Notas(29-04-2022.- 1230)
Escribe Antonio Piñero
Afirma el autor que en el Nuevo Testamento hay numerosos textos que contienen afirmaciones históricamente imposibles, ya que tenemos otra documentación al respecto o bien el análisis de la lógica interna del relato demuestra su imposibilidad. Sostiene Gómez Segura que “esto habría carecido de importancia caso de abstenerse el cristianismo de afirmar su supremacía sobre las restantes religiones de su época acudiendo a la pretensión de historia verdadera”. Esta dificultad es muy clara cuando se lee en el prefacio al tercer evangelio, del “Lucas”, en donde se afirma que el autor ha consultado y sopesado el testimonio de gentes que «desde el principio lo vieron por sus ojos, y fueron ministros de la palabra» (Lc 1,2). Los ejemplos presentados por Gómez Segura son varios, pero escojo dos: A. El Censo de Quirino (acaecido el 6-7 d. C.) que contradice lo que “Lucas” misma afirma, a saber, que Jesús nació durante la vida de Herodes el Grande, el cual murió el 4 a. C. (según otros el 2 a. C.). Da igual. Lo importante es que los especialistas dudan seriamente de que Augusto realizase censo alguno de todo el Imperio durante su largo mandato. Algunos opinan lo contrario y defienden que Augusto inició un censo de todo el Imperio en el 7 a. C., pero que –en concreto en Israel– dada las características peculiares del pueblo judío, este censo no pudo terminarse hasta el año 6/7 d. C. y que fue Quirino quien lo concluyó. De cualquier modo –y aunque esto pudiera ser así–, Jesús no nació durante la conclusión de ningún censo anterior, hacia e 7 a. C. que Quirino terminara el 6/7 a. C. Es todo tan oscuro y difícil que no puede aceptarse como históricamente seguro. B. El segundo fue la crucifixión colectiva de tres personas un poco antes de la fiesta de la Pascua del año 30 o 33 d. C. El comentario de Gómez Segura discurre del modo siguiente: »El pasaje de Marcos (15, 27-32) reza: «Y con él crucifican a dos bandoleros, uno a su derecha y otro a su izquierda. Y los que pasaban al lado lo infamaban moviendo sus cabezas y diciendo: "¡eh! El que iba a derribar el templo y reconstruirlo en tres días, sálvate bajando de la cruz". Igualmente, también los sumos sacerdotes se burlaban entre ellos junto con los escribas y decían: "A otros salvó, a él mismo no puede salvarse; el Cristo, el rey de Israel, que baje ahora de la cruz para que veamos y creamos". Y los crucificados con él lo injuriaban. »El relato en Mateo (27, 38-41) sigue este guion y presenta también escuetamente a los dos crucificados con Jesús: Ha confiado en Dios, que le salve ahora si quiere; pues dijo "soy hijo de Dios". Y esto mismo también le echaban en cara los bandoleros crucificados con él. »El relato de Lucas (23, 39-43) es: Uno de los malhechores colgados le injuriaba diciendo: "¿No eres tú el Cristo? Sálvate y sálvanos". Pero como respuesta le dijo el otro recriminándole: "¿No temes tú a Dios, cuando tienes el mismo castigo? Incluso nosotros con justicia, pues recibimos lo adecuado a lo que hicimos; pero él nada extraño hizo". Y decía: "Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino". Y le dijo: "Con seguridad te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso". Opina Gómez Segura ante estos tres pasajes que »La información resulta demasiado oscura como para tomarla literalmente». Y añade: »1. Si se atiende al relato según Marcos y Mateo habrá que preguntarse quiénes son esos dos crucificados de los que nada se dice anteriormente. Incluso se puede imaginar que hubo varias personas detenidas, juzgadas y crucificadas esos días. »2. Si se atiende al relato según Lucas, cabe preguntarse por qué un malhechor haría una pregunta así en un momento como ese, es decir, por qué un crucificado, con sus respectivos dolores, habría de mofarse de otro; y también por qué un tercer crucificado, con sus respectivos dolores, habría de defender al segundo. Y termina: »Parece imposible, pese a los intentos, conciliar las versiones tal como están. Se antoja más realista pensar que los crucificados podrían reprochar algo a Jesús (dos primeras versiones), en caso de pertenecer al mismo grupo que él, y que el relato se habría dulcificado con el tiempo para no dañar la imagen de Jesús; y en el caso de la tradición según cuenta Lucas, el reproche a propósito del salvarse, no sólo Jesús a sí mismo sino Jesús a los dos crucificados, parece corresponder a la misma lógica, cumplir lo prometido: los tres serían parte del mismo movimiento perseguido». De ahí concluye, tomando como guía a Lucas, que toda la historia de la crucifixión de Jesús se ha entendido erróneamente como la crucifixión de un personaje justo, pacifista, inocente, Jesús, rodeado de dos ladrones corrientes. Tal interpretación no parece posible, tomando a todo el Evangelio en su conjunto. Roma no crucificaba a los ladrones, pero sí a los sediciosos contra el Imperio, y en este caso una crucifixión colectiva indica que los funcionarios del Imperio con Poncio Pilato (¡no “Pilatos” como ahora se escribe por influencia del inglés e ignorancia de nuestra tradición literaria!) a la cabeza querían dar una lección al pueblo judío de que aquel que atentara contra la estructura del Imperio, una osadía, pagaría por ella con su muerte en el suplicio de la cruz. Estamos, pues, ante un más que probable imposible histórico, puesto de relieve por la crítica literaria interna de los reatos evangélicos. Se impone la necesidad de interpretar seria y concienzudamente tales relatos evangélicos para averiguar qué parece histórico y qué legendario. Y siempre formulando hipótesis interpretativas plausibles, pero nunca afirmando con absoluta seguridad que la cosa fue así del todo. Sino… ¡lo más probable! Saludos cordiales de Antonio Piñero NOTA Otro enlace a una entrevista con Oscar González esta vez sobre “El Apocalipsis” como libro del Nuevo Testamento curioso y de difícil interpretación: https://youtu.be/UTbmQobWIAg
Viernes, 29 de Abril 2022
Comentarios
Notas(27-04-22) (II)
Escribe Antonio Piñero
Continúo con lo emprendido el 24-02-22. En su Introducción con una claridad poco usual entre los exegetas confesionales que “La lectura de los textos sagrados mismo que forman el Nuevo Testamento destila contradicciones notorias”. Uno y principal es el intento de aclarar –como ya escribimos– la cuestión de los hermanos/primos de Jesús por medio de la apelación al substrato muy judío de los Evangelios (p. 16). Pero, afirma nuestro autor: “Circunscribir al mundo judío de la Palestina conquistada por Roma durante el siglo primero la historia relatada en los evangelios, plantea un nuevo problema por resultar contradictorio en otro punto: si Jesús es Hijo de Dios en sentido de paternidad divina, tal como afirma la tradición cristiana, se plantearía algo que de ninguna manera reflejaría el ambiente judío de la época. No es posible aceptar que un judío creyera en tal cosa, ni siquiera que soportara el mero hecho de sugerir que su dios, Yahvé, tuviera descendencia, no digamos humana. En cambio, eso mismo sí era idea corriente en el mundo grecorromano. Así pues, ante la contradicción de esas dos visiones religiosas del mundo, la judía y la pagana, y dado que los evangelios están escritos en griego pero reflejarían las creencias judías en la vida de Jesús de Nazaret se hablaría de «hijo de Dios», no de «Hijo de Dios» (La primera con minúscula; como cualquier judío piadoso de la época; la segunda con mayúscula: el único “Hijo” y con una paternidad por parte de Dios absolutamente afirmada). La conclusión obtenida de este mero ejemplo es la necesidad de que el lector del Nuevo Testamento tenga absolutamente en cuenta el hecho de que si se apela para entender este corpus la necesidad de distinguir entre dos culturas y perspectivas, no hay más remedio que estudiar a fondo y con detalle “qué puede encajar en una u otra”. Y luego sigue un párrafo que ni tiene desperdicio y que yo me permito reproducir por su importancia: “El ejemplo de hijo / Hijo obliga a leer muy cuidadosamente los textos; a diferenciar capas en un texto que aparentemente es uniforme. Estas capas serían el fruto de varios factores: la mentalidad de cada cultura (judía-pagana), las distintas manos redactoras (sabemos que la colección Nuevo Testamento tiene muchos autores), las distintas épocas de redacción de cada texto (es evidente que los discípulos de Pablo hubieron de escribir después de Pablo), el conocimiento y habilidad de cada autor para expresarse en el idioma elegido para ello. Estas capas, que después de reflexionar un poco no pueden considerarse imaginarias, afectan directamente a la información que ofrecen los textos” (p. 17). En la “cristología” (ciencia que estudia cómo y en qué sentido se titula, y se afirma, que Jesús de Nazaret es el cristo / ungido /mesías) del Nuevo Testamento hay muchas capas que se superponen y que es necesario distinguir en el tiempo. Las he señaldo muchas veces y veo que nuestro autor las recoge. Son las siguientes: “La contradicción en el caso de cuándo se considera que Jesús es «Hijo de Dios» resulta ser la constante, no una peculiaridad. Pablo de Tarso, primer escritor conservado de la colección neotestamentaria, dice expresamente: Jesús es Hijo/hijo (no queda claro) de Dios desde la resurrección de los muertos (Romanos 1, 4); el siguiente texto, Marcos, apunta que la proclamación como hijo/Hijo de Dios tuvo lugar tras su bautismo en el Jordán (Mc 1, 13); en Mateo y Lucas, que se escribieron por este orden tras Marcos, su calidad de Hijo de Dios se fecha en el momento de la concepción por María (Mt 1, 18 y 22; Lc 1, 35). En Juan, para acabar, se dice que Jesús es Hijo de Dios desde el comienzo del mundo (Jn 1, 1-13). Salvo que acudamos a las mencionadas capas molestamente presentes entre unos y otros textos, la explicación de tales contradicciones y ortografías es muy difícil” (pp. 17-18). Lo dejo aquí como materia de reflexión. El Nuevo Testamento está lleno de “cuestiones” / “problemas” de interpretación y a menudo no es fácil que un individuo solo pueda resolverlas. Hay que traer en nuestra ayuda lo que han dicho filólogos e historiadores que llevan años estudiando las capas / estrato diversas de los textos neotestamentarios. Esa ayuda, proporcionada por3 los libros de explicación / exégesis es bienvenida. Saludos cordiales de Antonio Piñero NOTA Estos tiempos han sido fecundos en entrevistas por radio y You Tube. Ahí va otro enlace. Esta vez el tema era la “Pasión de Jesús” de acuerdo con la época en la que se produjo la tal entrevista, Semana Santa: Indagando En la Biblia. Enlace de YouTube de la charla acerca de La Pasión de Jesús. https://youtu.be/jUxeulFGMn4
Miércoles, 27 de Abril 2022
Notas
Qué era el bautismo es una cosa. Qué significaba el bautismo para quienes lo celebraban es otra. He aquí algunos detalles a tener en cuenta según lo que podemos reconstruir sobre los datos que manejamos.
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Editado por
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.
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