PENSIONES Y MAYORES, INVESTIGACION E INNOVACION; LA CLAVE
Siempre he compartido el principio de Einstein “si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. Esta frase que “lleva más razón que un santo” deberíamos aplicarla a todos nuestro contexto actual y en todo momento, en especial es muy válida para los problemas actuariales que sabemos que van a llegar con o sin predictiva de por medio, solo con ver las pirámides de población de cualquier país con una esperanza de vida que supere los 65 años (y no por temas de vejez sino financieros) sabemos de qué hablamos a cuarenta años vista y de verdad que no hace falta ser un gurú, es un tema acumulativo y multiplicativo ya sea para bien o para mal, pero inalterable.
Las pirámides de los países emergentes de Latinoamérica salvo catástrofes naturales o torpezas del ser humano (y eso es más fácil), apuntan a garantizarles cuarenta años de crecimiento sostenido, eso siempre que la política sea la de aportar sistemas de redistribución de riqueza vía impuestos y al mismo tiempo se potencie la formación.
Esas dos combinaciones y con esa pirámide poblacional, económicamente solo pueden crecer, pues cada vez habrá más demanda y además serán demandas nuevas para poder cubrir su propia evolución: primero se construirán colegios y se comprará mucho producto y material infantil enseñándoles a desear, posees, y competir en imagen personal, luego vienen los institutos y los productos para adolescentes (el móvil acelerará el proceso mucho), después universidades con la oferta de artículos para jóvenes (ocio, viajes, vehículos…), más tarde pisos y equipamiento de hogar… con muchas infraestructuras que se desarrollarán al mismo tiempo y facilitarán el consumo y el comercio, y mucho trabajo para personas con menor cualificación en construcción privada y pública para construirlo todo, siempre y cuando el ser humano “no la líe”.
Si giramos la cabeza y miramos desde Latinoamérica al bien llamado viejo continente o “continente de viejos…”, vemos que en España ya hemos hecho ese recorrido piramidal y ahora solo nos queda como algo nuevo por construir los geriátricos, pero no será el mismo boom de hogares, universidades… pues es mucho más económico cuidar a un mayor en su propio hogar que en un establecimiento “residencial sanitario”, de modo que a los que nacimos entre el 60 y el 75 mayoritariamente nos atenderán máquinas y sistemas de esos denominados inteligentes, porque personas físicas no habrá suficientes para tanto mayor.
Eso más o menos lo tenemos asumido y queda claro que la tecnología a través de la investigación va por ese camino, y aunque aparentemente se prueba como algo innovador para público más joven (los iniciadores) para no desmoralizar a los que somos del baby boomer está claro que mientras se va testando, se va disimulando como innovación de tendencia (robots que hacen tareas en el hogar, vehículos que conducen por ti, móviles para leperos (y que me perdonen los leperos), accesorios que te controlan constantes de tu cuerpo, domótica por voz, dosificaciones automáticas de medicación… pero no nos centremos solo en la tecnología y volvamos con innovación al coste de las pensiones que era el otro tema a tratar.
Que las pensiones se pueden cubrir en una parte importante con impuestos está más que claro, entre otros países, Alemania cubre cerca del 20% con impuestos, y no olvidemos que Alemania es España pero con diez años más, ellos ya pasaron por lo que estamos pasando nosotros en socio-economía, pero por eso, porque no es innovador, os hago una propuesta más disruptiva, porque lo de cubrirlo todo con impuestos, de innovación tiene poco…
¿Y si el potencial de una buena parte de los mayores ya jubilados lo agregamos, lo ponemos en valor en el mercado y lo metemos en PIB?
Los mayores son un activo con experiencia, tiempo, paciencia, información… y su horizonte ya no es tan competitivo y por tanto pueden permitirse el lujo de ser mucho más colaborativos…
¿Y si de todo eso lo convertimos en un centro de ingresos que no compita para nada con las oportunidades del mercado laboral de nueva incorporación o del que ya existe?
El resultado sería el contrario, habría dinero complementario para las pensiones y se ayudaría a generar nuevas oportunidades, os aseguro que no es ninguna locura, nosotros desde EntornoyEstrategia ya lo estamos haciendo y si bien es cierto que ni todos pueden, ni todos quieren, hay muchos que sí que lo aprovechan y están encantados con ello.
También se puede innovar en temas de pensiones innovando con los mayores…
La innovación no es un patrimonio de la edad sino de la mentalidad. (Esta frase no se la he robado a nadie es propia).
Próximo blog innovar para generar empleo.
Víctor Valencia
CEO Entorno&Estrategia
Siempre he compartido el principio de Einstein “si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. Esta frase que “lleva más razón que un santo” deberíamos aplicarla a todos nuestro contexto actual y en todo momento, en especial es muy válida para los problemas actuariales que sabemos que van a llegar con o sin predictiva de por medio, solo con ver las pirámides de población de cualquier país con una esperanza de vida que supere los 65 años (y no por temas de vejez sino financieros) sabemos de qué hablamos a cuarenta años vista y de verdad que no hace falta ser un gurú, es un tema acumulativo y multiplicativo ya sea para bien o para mal, pero inalterable.
Las pirámides de los países emergentes de Latinoamérica salvo catástrofes naturales o torpezas del ser humano (y eso es más fácil), apuntan a garantizarles cuarenta años de crecimiento sostenido, eso siempre que la política sea la de aportar sistemas de redistribución de riqueza vía impuestos y al mismo tiempo se potencie la formación.
Esas dos combinaciones y con esa pirámide poblacional, económicamente solo pueden crecer, pues cada vez habrá más demanda y además serán demandas nuevas para poder cubrir su propia evolución: primero se construirán colegios y se comprará mucho producto y material infantil enseñándoles a desear, posees, y competir en imagen personal, luego vienen los institutos y los productos para adolescentes (el móvil acelerará el proceso mucho), después universidades con la oferta de artículos para jóvenes (ocio, viajes, vehículos…), más tarde pisos y equipamiento de hogar… con muchas infraestructuras que se desarrollarán al mismo tiempo y facilitarán el consumo y el comercio, y mucho trabajo para personas con menor cualificación en construcción privada y pública para construirlo todo, siempre y cuando el ser humano “no la líe”.
Si giramos la cabeza y miramos desde Latinoamérica al bien llamado viejo continente o “continente de viejos…”, vemos que en España ya hemos hecho ese recorrido piramidal y ahora solo nos queda como algo nuevo por construir los geriátricos, pero no será el mismo boom de hogares, universidades… pues es mucho más económico cuidar a un mayor en su propio hogar que en un establecimiento “residencial sanitario”, de modo que a los que nacimos entre el 60 y el 75 mayoritariamente nos atenderán máquinas y sistemas de esos denominados inteligentes, porque personas físicas no habrá suficientes para tanto mayor.
Eso más o menos lo tenemos asumido y queda claro que la tecnología a través de la investigación va por ese camino, y aunque aparentemente se prueba como algo innovador para público más joven (los iniciadores) para no desmoralizar a los que somos del baby boomer está claro que mientras se va testando, se va disimulando como innovación de tendencia (robots que hacen tareas en el hogar, vehículos que conducen por ti, móviles para leperos (y que me perdonen los leperos), accesorios que te controlan constantes de tu cuerpo, domótica por voz, dosificaciones automáticas de medicación… pero no nos centremos solo en la tecnología y volvamos con innovación al coste de las pensiones que era el otro tema a tratar.
Que las pensiones se pueden cubrir en una parte importante con impuestos está más que claro, entre otros países, Alemania cubre cerca del 20% con impuestos, y no olvidemos que Alemania es España pero con diez años más, ellos ya pasaron por lo que estamos pasando nosotros en socio-economía, pero por eso, porque no es innovador, os hago una propuesta más disruptiva, porque lo de cubrirlo todo con impuestos, de innovación tiene poco…
¿Y si el potencial de una buena parte de los mayores ya jubilados lo agregamos, lo ponemos en valor en el mercado y lo metemos en PIB?
Los mayores son un activo con experiencia, tiempo, paciencia, información… y su horizonte ya no es tan competitivo y por tanto pueden permitirse el lujo de ser mucho más colaborativos…
¿Y si de todo eso lo convertimos en un centro de ingresos que no compita para nada con las oportunidades del mercado laboral de nueva incorporación o del que ya existe?
El resultado sería el contrario, habría dinero complementario para las pensiones y se ayudaría a generar nuevas oportunidades, os aseguro que no es ninguna locura, nosotros desde EntornoyEstrategia ya lo estamos haciendo y si bien es cierto que ni todos pueden, ni todos quieren, hay muchos que sí que lo aprovechan y están encantados con ello.
También se puede innovar en temas de pensiones innovando con los mayores…
La innovación no es un patrimonio de la edad sino de la mentalidad. (Esta frase no se la he robado a nadie es propia).
Próximo blog innovar para generar empleo.
Víctor Valencia
CEO Entorno&Estrategia