CONOCIMIENTO: Fernando Davara

Bitácora

Domingo, 17 de Junio 2007
La filosofía no puede sino beneficiarse de nuestras disputas, porque si nuestras concepciones se prueban verdaderas, se llegará a nuevos logros; y si se prueban falsas, su refutación confirmará aún más las doctrinas originales." (Galileo Galilei)

Uno de los padres de la ciencia moderna, Galileo Galilei, publicó en 1632 una obra titulada “Diálogo sobre los máximos sistemas del mundo, tolemaico y copernicano” donde defendía el sistema heliocéntrico (Copérnico; el Sol es el centro del Universo y está inmóvil) frente al geocéntrico (Tolomeo; la Tierra es el centro y no se mueve). A pesar de haber obtenido las preceptivas licencias necesarias en la época para publicar, la obra le causó problemas, al parecer por desobediencia a ciertas orientaciones eclesiásticas, por lo que fue juzgado por la Inquisición.

Es entonces cuando se forja una leyenda sobre Galileo que, a pesar de no haber sido confirmada por testigo alguno, ha permanecido hasta nuestros días. Cuentan que cuando el Tribunal le condenó a cumplir lo que hoy denominaríamos como un arresto domiciliario, tras abjurar de su teoría heliocéntrica, murmuró: E pur si muove! (¡y sin embargo se mueve!)

Con independencia de que pronunciara la frase, o no lo hiciera (versión esta última que parece ser la mas probable), con el paso del tiempo se convirtió en un símbolo como el paradigma de la firmeza del pensamiento científico frente a los formulismos convencionales.

Comienzo el artículo con este preámbulo pues en él expondré algunas consideraciones sobre Galileo, si bien no serán sobre el célebre astrónomo, que a muchos físicos nos ha servido de guía en nuestro afán investigador, sino respecto al proyecto espacial de la Unión Europea, del mismo nombre, que en la actualidad es motivo de debate.

Durante los días 11 al 13 de Junio hemos celebrado en San Lorenzo de El Escorial (en las cercanías de Madrid) un Congreso dedicado a las oportunidades que ofrecerá al sector empresarial español el futuro sistema de navegación y posicionamiento europeo Galileo (mi participación en su preparación y desarrollo ha sido una de las causas de mi momentáneo alejamiento del blog y de sus lectores)

Organizado por la Asociación Española de la Carretera y financiado por el Ministerio de Industria, en colaboración con ITS España, GMV, la Fundación Mapfre, Giroads y nuestra joven e ilusionante FUNCOAS (Fundación para la transferencia del conocimiento de ASIMELEC), el Congreso planteó como uno de sus objetivos dar a conocer entre las empresas y administraciones españolas la rentabilidad del nuevo mercado que se abrirá cuando Galileo esté operativo.

En tal incomparable marco, a la sombra de las impresionantes y centenarias piedras berroqueñas del Monasterio que ordenó construir Felipe II, hace ya mas de cuatro siglos, hemos tenido la oportunidad de escuchar a muchas voces autorizadas que nos han expuesto las diferentes posibilidades que ofrecerá el futuro sistema, a la vez que hemos reflexionado, en debates abiertos y participativos, sobre la controversia que está actualmente sobre la mesa a partir de las decisiones adoptadas por el Consejo de Ministros de Transporte de la Unión Europea, el pasado 7 de junio, respecto a la necesidad de financiar con fondos públicos este proyecto.

Galileo y GMES (Global Monitoring for Environment and Security; control global del medioambiente y seguridad, por medios de Observación de la Tierra) son las dos grandes iniciativas en que se basa a medio plazo la política espacial europea. Gestionadas conjuntamente por la Comisión Europea (CE) y la Agencia Espacial Europea (ESA), se espera que proporcionen beneficios en dominios muy diversos (I+D, innovación, industria, servicios,..) sin olvidar uno de los objetivos fundamentales como es lograr la autonomía e independencia europea en dos de los campos claves del sector espacial: la Observación de la Tierra y el Posicionamiento y Navegación por satélite.

Las estimaciones de los expertos son que Galileo permitirá crear cerca de 150.000 empleos cualificados y generar (para el 2020) un volumen de negocio de unos 400.000 millones de euros. Pero estas cifras no representan mas que una pequeña parte de los beneficios que puede proporcionar el sistema a la sociedad, al ofrecer un sinfín de aplicaciones y servicios que, en algunos casos, justificarían por si mismos la decisión de poner en operación este sistema (como por ejemplo, seguridad vial, gestión de emergencias o ayuda a usuarios con movilidad reducida).

Con el actual diseño de arquitectura y servicios Galileo ofrecerá la posibilidad de desarrollar y utilizar aplicaciones en dominios tales como medio ambiente, transportes, servicios sociales, seguridad, movilidad, gestión del tráfico y de emergencias, protección civil, urgencias y catástrofes, operaciones de salvamento, etc.

Es cierto que algunas de estas aplicaciones pueden basarse en la utilización de otros sistemas de navegación por satélite, tal como el estadounidense GPS, pero tanto éste, como su homólogo ruso (Glonass), presentan muchas limitaciones que los hacen inútiles para algunos servicios específicos y, en especial, críticos.

Galileo, además de la independencia que proporcionará, vendrá a dar valor añadido a esos sistemas actuales al presentar características diferenciadoras como cobertura global, precisión, continuidad y, en particular, la que todos los expertos consideran la mas distintiva: integridad, que garantizará la recepción de la señal, o de los avisos de error, abriendo así un amplio campo de aplicaciones para servicios de alta calidad y de responsabilidad civil.

Como imponía la lógica, aprovechando la oportunidad de haber organizado este Congreso en las circunstancias actuales, una de las preguntas a responder hacía referencia a la necesidad, o no, de continuar con el proyecto; en este caso la opinión de los distintos intervinientes en el Congreso fue unánime: Galileo debe proseguir, por múltiples e importantes razones, y para asegurarlo la Unión Europea ha de encontrar y garantizar las fórmulas de financiación necesarias, públicas, privadas o mixtas.

Personalmente apoyo esta opinión basándome en algunas consideraciones como las siguientes:

• Dimensión estratégica, soberanía, autonomía e independencia.

• Oportunidades en sectores tecnológicos estratégicos, como el espacio y sus aplicaciones, así como en otros de mayor carácter técnico y de utilización del sistema.

• Posibilidad de explotar el potencial científico y tecnológico de Europa y desarrollar su capacidad industrial, de I+D y de fomento de la innovación, mediante el desarrollo de modernas aplicaciones y servicios que den valor añadido a lo que ofrecen otros sistemas, como GPS

• En caso de abandonar ahora se perderían mas de diez años empleados en utilizar recursos tecnológicos, industriales y políticos, sin olvidar los 1.400 millones de euros que se han destinado hasta el momento para la fase de desarrollo.

• Finalmente, además de perder posibilidades de presencia internacional, derivadas del carácter global del sistema, así como de los acuerdos de cooperación ya establecidos por la Unión Europea con otros países (como China), si se desarrollan los otros sistema previstos, Europa se convertiría en la única potencia mundial que no dispondría de este recurso estratégico.

La solución a la disyuntiva actual pasa por elegir entre las muchas alternativas de financiación propuestas la mas adecuada para el bien común; bien la financiación pública, hasta que el sistema este operativo, o limitar la participación pública a un número de satélites que asegure una primera etapa de funcionamiento, o formulas mixtas.

En cualquier caso Galileo debe seguir y así se podrán aprovechar los beneficios que ofrece el espacio, sector de gran valor añadido, factor de crecimiento, innovación y empleo y valiosa fuente de oportunidades para el progreso y desarrollo de la sociedad.

Varios siglos mas tarde de la experiencia vivida por Galileo Galilei en su defensa por la evolución del pensamiento científico, podemos utilizarla como analogía para reflexionar sobre la situación de este proyecto espacial que, no por casualidad, lleva su nombre.

A la espera de que se tomen las decisiones necesarias para asegurar o acabar con el proyecto, la comunidad científica y tecnológica se encuentra una vez mas tratando de armonizar conocimiento, desarrollo y progreso social con intereses públicos y privados. Confiemos que, después de haber defendido su propuesta sobre avances científicos y desarrollo social, así como de desafío o resistencia a lo establecido (GPS), Galileo (el proyecto) no tenga que abjurar también de ella, y se vea forzado a reconocer, contra su y nuestra opinión, que no es necesario, ni importante.

E pur (Galileo) si muove!

Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Domingo, 17 de Junio 2007 a las 16:36

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Fernando Davara
Fernando Davara
Fernando Davara es Artillero (General de Brigada y Diplomado de Estado Mayor) Físico (Especialidad de Automática e Informática) y Doctor “cum laude” en Ingeniería Informática, complementando esta formación con diversos cursos en las áreas de Inteligencia Artificial y Sistemas Expertos, Tecnologías de la Información, Gestión del Conocimiento, Seguridad y Defensa, etc., así como con la obtención del Diploma de Suficiencia investigadora de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid.

Ha dedicado más de 25 años de trabajo y estudio, siendo autor de numerosos trabajos y monografías, fundamentalmente en los dominios del Espacio y sus aplicaciones, Gestión de crisis, Geomática, Medio Ambiente y Seguridad, Nuevas tecnologías de la Información y las Comunicaciones e Inteligencia Económica. En este mismo contexto ha participado en gran número de seminarios y coloquios (nacionales e internacionales), llevado a cabo varias actividades investigadoras y ha ocupado diversos cargos nacionales y extranjeros, entre ellos seis años como Director del Centro de Satélites de la Unión Europea.

Actualmente es Director y Patrono de la Fundación “ESPAÑA DIGITAL”, Presidente y consultor sénior de “Circulo de Inteligencia” (consultora especializada en Inteligencia Económica y Estratégica), miembro del Consejo Asesor del Clúster de Seguridad y Confianza de Madrid Network y Rector de Honor de la Sociedad de Estudios Internacionales.

Asimismo es profesor y asesor de diversos Máster y Cursos de Postgrado, entre ellos del Área de Inteligencia Económica del Curso de Especialista Universitario en Servicios de Inteligencia del Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado” y del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES) de ICADE y MAS Consulting, así como de Inteligencia Económica y Planificación Estratégica en Cursos y Maestrías en diversas instituciones en España e Iberoamérica, principalmente Colombia, y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21”.

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