Bitácora
La visita de Hu Jintao a Moscú hace ahora un año tuvo más contenido del que se le atribuyó en su momento. La declaración de que Rusia apoyaría el desarrollo económico del Oeste de China, y de que, por su parte, China contribuiría a la explotación de Siberia y la parte más oriental de Rusia, se está plasmando día a día en una realidad.
Putin y Hu en Moscú.
La electricidad siberiana ya está llegando a China y se ha iniciado la construcción de una línea de alta tensión de 2600 Km desde Irkutz. El ferrocarril transporta este año 15 millones de toneladas de petróleo al corazón de China, en espera de que se construya el oleoducto siberiano de Angarsk. El suministro de gas natural también forma parte de los acuerdos entre Gazprom y la compañía de petróleos de China.
El acercamiento económico entre Rusia y China también tiene otros aspectos militares y estratégicos.
Rusia es el principal suministrador de armamentos para la República popular de China: misiles y aviones, submarinos y navíos rusos, contribuyen a la potencia militar China.
Lás maniobras conjuntas que tuvieron lugar en el noreste de China en agosto de 2005 confirmaron la estrecha colaboración que existe entre ambos ejércitos y su disposición a actuar juntos contra “el extremismo, el terrorismo y el separatismo”.
Las maniobras incluyen operaciones aire-mar y tierra que en algunos casos simulaban un posible desembarco (¿Taiwán?) o una ocupación rápida (¿Corea del Norte?).
Objetivos compartidos
Sin ser amenazadoras, las maniobras han dejado bien claro que los dos países comparten objetivos de estabilidad territorial y se quieren presentar como una alternativa a la hegemonía americana en el ámbito de la seguridad en Asia.
Putin y Hu declararon conjuntamente al término de la reunión de Moscú que “la tarea más importante que tenemos en el siglo XXI es el mantenimiento de la paz, la estabilidad y la seguridad para todos” reclamando para ello un orden internacional multipolar.
La estrategia de Putin es bastante explícita desde su llegada al poder; quiere que Rusia actúe como una potencia euroasiática. La estrategia de Hu es esencialmente pragmática; quiere que China aproveche los recursos naturales y tecnológicos de su mayor vecino.
Lo importante para la Unión Europea es que el acercamiento entre Rusia y China tiene sólidos fundamentos económicos y estratégicos.
Es urgente adaptarse a esta nueva realidad, y prepararse para aprovechar las oportunidades que genera. Porque si China ya es en estos momentos el polo más dinámico del planeta, el contagio de este dinamismo a la Rusia asiática, puede despertar a la Rusia europea. Para la UE, la puerta de Asia empieza a abrirse por su frente oriental, lejos, muy lejos de la península ibérica. Aunque nada es imposible para el espíritu de empresa.
El acercamiento económico entre Rusia y China también tiene otros aspectos militares y estratégicos.
Rusia es el principal suministrador de armamentos para la República popular de China: misiles y aviones, submarinos y navíos rusos, contribuyen a la potencia militar China.
Lás maniobras conjuntas que tuvieron lugar en el noreste de China en agosto de 2005 confirmaron la estrecha colaboración que existe entre ambos ejércitos y su disposición a actuar juntos contra “el extremismo, el terrorismo y el separatismo”.
Las maniobras incluyen operaciones aire-mar y tierra que en algunos casos simulaban un posible desembarco (¿Taiwán?) o una ocupación rápida (¿Corea del Norte?).
Objetivos compartidos
Sin ser amenazadoras, las maniobras han dejado bien claro que los dos países comparten objetivos de estabilidad territorial y se quieren presentar como una alternativa a la hegemonía americana en el ámbito de la seguridad en Asia.
Putin y Hu declararon conjuntamente al término de la reunión de Moscú que “la tarea más importante que tenemos en el siglo XXI es el mantenimiento de la paz, la estabilidad y la seguridad para todos” reclamando para ello un orden internacional multipolar.
La estrategia de Putin es bastante explícita desde su llegada al poder; quiere que Rusia actúe como una potencia euroasiática. La estrategia de Hu es esencialmente pragmática; quiere que China aproveche los recursos naturales y tecnológicos de su mayor vecino.
Lo importante para la Unión Europea es que el acercamiento entre Rusia y China tiene sólidos fundamentos económicos y estratégicos.
Es urgente adaptarse a esta nueva realidad, y prepararse para aprovechar las oportunidades que genera. Porque si China ya es en estos momentos el polo más dinámico del planeta, el contagio de este dinamismo a la Rusia asiática, puede despertar a la Rusia europea. Para la UE, la puerta de Asia empieza a abrirse por su frente oriental, lejos, muy lejos de la península ibérica. Aunque nada es imposible para el espíritu de empresa.
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Catedrático de Economía Aplicada (Universidad de Sevilla), Joaquín Guzmán Cuevas es autor y/o coautor de 15 libros sobre Sistema Financiero, Pymes, Economía Andaluza, Economía Española, Economía Mundial y Economía-Etica, así como autor de más de 30 artículos científicos en revistas nacionales e internacionales. Ha impartido docencia en las universidades de Sevilla, Huelva, Jaén, Nebrija (Madrid), Complutense (Madrid), Florencia (Italia), Nottingham (Reino Unido), Atenas (Grecia), Brno (Rep. Checa), Aquisgrán (Alemania), además de en otros foros académicos-empresarial y universidades de verano. Secretario General de la Sociedad de Economía Mundial (SEM), es Miembro del Comité Editor de la Revista de Economía Mundial, de la Revista de Estudios Andaluces y de la Internacional Entrepreneurship and Management Journal (Springer). Joaquin Guzmán murió debido a una cruel enfermedad el 25 de agosto de 2012. Con nuestra gratitud y respeto.
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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