Bitácora
Domingo, 18 de Mayo 2014
Post publicado en el Blog: Inteligencia e Innovación en la Cibersociedad
En el transcurso de la campaña electoral que se desarrolla estos días para la elección de representantes en el Parlamento europeo podemos comprobar cómo los candidatos se afanan en utilizar Internet no solamente con objeto de mostrar su compromiso con sus votantes sino también, de forma especial, para tratar de influir en el voto de aquellos que no lo son.
Tanta actividad muestra que los políticos finalmente han comprendido la importancia de la Web 2.0 como gran foro de debate público y acuden a ella para crear su identidad digital, su propia marca, como parte fundamental de las estrategias de campaña, contando con el apoyo de expertos en comunicación y marketing para que la gestionen adecuadamente.
La creación de una identidad digital está orientada, no solamente en la política, a interaccionar con el entorno con el propósito de influir en él. No obstante, no debe olvidarse que existe una clara diferencia entre la imagen que se trata de propagar por la Web y la percepción que los internautas tienen de ella. En consecuencia la eficacia de la pretendida influencia estará muy condicionada por la opinión o consideración que se tenga de nosotros en la red, es decir por la reputación.
La dependencia entre estos dos conceptos, a los que conocemos como e-influencia y e-reputación, induce a que en ocasiones se utilicen como iguales o similares, lo cual es un error que estimo necesario evitar en particular en el ámbito de la Inteligencia Económica y Competitiva donde ambos constituyen parte integral de la moderna práctica de esta disciplina.
Es cierto que influencia, identidad, marca, imagen, reputación, etc., no son términos modernos y sobre ellos se ha escrito y debatido desde hace mucho tiempo. Pero el mundo real se hace cada día más virtual y los conceptos demandan ser abordados desde la perspectiva digital, particularmente en el marco de la Web 2.0, caracterizada por la adición del prefijo “e”.
La Web social (personalmente prefiero seguir la corriente que califica así a la Web 2.0) se ha convertido en un inmenso espacio de intercambio de ideas y opiniones donde interactúan todos, Estados, organizaciones, empresas grandes y minúsculas y los propios ciudadanos, impactando de forma directa en la reputación individual y colectiva. Por esta razón, si se desea crear y propagar una identidad propia no hay otra elección que hacerlo también en el ciberespacio, dotándola de un amplio contenido digital y difundiéndola por medio de acciones de e-influencia con objeto de conseguir una percepción o imagen positiva por los internautas.
Tal percepción que se tiene de una persona u organización en la Web social representa lo que conocemos como e-reputación, concepto que se describe de múltiples y a veces dispares formas. En síntesis podemos definirlo mediante una extrapolación al espacio “e-“ de la que se refleja en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE): “opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo”; en otras palabras: la imagen percibida en la Web de nuestra identidad digital.
El artículo completo puede leerse en: Inteligencia económica, e-influencia y e-reputación
Tanta actividad muestra que los políticos finalmente han comprendido la importancia de la Web 2.0 como gran foro de debate público y acuden a ella para crear su identidad digital, su propia marca, como parte fundamental de las estrategias de campaña, contando con el apoyo de expertos en comunicación y marketing para que la gestionen adecuadamente.
La creación de una identidad digital está orientada, no solamente en la política, a interaccionar con el entorno con el propósito de influir en él. No obstante, no debe olvidarse que existe una clara diferencia entre la imagen que se trata de propagar por la Web y la percepción que los internautas tienen de ella. En consecuencia la eficacia de la pretendida influencia estará muy condicionada por la opinión o consideración que se tenga de nosotros en la red, es decir por la reputación.
La dependencia entre estos dos conceptos, a los que conocemos como e-influencia y e-reputación, induce a que en ocasiones se utilicen como iguales o similares, lo cual es un error que estimo necesario evitar en particular en el ámbito de la Inteligencia Económica y Competitiva donde ambos constituyen parte integral de la moderna práctica de esta disciplina.
Es cierto que influencia, identidad, marca, imagen, reputación, etc., no son términos modernos y sobre ellos se ha escrito y debatido desde hace mucho tiempo. Pero el mundo real se hace cada día más virtual y los conceptos demandan ser abordados desde la perspectiva digital, particularmente en el marco de la Web 2.0, caracterizada por la adición del prefijo “e”.
La Web social (personalmente prefiero seguir la corriente que califica así a la Web 2.0) se ha convertido en un inmenso espacio de intercambio de ideas y opiniones donde interactúan todos, Estados, organizaciones, empresas grandes y minúsculas y los propios ciudadanos, impactando de forma directa en la reputación individual y colectiva. Por esta razón, si se desea crear y propagar una identidad propia no hay otra elección que hacerlo también en el ciberespacio, dotándola de un amplio contenido digital y difundiéndola por medio de acciones de e-influencia con objeto de conseguir una percepción o imagen positiva por los internautas.
Tal percepción que se tiene de una persona u organización en la Web social representa lo que conocemos como e-reputación, concepto que se describe de múltiples y a veces dispares formas. En síntesis podemos definirlo mediante una extrapolación al espacio “e-“ de la que se refleja en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE): “opinión o consideración en que se tiene a alguien o algo”; en otras palabras: la imagen percibida en la Web de nuestra identidad digital.
El artículo completo puede leerse en: Inteligencia económica, e-influencia y e-reputación
Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Domingo, 18 de Mayo 2014 a las 08:15
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Fernando Davara
Fernando Davara es Artillero (General de Brigada y Diplomado de Estado Mayor) Físico (Especialidad de Automática e Informática) y Doctor “cum laude” en Ingeniería Informática, complementando esta formación con diversos cursos en las áreas de Inteligencia Artificial y Sistemas Expertos, Tecnologías de la Información, Gestión del Conocimiento, Seguridad y Defensa, etc., así como con la obtención del Diploma de Suficiencia investigadora de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid.
Ha dedicado más de 25 años de trabajo y estudio, siendo autor de numerosos trabajos y monografías, fundamentalmente en los dominios del Espacio y sus aplicaciones, Gestión de crisis, Geomática, Medio Ambiente y Seguridad, Nuevas tecnologías de la Información y las Comunicaciones e Inteligencia Económica. En este mismo contexto ha participado en gran número de seminarios y coloquios (nacionales e internacionales), llevado a cabo varias actividades investigadoras y ha ocupado diversos cargos nacionales y extranjeros, entre ellos seis años como Director del Centro de Satélites de la Unión Europea.
Actualmente es Director y Patrono de la Fundación “ESPAÑA DIGITAL”, Presidente y consultor sénior de “Circulo de Inteligencia” (consultora especializada en Inteligencia Económica y Estratégica), miembro del Consejo Asesor del Clúster de Seguridad y Confianza de Madrid Network y Rector de Honor de la Sociedad de Estudios Internacionales.
Asimismo es profesor y asesor de diversos Máster y Cursos de Postgrado, entre ellos del Área de Inteligencia Económica del Curso de Especialista Universitario en Servicios de Inteligencia del Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado” y del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES) de ICADE y MAS Consulting, así como de Inteligencia Económica y Planificación Estratégica en Cursos y Maestrías en diversas instituciones en España e Iberoamérica, principalmente Colombia, y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21”.
Ha dedicado más de 25 años de trabajo y estudio, siendo autor de numerosos trabajos y monografías, fundamentalmente en los dominios del Espacio y sus aplicaciones, Gestión de crisis, Geomática, Medio Ambiente y Seguridad, Nuevas tecnologías de la Información y las Comunicaciones e Inteligencia Económica. En este mismo contexto ha participado en gran número de seminarios y coloquios (nacionales e internacionales), llevado a cabo varias actividades investigadoras y ha ocupado diversos cargos nacionales y extranjeros, entre ellos seis años como Director del Centro de Satélites de la Unión Europea.
Actualmente es Director y Patrono de la Fundación “ESPAÑA DIGITAL”, Presidente y consultor sénior de “Circulo de Inteligencia” (consultora especializada en Inteligencia Económica y Estratégica), miembro del Consejo Asesor del Clúster de Seguridad y Confianza de Madrid Network y Rector de Honor de la Sociedad de Estudios Internacionales.
Asimismo es profesor y asesor de diversos Máster y Cursos de Postgrado, entre ellos del Área de Inteligencia Económica del Curso de Especialista Universitario en Servicios de Inteligencia del Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado” y del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES) de ICADE y MAS Consulting, así como de Inteligencia Económica y Planificación Estratégica en Cursos y Maestrías en diversas instituciones en España e Iberoamérica, principalmente Colombia, y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21”.
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