CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Hoy escribe Antonio Piñero


Pregunta:


Viendo el mapa de Palestina en tiempo de Jesús. ¿ Cuándo se demoraba las personas que viajaban de Nazareth a Jerusalem (Judea) ya que el recorrido era muy extenso y peligroso y cuales eran las pueblos donde las personas que se daban para descansar y continuar al otro día? ¿Porqué Jesús no predico en Samaria, se bien el se quedo en pequeño pueblo de samaria pero realmente no entro a la cuidad, cual fue la razón realmente?

Respuesta:

Depende si se pasaba por Samaria o no. Normalmente se evitaba el paso por esta región. Pero Jesús lo intentó un vez y fue rechazado (Lc 17,11; Juan 4,4). En cuanto a la tardanza en alcanzar Jerusalén, calcúlela Usted por favor. Era conocido que un legionario caminaba, cargado con sus armas y bagajes de 25 a 30 kms diarios. Una familia, y más en caravana, era mucho más lento. Y en cuanto a las etapas exactas y paradas que se hacían, no lo sé. Busque un libro de arqueología de Israel de ese tiempo, por ejemplo el de Jack Finegan. Encontrará planos de Israel en el siglo I en Google. Hágalo Usted mismo.

Y la razón para evitar Samaria era evidente: la terrible hostilidad entre judíos y samaritanos. Consulte, por ejemplo, Emil Schürer, Historia del pueblo judío en tiempos de Jesús, Cristiandad, Madrid, hacia 1980. O el de Paolo Sacchi, Historia del judaísmo en la época del Segundo Templo, Edit. Trotta, Madrid, 2004.
En líneas generales aprenderá Usted mucho más buscando por su cuenta que preguntando.


Pregunta:


En esta ocasión me dirijo a usted para, sin ánimo de molestar y cuando tenga tiempo (pasadas estas fechas) me resuelva un punto de la resurrección de Jesús que no me queda aclarado.
como comenta, una de las ramas científicas es partidaria del enterramiento en fosa común.
¿quiere esto decir que su inmediatos seguidores desconocían el paradero del cuerpo, lo que apoyaría la idea años más tarde por parte de Pablo de una resurrección y ascenso corporal a los cielos y el posterior añadido de testigos por parte del resto de evangelistas?.
O pudo haber una suerte de robo fetiche de seguidores,también coetáneos, para un enterramiento más intimo de su líder. Y que con el tiempo al no transmitir su ubicación, se perdiese su rastro.
Una cosa es cierta, al poco tiempo de morir nadie sabe donde está el cuerpo. Lo que viene fantástico a apoyar las profecías del antiguo testamento que más tarde se encargan de asociar a Cristo ( si el cuerpo no está en la tierra, sin duda está en los cielos-pensarían-).


Respuesta:


Como Usted sabe, he tratado este tema en varias ocasiones. Lo suyo es más reflexión que pregunta. Por tanto, comento su comentario reflexivo: Me parece muy poco probable la hipótesis del robo. Ya surgió en la antigüedad, y la revivió a finales del siglo XVI Hermann Samuel Reimarus. Da la impresión, que actuando los discípulos de buena fe, el robo y el engaño no favorecerían en absoluto el desarrollo en el seno del judaísmo de un grupo nuevo apocalíptico que en poco tiempo parece que se jugaba la vida en ocasiones por defender sus creencias.

En lo demás un historiador no se inmiscuye. Ni sabe nada de resurrección, ni de apariciones ni mucho menos de ascensiones al cielo o exaltaciones a la diestra del Padre. Todo eso es pura teología Sólo explica el historiador que para aclarar lo que sucedió después y el desarrollo del germen del cristianismo es necesario postular que los seguidores de Jesús estaban convencidos de su resurrección, de su ascensión (un judío no se la imagina sin cuerpo), de sus apariciones y de la vivencia de que el Resucitado, El Viviente, estaba vivo espiritualmente, o como sea, entre ellos.


Pregunta:


¿Cómo fue la evolución de la teología de Pablo desde su “conversión”, hasta
mediados de los 50 en los que escribe las cartas con contenido teológico
importante? Creo que sabemos poco. Creo que es importante profundizar en las
posibles influencias que recibió en esos 25 años. No creo que la re
interpretación de Jesús y del mesianismo fuera obra suya exclusivamente.
Supongo que habría que buscar esas fuentes en la iglesia de Antioquía, ya que
no vemos a Pablo como un responsable de la misma, sino un ordenado de ella,
aunque dado su potente personalidad puede que incluso rompiera lazos con ella.
No sé. Puede haber sido influido también por Bernabé, aunque al parecer éste
no dejó nunca su tendencia judaizante. No sé. Igual todo fué concepción
suya, y yo estoy equivocado.


Respuesta:

Sus líneas de reflexión son igualmente las mías. Nadie, salvo los súper genios, y esos quizás tampoco, piensan solos, sin haber recibido semillas de pensamiento de la atmósfera intelectual que los rodea, de otras personas por doquier. Siempre somos hombres normales a hombros de gigantes. Pablo, de igual modo. Por ello pienso que el inicio del germen de la predicación de Pablo a los paganos, fue algo que surgió entre varios de un grupo. Lo importante en los años 40-44 d.C., según la cronología paulina común es que la predicación de la fe en Jesús se extendió decididamente a los paganos, sea por mano de Pablo o por la de otros judeocristianos. Según Hechos, antes de Pablo algunos judíos helenistas se habían dirigido a los gentiles. Pero nunca se indica el motivo de un cambio tan mayúsculo.


Lucas/Hechos 11 escribe simplemente que desde la dispersión de Jerusalén por las persecuciones, los judeocristianos huidos llegaron a Fenicia, Chipre y Antioquía del Orontes (la actual Antakya en Turquía) sin predicar a nadie la Palabra sino sólo a los judíos. Pero luego añade que hubo también algunos otros judeocristianos, de la misma Chipre y de Cirene que, cuando llegaron a Antioquía, se dirigieron a los griegos predicándoles la Buena Nueva de Jesús. Y es aquí donde encontramos otra vez a Pablo, más o menos cuatro años más tarde, hacia el 44 d.C.

El lector de Hechos 11 siente que la predicación masiva a los paganos en Antioquía es presentad por el autor como una gran novedad. Pero si reflexiona un poco observará que esta impresión es realmente contradictoria con lo que Lucas mismo había narrado en el capítulo anterior. El propio Pedro, en efecto, había tenido una visión celeste en la que la divinidad misma le ordenaba dejar de cumplir las estrictas normas judía sobre los alimentos, que tanto molestaban a los paganos temerosos de Dios.

La consecuencia inmediata fue la predicación de Pedro a unos paganos, un centurión romano de nombre Cornelio y otros amigos, y la conversión de estos a la fe en Jesús, la recepción del Espíritu y luego el bautismo. Pedro accedió entonces a permanecer en casa de Cornelio varios días, participando de su mesa. Unos días más tarde, el propio Pedro a petición de sus condiscípulos de Jerusalén les explicó este enorme cambio, y Lucas afirma que los judeocristianos de la capital lo aceptaron. Pedro, por tanto y según Hechos, había sido el iniciador de la misión a los paganos y no esos otros judeocristianos y, desde luego, no Pablo. Y para complicar las cosas, los mismos Hechos 8,26, indican que el diácono Felipe había convertido a un pagano, un eunuco etíope, ministro de la reina de los etíopes, Candace.

Pablo por su parte tampoco dice cómo ocurrió este enorme cambio, porque cuando escribe su primera carta en el año 51, a los tesalonicenses, hacía mucho tiempo que se predicaba la palabra de Dios a los paganos y daba por supuesto que era un hecho normal. Ahora bien, al principio de Gálatas da a entender que al menos un cambio cualitativo se produjo por la llamada de Dios a él para que fuera expresamente el apóstol de los paganos, tres años más o menos después de la muerte de Jesús. Esta llamada lo habría hecho, a él y no a Pedro, el verdadero inventor en el plano meramente humano de este gran cambio. Y un poco más adelante, en la misma carta, sostiene Pablo que los notables de Jerusalén, los considerados “columnas”, Santiago, Pedro y Juan, viendo que Dios le había confiado el “evangelio de la incircuncisión”, es decir, el apostolado a los paganos al igual que a Pedro “el evangelio de la circuncisión”, es decir, a los judíos, le dieron a él y a Bernabé la mano en señal de comunión, para que ellos fueran a predicar a los gentiles y los de Jerusalén , a los judíos.

Por tanto, ¿Quién fue en realidad el “inventor” de la idea de predicar a Jesús también a los paganos?

Ante la confusión que generan los textos, opinan muchos estudiosos que lo más probable desde el punto de vista histórico es que la decisión de predicar a los gentiles no fuera ni de Pedro ni de Pablo ni de Felipe --en los tres casos movidos por una visión divina--, sino de esos judeocristianos anónimos de Chipre y de Cirene, que tras oír la predicación sobre Jesús en Jerusalén, se trasladaron a Antioquía. Allí, al ver que ciertos temerosos de Dios que frecuentaban la sinagoga oían con gusto su predicación a los judíos acerca de la fe en el Mesías y que, convencidos por esa proclamación, pedían el bautismo en nombre de Jesús, interpretaron todo ello como una acción del Espíritu divino en los momentos finales para que –como habían predicho los profetas, sobre todo Isaías-- también los paganos creyeran en el Mesías y se salvaran incorporándose al Israel de Dios. Con el tiempo se fue refinando esta idea, y fue precisamente Pablo el que la adoptó con mayor firmeza y expuso sus fundamentos. Y más tarde afirmó con todo convencimiento que no era él quien humanamente había dado forma a la idea, sino Dios mismo que le había llamado ex profeso en una visión para llevarla a cabo.

Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Sábado, 20 de Diciembre 2014


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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