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Blog de Tendencias21 sobre cuentos, poemas y otras creaciones
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Esta mañana te he visto correr desde el semáforo hasta el último de los coches. Mientras el verde de la luz no emergiera, tú tenías la oportunidad de pedir una limosna a cada uno de los conductores.
Llegabas hasta ellos con un caminar que más se asemejaba a saltos. Tus movimientos eran rápidos, tenías que aprovechar el tiempo. Los segundos de respiro que daba la luz roja eran para ti una oportunidad para lograr alguna moneda.
Mientras te observaba como ibas desde un coche a otro, desde una ventanilla a la otra (pensando, simultáneamente, si realmente eras tal como te veía), me daba cuenta que tu gran esfuerzo no recibía compensación económica alguna.
Tus pies no se dirigían rectos en la dirección a la que te encaminabas, ambos se miraban las puntas como tratando de no tropezar con los vehículos que, si te descuidabas, se te echarían encima.
Tus brazos se balanceaban sin control, apenas colaboraban con tu intención; pedías pero ellos no parecían tener la suficiente voluntad para aprovechar la oportunidad que, hipotéticamente, se te podía ofrecer en aquella marabunta de motores en marcha, los cuales acelerarían, sin mirar para los lados, ni comprobar si había algún “obstáculo” humano, segundo antes de que el semáforo les diera la oportunidad de emprender su carrera.
Tú, doblado sobre tu cintura, balbuceabas unas palabras, que yo no oía, pero que no tenían respuesta, nadie parecía sensible a tu cuerpo deforme, tu espalda doblada, tus pies torcidos, tus brazos débiles. Parecías un loco sacado de una escena medieval, -si no fuera porque el calendario dice que estamos en el 2002-, corriendo de lado, con una vestimenta moderna, ante unos vehículos de cinco o de seis velocidades. Las figuras se repiten, las escenas son las mismas lo que varía es el decorado del escenario.
Y yo, allí, al otro lado de la calzada. Desde la seguridad que me daba la ancha acera, con el bolso bien prieto por miedo al robo; con mi carpeta llena de ideas sobre cómo analizar esta sociedad desde el sentimiento que me inspira, acompañada de dos autores y de sus obras: Concepción Arenal que hace memoria sobre la igualdad y Rudolf Steiner que nos ofrece sus ensayos de ética.
Los dos desde el siglo XIX; ambos desde una conciencia que taladra el espacio-tiempo para tratar de descifrar la naturaleza humana y poner una luz de esperanza en mi camino, alimentando mi confianza en que, a pesar de las apariencias, el ser humano alcanzará la consciencia de ser uno con todas las expresiones de la Vida.
Aunque yo no lo vea, yo también alentaré ese pensamiento, a pesar de la distancia que existen entre la calidad de vida de los que tienen su lugar de trabajo y su residencia en los magníficos edificios que enseñorean las grandes avenidas de las ciudades o los lugares paradisíacos, mientras los deformes físicos, mentales o psicológicos, sin recursos, están poniendo en peligro sus vidas para obtener un miserable desayuno.
Una mujer de 50 años es una belleza madura
que tiene huellas de lo mucho que ha vivido
Una mujer de 50 años es una fortaleza imbatible
defendida por la madurez alcanzada tras muchos combates
Una mujer de 50 años es un pecho pleno
y unas caderas redondeadas por el ejercicio de la maternidad
Una mujer de 50 años es un hogar acogedor
que se apronta para recibir a los nietos
Una mujer de 50 años es un arcón lleno de misterios
que nunca van a descifrarse,
regalos guardados para ser transmitidos en silencio
Una mujer de 50 años es una sacerdotisa
que celebra cada día, en el templo de su intimidad,
el ceremonial que nutre la vida propia y la de los suyos
Con la mirada anclada en la eternidad
Con el corazón latiendo junto a lo vivido
Con la comprensión y la aceptación que le serena
Con la paz del espíritu que le acompaña
Una mujer de 50 años se prepara
para seguir recibiendo los dones de la vida
15 de agosto de 2004
Alicia Montesdeoca Rivero
Miércoles, 5 de Junio 2019
Qué tiene a tu alma atenazada,
para que tu juventud se haya esfumado
en una rutina comercial
Para que tus ventanas sean estrechas
Para que tu sonrisa sea sólo una mueca,
aunque de tu garganta surjan sonidos de agua cantarina
Qué impidió que crecieras
en todas las direcciones que tu naturaleza prometía
Dónde se perdió esa energía
para saltar, volar, cantar, reír a carcajadas,
que nos prometía tu sola presencia
Deshace niña ese nudo
Prepara una ligera maleta y ponte presta para el viaje
Con cada amanecer surge una nueva oportunidad de vivir
Y... a ti te está esperando
A Laura
( Madrid, 2002)
Alicia Montesdeoca Rivero
Miércoles, 17 de Octubre 2018
Ya partiste tía Juana
en silencio, sin aspavientos
resistiendo los avatares,
con la misma energía de siempre
Yo soy muy fuerte, como un hombre,
decías, mostrando tus músculos de mujer.
Eras fuerte de verdad
en tu silencio, el dolor lo viviste con dignidad
Tu fuerza no venía de tu cuerpo
tu fuerza estaba en tu alma
tu fuerza residía en tu corazón
tu fuerza se llamaba amor
Ahora, libre de las limitaciones carceleras
recuperadas tus facultades eternas
consciente de tu poder
ahora, te veo sonreír plenamente
Me guiñas un ojo desde tu cielo
¡Qué bien salió tu aventura!
Tu risa tiene sonidos de complicidad infantil
Cumpliste la misión a la perfección
A todos nos has dejado el corazón lleno de amor
Alicia Montesdeoca Rivero
Domingo, 22 de Abril 2018
Editado por
Alicia Montesdeoca Rivero
Licenciada en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, Alicia Montesdeoca Rivero es consultora e investigadora, así como periodista científico. Coeditora de Tendencias21, es responsable asimismo de la sección "La Razón Sensible" de Tendencias21. Este blog está dedicado a sus creaciones literarias.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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