. https://map.gsfc.nasa.gov/), por otro lado, esa singularidad del Agujero Negro, se supone que deberá ir drenando la masa celeste a su alrededor, engulléndola y haciéndola desaparecer en su seno: ¿Alguien ha detectado este fenómeno tan lógico?
Si estos cuerpos supermasivos atraen a las masas circundantes, ¿Cuánto tiempo necesitan para absorber toda la masa del universo?
¿No debería haber desaparecido el universo, tragado por los supuestos agujeros negros, en 13.770 millones de años? ¿Son todavía pocos años?
El hecho es que desde hace casi veinte años, nos amenazan con estas supuestas singularidades celestes (Schödel, R. et 22 coautores: Una estrella en una órbita de 15.2 años alrededor del agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea. Nature, vol 419, págs. 694-696, 17 de octubre de 2002. También Gebhardt, Karl: Hacia el corazón de la oscuridad. Nature, vol 419, págs. 675-676, 17 de octubre de 2002) y todavía no ha desaparecido el universo, pero tampoco existe traza alguna de que vaya a desaparecer engullido por esos supuestos agujeros. Incluso en la historia de la cosmología, no tenemos referencias de que este fenómeno haya sido observado nunca, en todo el universo, a lo largo de la historia. ¿Entonces qué está pasando?
En nuestra opinión, se están intentando aplicar unas hipótesis equivocadas, para poder interpretar la dinámica de las galaxias. En vez de cuestionar la ley gravitacional empleada, se atribuyó la anomalía a otras causas, como la posible existencia de los agujeros negros o a la existencia de materia y energía oscura, que nadie ha detectado, y de la que nadie conoce su configuración.
En el tratado Imago Universi: una historia de la concepción humana del Cosmos. (Epígrafe 18.8.5, pág.334. Ed. Arpegio Barcelona, 2013: http://imagouniversi.com/), proponíamos: El comportamiento dinámico de las galaxias, y de sus propios elementos, podría analizarse en base a la Teoría de Interacciones Dinámicas, ya que creemos sería posible obtener una coherencia suficiente entre formulaciones y resultados. Bajo estos supuestos, también podría tener solución el origen de la simetría rotacional del Sol, o las leyes que regulan la aparente simetría y estructura de las galaxias.
En el tratado Nuevo paradigma en Física añadíamos: Proponemos que en este análisis de la dinámica de las galaxias, se analice la analogía con otros fenómenos de la naturaleza similares, por ejemplo con la dinámica de los vórtices atmosféricos (huracanes),…en los que se advierte como la masa de aire rota, sin necesitar una gran masa central, que genere una fuerza centrípeta. (Barceló, Gabriel: New Paradigm in Physics, Volume II: Assumptions and applications of the Theory of Dynamics Interactions. https://newparadigminphysics.com/es/inicio/ Epigraph 8.2.4.4. Amazon, 2018).
Ya anteriormente habíamos sugerido: ¿Cuál sería la deducción lógica de un observador en el espacio al advertir el núcleo de un huracán o ciclón sobre la superficie terrestre? ¿Debería suponer que en la tierra existe materia o energía oscura invisible que es la causante de esos huracanes? En nuestra opinión, el investigador debe indagar todas las alternativas posibles, e insistir en la búsqueda de la verdad. Por ello, hemos analizado las leyes dinámicas de comportamiento de los cuerpos sometidos a aceleraciones por rotaciones, y hemos llegado a la conclusión de que es más probable que ni en los huracanes de la Tierra, ni en el espacio, exista tal materia o energía oscura, ni agujeros negros, y que, en cambio, la dinámica de todos estos fenómenos responda a las leyes que resultan de la TID.
Por todo ello reiteramos la importancia de aplicar el modelo que proponemos, para mejor comprender el comportamiento dinámico de las galaxias y de los sistemas celestes en rotación (Imago Universi: una historia de la concepción humana del Cosmos. Epígrafe 18.8.5, pág. 335. Ed. Arpegio Barcelona, 2013: http://imagouniversi.com/).
Insistimos que: Con la Teoría de Interacciones Dinámicas no es necesario realizar especulaciones sobre supuesta materia oscura, ni tampoco sobre pretendidos agujeros negros, para comprender el comportamiento dinámico de las galaxias y de los cuerpos celestes. (New Paradigm in Physics, Volume II: Assumptions and applications of the Theory of Dynamics Interactions. Epigraph 8.2.4.4. Amazon, https://newparadigminphysics.com/es/inicio/).
Por todo ello, en mi opinión personal, la ilustración digitalizada y computerizada, realizada con las múltiples observaciones de siete observatorios terrestres coordinados, no puede entenderse que es prueba suficiente de la existencia de un agujero negro, ni incluso, prueba de su sombra real.
Por tanto, para poder cambiar de parecer, seguiremos esperando la presentación de una nueva prueba, basada en el Método Científico, que confirme la existencia de esas singularidades celestes.
Y mientras tanto, seguimos considerando que la dinámica de las galaxias no exige la existencia de Agujeros Negros, y que puede justificarse más fácilmente con la Teoría de Interacciones Dinámicas que proponemos.
A nivel conceptual, esta es una elucubración lógica, no obstante, podríamos preguntarnos si la masa bariónica puede comportarse de esta forma, y difícilmente tendríamos una respuesta probada y fundamentada en el método científico.
Además de esa pregunta sobre las posibles configuraciones reales de la masa: ¿es posible que la masa bariónica se pueda concentrar realmente de esa forma?, parece contradictorio plantearse querer hacer una fotografía de un supuesto objeto celeste del que la luz no puede escapar. ¿No es ya una quimera ese propósito?
Pero vamos a continuar en este Blog con nuestras reflexiones…
Según el proyecto Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP) de la NASA, la edad del universo se estima en 13.770 millones de años, (The Age of the Universe with New Accuracy. NASA. https://map.gsfc.nasa.gov/), por otro lado, esa singularidad del Agujero Negro, se supone que deberá ir drenando la masa celeste a su alrededor, engulléndola y haciéndola desaparecer en su seno: ¿Alguien ha detectado este fenómeno tan lógico?
Si estos cuerpos supermasivos atraen a las masas circundantes, ¿Cuánto tiempo necesitan para absorber toda la masa del universo?
¿No debería haber desaparecido el universo, tragado por los supuestos agujeros negros, en 13.770 millones de años? ¿Son todavía pocos años?
El hecho es que desde hace casi veinte años, nos amenazan con estas supuestas singularidades celestes (Schödel, R. et 22 coautores: Una estrella en una órbita de 15.2 años alrededor del agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea. Nature, vol 419, págs. 694-696, 17 de octubre de 2002. También Gebhardt, Karl: Hacia el corazón de la oscuridad. Nature, vol 419, págs. 675-676, 17 de octubre de 2002) y todavía no ha desaparecido el universo, pero tampoco existe traza alguna de que vaya a desaparecer engullido por esos supuestos agujeros. Incluso en la historia de la cosmología, no tenemos referencias de que este fenómeno haya sido observado nunca, en todo el universo, a lo largo de la historia. ¿Entonces qué está pasando?
En nuestra opinión, se están intentando aplicar unas hipótesis equivocadas, para poder interpretar la dinámica de las galaxias. En vez de cuestionar la ley gravitacional empleada, se atribuyó la anomalía a otras causas, como la posible existencia de los agujeros negros o a la existencia de materia y energía oscura, que nadie ha detectado, y de la que nadie conoce su configuración.
En el tratado Imago Universi: una historia de la concepción humana del Cosmos. (Epígrafe 18.8.5, pág.334. Ed. Arpegio Barcelona, 2013: http://imagouniversi.com/), proponíamos: El comportamiento dinámico de las galaxias, y de sus propios elementos, podría analizarse en base a la Teoría de Interacciones Dinámicas, ya que creemos sería posible obtener una coherencia suficiente entre formulaciones y resultados. Bajo estos supuestos, también podría tener solución el origen de la simetría rotacional del Sol, o las leyes que regulan la aparente simetría y estructura de las galaxias.
En el tratado Nuevo paradigma en Física añadíamos: Proponemos que en este análisis de la dinámica de las galaxias, se analice la analogía con otros fenómenos de la naturaleza similares, por ejemplo con la dinámica de los vórtices atmosféricos (huracanes),…en los que se advierte como la masa de aire rota, sin necesitar una gran masa central, que genere una fuerza centrípeta. (Barceló, Gabriel: New Paradigm in Physics, Volume II: Assumptions and applications of the Theory of Dynamics Interactions. https://newparadigminphysics.com/es/inicio/ Epigraph 8.2.4.4. Amazon, 2018).
Ya anteriormente habíamos sugerido: ¿Cuál sería la deducción lógica de un observador en el espacio al advertir el núcleo de un huracán o ciclón sobre la superficie terrestre? ¿Debería suponer que en la tierra existe materia o energía oscura invisible que es la causante de esos huracanes? En nuestra opinión, el investigador debe indagar todas las alternativas posibles, e insistir en la búsqueda de la verdad. Por ello, hemos analizado las leyes dinámicas de comportamiento de los cuerpos sometidos a aceleraciones por rotaciones, y hemos llegado a la conclusión de que es más probable que ni en los huracanes de la Tierra, ni en el espacio, exista tal materia o energía oscura, ni agujeros negros, y que, en cambio, la dinámica de todos estos fenómenos responda a las leyes que resultan de la TID.
Por todo ello reiteramos la importancia de aplicar el modelo que proponemos, para mejor comprender el comportamiento dinámico de las galaxias y de los sistemas celestes en rotación (Imago Universi: una historia de la concepción humana del Cosmos. Epígrafe 18.8.5, pág. 335. Ed. Arpegio Barcelona, 2013: http://imagouniversi.com/).
Insistimos que: Con la Teoría de Interacciones Dinámicas no es necesario realizar especulaciones sobre supuesta materia oscura, ni tampoco sobre pretendidos agujeros negros, para comprender el comportamiento dinámico de las galaxias y de los cuerpos celestes. (New Paradigm in Physics, Volume II: Assumptions and applications of the Theory of Dynamics Interactions. Epigraph 8.2.4.4. Amazon, https://newparadigminphysics.com/es/inicio/).
Por todo ello, en mi opinión personal, la ilustración digitalizada y computerizada, realizada con las múltiples observaciones de siete observatorios terrestres coordinados, no puede entenderse que es prueba suficiente de la existencia de un agujero negro, ni incluso, prueba de su sombra real.
Por tanto, para poder cambiar de parecer, seguiremos esperando la presentación de una nueva prueba, basada en el Método Científico, que confirme la existencia de esas singularidades celestes.
Y mientras tanto, seguimos considerando que la dinámica de las galaxias no exige la existencia de Agujeros Negros, y que puede justificarse más fácilmente con la Teoría de Interacciones Dinámicas que proponemos.