La Fundación Ramón Menéndez Pidal (http://www.fundacionramonmenendezpidal.org/)
ha considerado relevante, en este CXXV aniversario del nacimiento de Miguel A. Catalán, publicar una nueva biografía, de este científico, reconocido internacionalmente, pero que simultáneamente era un gran pedagogo, y profesor en la enseñanza de las ciencias, que incluso prefirió, seguir enseñando a alumnos de bachillerato, cuando ya era catedrático de universidad.
Esta nueva biografía de mi profesor, que tiene programada editar la Fundación Ramón Menéndez Pidal, y que he redactado con más de quinientas páginas, tendrá por título: MIGUEL A. CATALÁN. CXXV ANIVERSARIO. PROFESOR, DESCUBRIDOR Y PEDAGOGO
En ella incluyo numerosos testimonios de profesores y discípulos coetáneos, describo sus descubrimientos científicos, y recuerdo con énfasis, su apasionante perfil humano
Catalán, en 1921 en los laboratorios del Imperial College de Londres, descubrió un nuevo procedimiento de investigación espectrográfica, aplicable a la investigación de la estructura de la materia. Los distintos laboratorios del mundo iniciaron rápidamente la aplicación de su metodología, y llegaron a la conclusión de que ese era el mejor método de investigación en la frontera de la física de aquel momento. De esta forma, este aragonés inicio una etapa de auge internacional de la espectrografía, en la investigación de la estructura de la materia.
En su nueva biografía, también recordamos su propuesta de una Tabla periódica de los elementos, íntimamente relacionada con la configuración electrónica de los átomos, y su aportación al desarrollo de un modelo concreto de estructura de la materia, que sugerimos debería ser denominado como: Modelo Atómico de Böhr – Sommerfeld –Catalán.
En mi opinión personal, Miguel Catalán fue el máximo exponente de la Edad de Plata de la Ciencia Española, gracias a su laboriosidad, capacidad intelectual y tenacidad, por lo que es un ejemplo paradigmático. Tras sus descubrimientos científicos, consigue un rápido reconocimiento internacional difícilmente repetible, que le convierten en prescriptor científico a escala internacional.
La Unión Astronómica Internacional, años después de su muerte, bautizaría con su nombre a una familia de cráteres de la Luna. El CSIC, en el que trabajó como investigador los últimos siete años de su vida, años después, en 1994 también decidió dedicar un centro de investigación a la memoria de nuestro profesor. El Centro de Física "Miguel Antonio Catalán" (CFMAC), situado en Madrid Serrano, 121, y que está integrado por los Institutos de Estructura de la Materia (IEM), Instituto de Óptica (IO) e Instituto de Matemáticas y Física Fundamental (IMAFF).
Pero todo lo por él conseguido, lo pierde tras la Guerra Civil, y lo que venía siendo una epopeya científica, se convirtió en una verdadera tragedia humana, como también le ocurrió a muchos otros españoles. Además de evocar con melancolía su pasado, que también es parte de nuestra memoria histórica, en esta nueva biografía, dejamos patente la recia personalidad de nuestro admirado profesor, con el fin de que los que no lo pudieron disfrutar en vida, participen de sus conocimientos y puedan valorar mejor todo lo que el matrimonio Miguel Catalán/Jimena Menéndez-Pidal hizo por la sociedad y la cultura española, en aquellos años.