Entiendo que este primer artículo del blog que lanzo debería de ser una aproximación en clave de humor sobre cuál es mi punto de vista respecto de la innovación tras más de veinte años reinventando porque no nos engañemos, lo de innovar, es como lo de la inteligencia… todo el mundo tiene inteligencia, (salvo alguna excepción, que las hay y seguro que rápidamente se nos viene el nombre de alguien a la cabeza que se dejó el cerebro en un cajón y no lo saca desde ni se sabe).
Bromas aparte (¿o no? como dice Rajoy), cada uno es inteligente en determinadas competencias y por supuesto siempre con miles de matices. Con la innovación ocurre lo mismo que con la inteligencia, innovar lo que se dice innovar, todo el mundo innova y si no a la definición me remito: Innovación del latín innovatĭo, -ōnis cambio que supone una novedad y quien no haya hecho algo diferente en su vida que tire la primera piedra, bueno no podrá tirarla porque es incompatible con la vida en sí misma.
Visto que lo de la innovación es un clásico desde el principio de los tiempos, no en vano ya nuestro “homo inquetus” ya apuntaba alto: el fuego se le quedó corto y se enredó en los metales, de aquí a la rueda, de ésta a la mecánica, así hasta llegar al motor y lo último al mundo digital, que dicho sea de paso, mi abuela ya era digital (me explico): tenía su grupo de whatsapp (el del “luego vas y lo cascas” en forma de corrillo de calle). Un disco duro que almacenaba todo lo que ocurría en tiempo real en su entorno cercano e incluso lejano (ya monitorizaba) y que gestionaba la información que no veas, no se le escapaba una, y cuando necesitaba tirar de datos históricos y vincularlos, eso que llaman “business intelligence” con las tendencias de la demanda, ríete tu del big data: su cortafuegos anti virus era perfecto, le bastaba con un “no te oigo grítame más” y a ver quién era el guapo que lanzaba una bulo a gritos para que luego generara máxima viralidad y te pillasen rápidamente.
Y sus virus, que os voy a contar de los virus, eran siempre imparables, siempre llegaban a la red, no había cortafuegos posible, primero te lo decía y después añadía el consabido “pero no me hagáis caso que yo ya estoy mayor”. Lo único que le ocurría es que nadie le dijo que era digital y la pobre falleció pensando que era analógica y que sus medios digitales eran cosas de pueblo y de viejos.
Bromas aparte (¿o no? como dice Rajoy), cada uno es inteligente en determinadas competencias y por supuesto siempre con miles de matices. Con la innovación ocurre lo mismo que con la inteligencia, innovar lo que se dice innovar, todo el mundo innova y si no a la definición me remito: Innovación del latín innovatĭo, -ōnis cambio que supone una novedad y quien no haya hecho algo diferente en su vida que tire la primera piedra, bueno no podrá tirarla porque es incompatible con la vida en sí misma.
Visto que lo de la innovación es un clásico desde el principio de los tiempos, no en vano ya nuestro “homo inquetus” ya apuntaba alto: el fuego se le quedó corto y se enredó en los metales, de aquí a la rueda, de ésta a la mecánica, así hasta llegar al motor y lo último al mundo digital, que dicho sea de paso, mi abuela ya era digital (me explico): tenía su grupo de whatsapp (el del “luego vas y lo cascas” en forma de corrillo de calle). Un disco duro que almacenaba todo lo que ocurría en tiempo real en su entorno cercano e incluso lejano (ya monitorizaba) y que gestionaba la información que no veas, no se le escapaba una, y cuando necesitaba tirar de datos históricos y vincularlos, eso que llaman “business intelligence” con las tendencias de la demanda, ríete tu del big data: su cortafuegos anti virus era perfecto, le bastaba con un “no te oigo grítame más” y a ver quién era el guapo que lanzaba una bulo a gritos para que luego generara máxima viralidad y te pillasen rápidamente.
Y sus virus, que os voy a contar de los virus, eran siempre imparables, siempre llegaban a la red, no había cortafuegos posible, primero te lo decía y después añadía el consabido “pero no me hagáis caso que yo ya estoy mayor”. Lo único que le ocurría es que nadie le dijo que era digital y la pobre falleció pensando que era analógica y que sus medios digitales eran cosas de pueblo y de viejos.
Innovación industrial
La innovación no es solo entorno y economía digital, también innovamos en tecnología industrial: hemos inventado la energía eólica renovable, esa de la que hablaba Cervantes en su tratado sobre “visiones innovadoras” de medios técnicos de generación de energía mecánica eólica, más conocido como “EL Quijote”. Los vehículos a motor los estamos sustituyendo por bicicletas (que en los pueblos era el vehículo más habitual para la gente sin recursos), pero como le ocurría a mi abuela, nadie les dijo que eran de lo más “cool”.
En cuanto al día a día, el bienestar nos acerca los tratamientos de equilibrio “hacemos yoga – vamos a los spa y nos damos masajes”. El yoga es del XVII antes de cristo, los spa, antes conocidos como termas romanas y árabes y seguro que el homo básico e incluso sin el homo, ya daba masajes a sus congéneres y en otros aspectos ahora las zanahorias son Anti-Aging, es decir, que desde la visión hipocrática podemos decir que nutricionalmente son funcionales, mientras que antes solo eran de las de “cómetelas que son buenas”.
Si después de lo que llevo escrito, todavía sigues leyendo este blog y también apuestas como yo por la innovación, está claro que lo del masoquismo es una disciplina que deberías de practicar más a menudo (porque irte, está claro que te va).
Para ir terminando con esta visión en clave de reflexión, no sin falta de humor sobre la “innovación”, vamos con el ámbito empresarial. El micro hondas se descubre por culpa de un bocadillo que interfiere en un experimento, la viagra es un error de una investigación sobre antihipertensivos, el teflón se supone que era un material refrigerante y los rayos “x” son el resultado de un experimento para mejorar el revelado fotos…
Quien lea este blog (si es que alguien lo lee que ya es mucho suponer) pensará, o que estoy loco, o que no hemos innovado en nada a lo largo de la historia de la humanidad, y todo lo contrario, me aferro a mi primera afirmación “todos somos innovadores”, pero unas veces la innovación es ir adelante y otra consiste ir para atrás.
No siempre se innova avanzando, algunas veces, se puede innovar retrocediendo y adaptando “lo de antes”, que nos guste reconocerlo o no, todo era muy sostenible y además de economías circular, pero a nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos… nadie les dijo que eran sostenibles, de economía circular y que sus inventos ya solo se podían perfeccionar. Ellos tan solo hablaban de “legado” para las siguientes generaciones y de “hacerlo más fácil”.
I+D+I+C
Dicho todo lo anterior, habrá quien se pregunte qué pinto con estos principios en el mundo de la innovación, así que para satisfacer la curiosidad de los más inquietos, aclararé que mi pasión y profesión se centra en el I+D+I+C, dicho de otro modo, mi especialidad es el “mecano”, eso quiere decir que desmonto: proyectos, negocios, empresas, explotaciones, municipios, comarcas… y con las mismas piezas, pero organizadas de un modo totalmente diferente y disruptivo. Creo un nuevo modelo de desarrollo de proyecto, negocio, empresa, explotación pueblo, comarca… y lo que es muy importante, siempre con poca o nula necesidad de inversión porque utilizo las mismas piezas.
El I+D+I+C es un mundo en cuatro dimensiones donde todo puede tener otra potencialidad y cada elemento opera en múltiples frentes y esa es nuestra pequeña inteligencia, que tan solo requiere un cerebro espacial con visón de conjunto disjunto.
Ahora entenderéis un poco mejor mi visión sobre la innovación, todo es susceptible de ser una innovación y como decía Miguel
Ángel con su “David”, solo quito la piedra que le sobra a la roca para sacar la estatua que lleva dentro. Mi trabajo es similar, por supuesto salvando la distancia entre la genialidad de este “monstruo del arte y la arquitectura” y mis limitadas capacidades.
En Entorno&Estrategia tan solo jugamos al mecano “volvemos a montar las piezas una a una, pero con otro enfoque y de diferente forma” y haciendo honor a nuestro nombre juntamos el Entorno con la Estrategia dando lugar a innovaciones excepcionales.
Para ser la primera vez creo que ha sido un testamento, y os anticipo que en el próximo artículo hablaré de innovación para resolver muchos de los problemas de las empresas y sobre todo, que sepáis que ha sido un placer abrir este blog para poder inspirar sobre “innovación en clave de “pro” y de “retro”.
La innovación no es solo entorno y economía digital, también innovamos en tecnología industrial: hemos inventado la energía eólica renovable, esa de la que hablaba Cervantes en su tratado sobre “visiones innovadoras” de medios técnicos de generación de energía mecánica eólica, más conocido como “EL Quijote”. Los vehículos a motor los estamos sustituyendo por bicicletas (que en los pueblos era el vehículo más habitual para la gente sin recursos), pero como le ocurría a mi abuela, nadie les dijo que eran de lo más “cool”.
En cuanto al día a día, el bienestar nos acerca los tratamientos de equilibrio “hacemos yoga – vamos a los spa y nos damos masajes”. El yoga es del XVII antes de cristo, los spa, antes conocidos como termas romanas y árabes y seguro que el homo básico e incluso sin el homo, ya daba masajes a sus congéneres y en otros aspectos ahora las zanahorias son Anti-Aging, es decir, que desde la visión hipocrática podemos decir que nutricionalmente son funcionales, mientras que antes solo eran de las de “cómetelas que son buenas”.
Si después de lo que llevo escrito, todavía sigues leyendo este blog y también apuestas como yo por la innovación, está claro que lo del masoquismo es una disciplina que deberías de practicar más a menudo (porque irte, está claro que te va).
Para ir terminando con esta visión en clave de reflexión, no sin falta de humor sobre la “innovación”, vamos con el ámbito empresarial. El micro hondas se descubre por culpa de un bocadillo que interfiere en un experimento, la viagra es un error de una investigación sobre antihipertensivos, el teflón se supone que era un material refrigerante y los rayos “x” son el resultado de un experimento para mejorar el revelado fotos…
Quien lea este blog (si es que alguien lo lee que ya es mucho suponer) pensará, o que estoy loco, o que no hemos innovado en nada a lo largo de la historia de la humanidad, y todo lo contrario, me aferro a mi primera afirmación “todos somos innovadores”, pero unas veces la innovación es ir adelante y otra consiste ir para atrás.
No siempre se innova avanzando, algunas veces, se puede innovar retrocediendo y adaptando “lo de antes”, que nos guste reconocerlo o no, todo era muy sostenible y además de economías circular, pero a nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos… nadie les dijo que eran sostenibles, de economía circular y que sus inventos ya solo se podían perfeccionar. Ellos tan solo hablaban de “legado” para las siguientes generaciones y de “hacerlo más fácil”.
I+D+I+C
Dicho todo lo anterior, habrá quien se pregunte qué pinto con estos principios en el mundo de la innovación, así que para satisfacer la curiosidad de los más inquietos, aclararé que mi pasión y profesión se centra en el I+D+I+C, dicho de otro modo, mi especialidad es el “mecano”, eso quiere decir que desmonto: proyectos, negocios, empresas, explotaciones, municipios, comarcas… y con las mismas piezas, pero organizadas de un modo totalmente diferente y disruptivo. Creo un nuevo modelo de desarrollo de proyecto, negocio, empresa, explotación pueblo, comarca… y lo que es muy importante, siempre con poca o nula necesidad de inversión porque utilizo las mismas piezas.
El I+D+I+C es un mundo en cuatro dimensiones donde todo puede tener otra potencialidad y cada elemento opera en múltiples frentes y esa es nuestra pequeña inteligencia, que tan solo requiere un cerebro espacial con visón de conjunto disjunto.
Ahora entenderéis un poco mejor mi visión sobre la innovación, todo es susceptible de ser una innovación y como decía Miguel
Ángel con su “David”, solo quito la piedra que le sobra a la roca para sacar la estatua que lleva dentro. Mi trabajo es similar, por supuesto salvando la distancia entre la genialidad de este “monstruo del arte y la arquitectura” y mis limitadas capacidades.
En Entorno&Estrategia tan solo jugamos al mecano “volvemos a montar las piezas una a una, pero con otro enfoque y de diferente forma” y haciendo honor a nuestro nombre juntamos el Entorno con la Estrategia dando lugar a innovaciones excepcionales.
Para ser la primera vez creo que ha sido un testamento, y os anticipo que en el próximo artículo hablaré de innovación para resolver muchos de los problemas de las empresas y sobre todo, que sepáis que ha sido un placer abrir este blog para poder inspirar sobre “innovación en clave de “pro” y de “retro”.