El Biomarketing recoge las últimas aplicaciones de las Neurociencias al Marketing. En investigación de mercados trabaja con una batería de herramientas (IA y analítica, sensores, pinzas kinestésicas, parámetros de fluidos corporales, comunicación inmersiva…) que gestionan la información de todo el cuerpo humano como unidad multicanal. Esas herramientas definen en unidades de cerebro o inteligencia grupal los procesos de decisión. Y paralelamente, es un programa de formación para profesionales de la venta y de relaciones con el público final en cuanto las máquinas ayudan a entender comportamientos y a predefinir decisiones de compra.
Mercadotecnia reciente La mercadotecnia tuvo que operar a partir de los años ochenta últimos en un mercado saturado y dominado por grandes marcas mundiales donde el consumidor estaba ya predefinido y atendido. Para encontrar nuevos nichos se vio obligada a provocar la pasión por la singularidad, la originalidad, lo extraordinario, la diferencia en los diversos sectores del comercio (alimentario, textil, cosmético…). Así se priorizó la segmentación hasta la venta a la carta de productos convencionales (el caso de la leche por ejemplo), la búsqueda de perfiles y targets cada vez más reducidos de consumidores, el seguimiento individual de los compradores, la adecuación a los gustos e instintos individualizados o minoritarios de los seguidores , etc.. Las técnicas de promoción y lanzamiento de la diversidad fueron utilizados sin prejuicios por todo tipo de minorías y movimientos sociales hasta el punto de convertirse en atracción dominante. Lo individual, lo alternativo, lo heterodoxo se impone en todo: comida, viajes, casa, política, educación, ocio, cuidado corporal, dietética…. El culto a la singularidad marca tendencia dando espacio dominante a lo radical, lo llamativo, lo antisistema, lo estrambótico, lo especial, lo sorprendente.
Estos desarrollos del marketing se justificaban técnica y teóricamente con la evolución de la tecnología de las comunicaciones (telefonía móvil), la robótica y la inteligencia artificial y con la correspondiente ideología transhumanista. Es común para todos ellos apostar por la proyección futurista de humanos superados por organismos cibernéticos con capacidades muy superiores a las del hombre actual. Estas ingenierías y teorías computacionales operan con la premisa de que la mente humana funciona como un computador operando en red para organizar información y que las unidades (“beats”) de información son capaces de crear ideas, emociones, símbolos, todo lo que la inteligencia y sensibilidad humanas son hoy capaces de crear, consciencia incluida. El placer, el miedo o el aburrimiento pueden formar parte de un proceso racional traducible a símbolos programables.
Neuromarketing Las Neurociencias, sin embargo, a partir de esos mismos años ochenta, aportaban otras propuestas. Descubrieron primero que la inteligencia era en sí misma emocional y que las neuronas generaban también sentimientos; descubrieron después la existencia de las neuronas espejo que posicionan las capacidades del cerebro en una radical dependencia del mundo exterior y que definen lo singular por su entorno inmediato; poco más tarde redefinieron el sentido del cuerpo humano como una unidad multicanal de captación y procesado de informaciones. El resultado fue sorprendente: la información proviene de muchas fuentes y se distribuye de maneras muy diversas: neuronas, flora intestinal, hormonas, nervios, arterias,…; las emociones tienen origen en todo el cuerpo, húmedo y lleno de humores: sangre, orina, lágrimas, sudor, mocos, excrementos; los procesos se desarrollan en una interacción variable entre lo interior y lo exterior, entre lo fisiológico y lo intangible hasta el punto de que se puede afirmar que la “mente” está llena de componentes que no están en el cerebro. De esa forma, el lugar donde se producen las decisiones se diluye y tal vez no depende de factores fisiológicos sino de factores intangibles del tipo de predicciones, objetivos o del tipo de elementos inestables del espacio exterior al propio cuerpo. En nuestro grupo de investigación (“Espacio Neurocom”) de la Universidad Complutense trabajamos desde años con proyectos buscando respuestas a estos previsibles.
Los publicitarios descubrieron muy rápido las posibilidades que estos estudios de las Neurociencias ofrecían a los procesos de venta. Experimentaron buscando primero con sensores en la cabeza los circuitos neuronales en los que debían producirse dichas decisiones de selección y compra; pasaron después a prácticas y herramientas capaces de gestionar lo auditivo, lo visual, lo kinestésico (tacto, olfato, gusto, movimientos faciales….), intentando siempre decodificar los procesos y anteponerse a tales decisiones. A estos modos de hacer y desde hace unos veinte años se les conoce como Neuromarketing. Sus técnicas dependen directamente de herramientas y operan en consecuencia sobre unidades individuales como las viejas encuestas. Continúan apoyándose en la unidad y en la singularidad y es la estadística de sumandos y ajustes la que establece valores de mercado.
Biomarketing La fiabilidad de esos modos de hacer es sin embargo relativa. El uso de sensores en la cabeza, de gafas computerizadas y de pinzas kinestésicas dan una información individual útil pero relativa. Porque el cuerpo humano en su conjunto funciona como una unidad multifuncional que genera información sobre todo humoral, información húmeda, (suma de datos, fluidos y movimientos) provenientes de sistemas corporales no siempre complementarios (neuronas, flora intestinal, sistemas endocrino, linfático, muscular, hormonal, analítica médica…) y de sistemas extra-corporales (dieta, contaminación, situación vital, entorno social…). Y además, porque los procesos decisionales son prioritariamente grupales, en torno a un cerebro e inteligencia coral.
El Biomarketing trabaja así con toda la información que el cuerpo es capaz de generar y procesa dicha información húmeda (que actúa como el flujo productor y distribuidor de sentimientos, ideas, parámetros, movimiento, decisiones…) en unidades corales, en formatos que responden a la existencia de un cerebro de grupo con responsabilidad y capacidad de decisión (algo muy distinto por ello a los tradicionales “targets” de opinión).
Las herramientas que ayudan a entender dicha información húmeda responden a esas múltiples fuentes. Se trabaja con Inteligencia Artificial y Analítica de Datos para el análisis de comportamientos que llevan a la definición de núcleos de inteligencia coral. Se trabaja con los sensores, instrumentos computerizados o pinzas kinestésicas (vista, oído, olfato, tacto…) que permiten posicionar intenciones y predefinir gustos e intereses. Se trabaja con analítica y parámetros médicos que garantizan y estabilizan tales posicionamientos. Se trabaja con herramientas de comunicación inmersiva que permiten presentar y evaluar la realidad desde perspectivas múltiples y adecuadas a los intereses del practicante: realidad virtual, realidad aumentada, hologramas, videogames…etc.. Un programa de biomarketing arranca por tanto con una batería de herramientas que permiten descubrir, medir y elaborar reacciones individuales y grupales y determinar los procesos de decisión. En su desarrollo metodológico es similar a la de las investigaciones convencionales: una parte puede llevarse a cabo sin conocimiento de los afectados pero para otra parte se necesita su colaboración y aceptación tal como se viene haciendo ya en algunas superficies comerciales.
Entrenamiento en Biomarketing Hemos descrito en los párrafos anteriores un nuevo método de investigación y conocimiento de los mercados. Esos modos de hacer permiten una línea complementaria de acción de enorme interés: el de la formación del personal de ventas o de los profesionales en relación directa con públicos desconocidos. Las máquinas, en su proceder analítico, enseñan al practicante a relacionarse con dichos públicos, al vendedor. Cuando un vendedor a puerta fría, por situarnos en la posición más dura, conoce y experimenta cómo operan las herramientas y los resultados de su aplicación, está en condiciones de utilizar formas de entendimiento directo, que le facilitan enormemente las relaciones en vivo con el hipotético comprador o cliente. Las máquinas le han enseñado significados de comunicación no verbal por ejemplo; le han enseñado el significado de movimientos corporales no controlados; le han enseñado orientación en las relaciones verbales y su capacidad de crear imágenes ampliadas o no, a voluntad, conexiones, metáforas, mecanismos de encantamiento; le han enseñado capacidades de presentación de la oferta.... El vendedor potencial puede aplicar lo aprendido de las máquinas en su diaria actividad y ejercicio profesional. El Biomarketing es por tanto y también un sistema de formación de enorme utilidad para todos aquellos que tengan que moverse en relaciones finales y muy especialmente para los que se dedican a la venta a puerta fría.
Es así como el Biomarketing humidifica y humaniza las relaciones interpersonales o con cerebros corales especialmente en situaciones a puerta fría. Y será sin
Estos desarrollos del marketing se justificaban técnica y teóricamente con la evolución de la tecnología de las comunicaciones (telefonía móvil), la robótica y la inteligencia artificial y con la correspondiente ideología transhumanista. Es común para todos ellos apostar por la proyección futurista de humanos superados por organismos cibernéticos con capacidades muy superiores a las del hombre actual. Estas ingenierías y teorías computacionales operan con la premisa de que la mente humana funciona como un computador operando en red para organizar información y que las unidades (“beats”) de información son capaces de crear ideas, emociones, símbolos, todo lo que la inteligencia y sensibilidad humanas son hoy capaces de crear, consciencia incluida. El placer, el miedo o el aburrimiento pueden formar parte de un proceso racional traducible a símbolos programables.
Neuromarketing Las Neurociencias, sin embargo, a partir de esos mismos años ochenta, aportaban otras propuestas. Descubrieron primero que la inteligencia era en sí misma emocional y que las neuronas generaban también sentimientos; descubrieron después la existencia de las neuronas espejo que posicionan las capacidades del cerebro en una radical dependencia del mundo exterior y que definen lo singular por su entorno inmediato; poco más tarde redefinieron el sentido del cuerpo humano como una unidad multicanal de captación y procesado de informaciones. El resultado fue sorprendente: la información proviene de muchas fuentes y se distribuye de maneras muy diversas: neuronas, flora intestinal, hormonas, nervios, arterias,…; las emociones tienen origen en todo el cuerpo, húmedo y lleno de humores: sangre, orina, lágrimas, sudor, mocos, excrementos; los procesos se desarrollan en una interacción variable entre lo interior y lo exterior, entre lo fisiológico y lo intangible hasta el punto de que se puede afirmar que la “mente” está llena de componentes que no están en el cerebro. De esa forma, el lugar donde se producen las decisiones se diluye y tal vez no depende de factores fisiológicos sino de factores intangibles del tipo de predicciones, objetivos o del tipo de elementos inestables del espacio exterior al propio cuerpo. En nuestro grupo de investigación (“Espacio Neurocom”) de la Universidad Complutense trabajamos desde años con proyectos buscando respuestas a estos previsibles.
Los publicitarios descubrieron muy rápido las posibilidades que estos estudios de las Neurociencias ofrecían a los procesos de venta. Experimentaron buscando primero con sensores en la cabeza los circuitos neuronales en los que debían producirse dichas decisiones de selección y compra; pasaron después a prácticas y herramientas capaces de gestionar lo auditivo, lo visual, lo kinestésico (tacto, olfato, gusto, movimientos faciales….), intentando siempre decodificar los procesos y anteponerse a tales decisiones. A estos modos de hacer y desde hace unos veinte años se les conoce como Neuromarketing. Sus técnicas dependen directamente de herramientas y operan en consecuencia sobre unidades individuales como las viejas encuestas. Continúan apoyándose en la unidad y en la singularidad y es la estadística de sumandos y ajustes la que establece valores de mercado.
Biomarketing La fiabilidad de esos modos de hacer es sin embargo relativa. El uso de sensores en la cabeza, de gafas computerizadas y de pinzas kinestésicas dan una información individual útil pero relativa. Porque el cuerpo humano en su conjunto funciona como una unidad multifuncional que genera información sobre todo humoral, información húmeda, (suma de datos, fluidos y movimientos) provenientes de sistemas corporales no siempre complementarios (neuronas, flora intestinal, sistemas endocrino, linfático, muscular, hormonal, analítica médica…) y de sistemas extra-corporales (dieta, contaminación, situación vital, entorno social…). Y además, porque los procesos decisionales son prioritariamente grupales, en torno a un cerebro e inteligencia coral.
El Biomarketing trabaja así con toda la información que el cuerpo es capaz de generar y procesa dicha información húmeda (que actúa como el flujo productor y distribuidor de sentimientos, ideas, parámetros, movimiento, decisiones…) en unidades corales, en formatos que responden a la existencia de un cerebro de grupo con responsabilidad y capacidad de decisión (algo muy distinto por ello a los tradicionales “targets” de opinión).
Las herramientas que ayudan a entender dicha información húmeda responden a esas múltiples fuentes. Se trabaja con Inteligencia Artificial y Analítica de Datos para el análisis de comportamientos que llevan a la definición de núcleos de inteligencia coral. Se trabaja con los sensores, instrumentos computerizados o pinzas kinestésicas (vista, oído, olfato, tacto…) que permiten posicionar intenciones y predefinir gustos e intereses. Se trabaja con analítica y parámetros médicos que garantizan y estabilizan tales posicionamientos. Se trabaja con herramientas de comunicación inmersiva que permiten presentar y evaluar la realidad desde perspectivas múltiples y adecuadas a los intereses del practicante: realidad virtual, realidad aumentada, hologramas, videogames…etc.. Un programa de biomarketing arranca por tanto con una batería de herramientas que permiten descubrir, medir y elaborar reacciones individuales y grupales y determinar los procesos de decisión. En su desarrollo metodológico es similar a la de las investigaciones convencionales: una parte puede llevarse a cabo sin conocimiento de los afectados pero para otra parte se necesita su colaboración y aceptación tal como se viene haciendo ya en algunas superficies comerciales.
Entrenamiento en Biomarketing Hemos descrito en los párrafos anteriores un nuevo método de investigación y conocimiento de los mercados. Esos modos de hacer permiten una línea complementaria de acción de enorme interés: el de la formación del personal de ventas o de los profesionales en relación directa con públicos desconocidos. Las máquinas, en su proceder analítico, enseñan al practicante a relacionarse con dichos públicos, al vendedor. Cuando un vendedor a puerta fría, por situarnos en la posición más dura, conoce y experimenta cómo operan las herramientas y los resultados de su aplicación, está en condiciones de utilizar formas de entendimiento directo, que le facilitan enormemente las relaciones en vivo con el hipotético comprador o cliente. Las máquinas le han enseñado significados de comunicación no verbal por ejemplo; le han enseñado el significado de movimientos corporales no controlados; le han enseñado orientación en las relaciones verbales y su capacidad de crear imágenes ampliadas o no, a voluntad, conexiones, metáforas, mecanismos de encantamiento; le han enseñado capacidades de presentación de la oferta.... El vendedor potencial puede aplicar lo aprendido de las máquinas en su diaria actividad y ejercicio profesional. El Biomarketing es por tanto y también un sistema de formación de enorme utilidad para todos aquellos que tengan que moverse en relaciones finales y muy especialmente para los que se dedican a la venta a puerta fría.
Es así como el Biomarketing humidifica y humaniza las relaciones interpersonales o con cerebros corales especialmente en situaciones a puerta fría. Y será sin
Jesús Timoteo Álvarez Alvarez
João de Almeida Santos
La cuestión catalana constituye uno de los más graves problemas que se ponen no sólo a España democrática, sino a la Unión europea. Una parte consistente de los catalanes quieren separarse de Espãna. Hay que aceptar que, desde un punto de vista democrático, trátase de una aspiración legítima que debe ser, por supuesto, accionada a través de los mecanismos procesuales propios de una democracia representativa, pues que hay que cambiar algo muy importante en el Estado-Nación español.
Y esto requiere procedimientos excepcionales, por lo menos, los que son comúnmente usados para hacer reformas constitucionales, o sea, mayorías cualificadas. Pero, esta reivindicación sucede en un país que pertenece a una comunidad política más amplia, o sea, la Unión Europea que mira a una integración política más allá de los Estados nacionales y que tenga capacidad de constituirse como un fuerte protagonista mundial con una clara identidad política. O sea, España pertenece a un espacio político que mira a superar la lógica de Westfalia a través de la construcción de una democracia supranacional, la primera de siempre, para responder a los retos que la globalización pone a todos los que ambicionan afirmarse como protagonistas mundiales.
A estos retos no es posible responder con el nacionalismo, pero es posible encontrar formas de organización del Estado compatibles, por ejemplo, con una forma política (de tipo federal) que corresponda a las expectativas de los catalanes y otros, manteniendo, sin embargo, la unidad territorial de España, o sea el principio que acompaña siempre, en la política democrática, el principio del derecho a la autodeterminación.
Con este ensayo intento clarificar las premisas que tienen que ser observadas por los protagonistas políticos españoles si quieren no sólo garantizar paz y estabilidad para España, sino un futuro para la Unión Europea.
Y esto requiere procedimientos excepcionales, por lo menos, los que son comúnmente usados para hacer reformas constitucionales, o sea, mayorías cualificadas. Pero, esta reivindicación sucede en un país que pertenece a una comunidad política más amplia, o sea, la Unión Europea que mira a una integración política más allá de los Estados nacionales y que tenga capacidad de constituirse como un fuerte protagonista mundial con una clara identidad política. O sea, España pertenece a un espacio político que mira a superar la lógica de Westfalia a través de la construcción de una democracia supranacional, la primera de siempre, para responder a los retos que la globalización pone a todos los que ambicionan afirmarse como protagonistas mundiales.
A estos retos no es posible responder con el nacionalismo, pero es posible encontrar formas de organización del Estado compatibles, por ejemplo, con una forma política (de tipo federal) que corresponda a las expectativas de los catalanes y otros, manteniendo, sin embargo, la unidad territorial de España, o sea el principio que acompaña siempre, en la política democrática, el principio del derecho a la autodeterminación.
Con este ensayo intento clarificar las premisas que tienen que ser observadas por los protagonistas políticos españoles si quieren no sólo garantizar paz y estabilidad para España, sino un futuro para la Unión Europea.
João de Almeida Santos
“You might not see things yet on the surface,
but underground, it's already on fire”
Mangunwijaya.
Leitmotiv de No Logo,
de Naomi Klein.
João de Almeida Santos
LA POLÍTICA está conociendo cambios muy profundos. Todo está cambiando. Pero las formaciones políticas tradicionales no han todavía comprendido lo que está sucediendo! Siguen haciendo política como la hacen desde hace demasiado tiempo. Su componente orgánica sigue siendo decisiva en su organización. Los métodos de selección de los dirigentes no han cambiado ante los profundos cambios producidos por la revolución de la Red y de las TICs. No han todavía comprendido que estamos ante una afirmación de ciudadanía muy fuerte y muy diferente de las que nuestras sociedades han conocido hasta ahora. La red y las Tics están revolucionando las relaciones humanas, las relaciones sociales y también la política. La perspectiva comunitarista dominante en la visión del mundo de las izquierdas tradicionales no tiene sentido ante la emergencia de los nuevos “prosumers” muy activos en el nuevo espacio digital deliberativo. El dominio absoluto de la lógica de las grandes organizaciones en la política y la comunicación ha terminado, pues está emergiendo un nuevo tipo de poder, el poder diluido, centrado en un individuo complejo, portador de múltiples pertenencias idealistas y de intereses muy diferenciados, capaz de utilizar con eficacia y rapidez los nuevos medios (las TICs), sea para movilizar, sea para organizar la ciudadanía en torno a nuevos proyectos políticos.
Propongo, pues, aquí una nueva e estructurada visión global para un cambio y una definición más avanzada de la identidad político-ideal de los partidos socialistas que están conociendo una peligrosa erosión política, cediendo el paso a formaciones populistas sin contenido substantivo, pero muy fuertes y competentes en el uso de los nuevos medios para la auto-movilización e auto-organización de la ciudadanía. Hay, pues, que identificar nuevas líneas ideales, una nueva cartografía política y cognitiva para la ciudadanía y nuevas formas de organización y de movilización que estos partidos tienen que asumir. La ciudadanía, el tiempo de la política, la comunicación, la naturaleza del poder, han cambiado en profundidad y los agentes activos de la política tienen que comprender que si no cambian serán pronto sustituidos por otros más competentes y eficaces, pero en muchos casos sin una clara identidad política puesto que su afirmación está basada solamente en la crítica y en fórmulas populistas para consumo electoral.
Hace dos meses (enero), António Costa, Secretario General del PS, y Pedro Sánchez, Secretario General del PSOE, han afirmado la necesidad de producir cambios profundos en el panorama europeo de los partidos socialistas que pueda interrumpir con éxito el proceso de creciente afirmación de partidos alternativos y populistas nutriéndose esencialmente de los electorados de estos partidos. Sí, es un paso adelante, pero este proceso es más que publicidad o afirmación de buenas voluntades. Sin embargo hay que producir profundos y substanciales cambios para obtener resultados compatibles con las nuevas exigencias de la ciudadanía. En Portugal el cambio está siguiendo su recorrido. En España también. No ha sido, en Portugal, todavía alcanzada una fórmula que pueda integrar a los nuevos partidos en soluciones gobernativas. El proceso está siguiendo sus trámites. Vamos a ver lo que sucede en estos dos países.
João de Almeida Santos
Editado por
Jesús Timoteo
Catedrático de Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid y Profesor Honorario en la Escuela Superior de Comunicación Social de la Universidad Politécnica de Lisboa, Jesús Timoteo es también Socio Consultor de la firma “Consultores QuantumLeap Comunicación” y Director del grupo I+D (UCM) “Comunicación / Comunicaciones”.
Otras firmas
João de Almeida Santos. Consejero político del Primer Ministro portugués (2005-2011), João de Almeida Santos es «Doctor Europeo» por la FCI de la Universidad Complutense de Madrid. Vive en Lisboa. Licenciado en Filosofia en la Universidad de Coimbra, donde ha sido profesor de Filosofia Política. En 1987 obtuvo la «Laurea di Dottore in Filosofia» en la Facoltà di Lettere e Filosofia de la Universidad de Roma «La Sapienza», donde ha sido tambien profesor. Ha publicado, entre otros libros, «Paradoxos da democracia» (Lisboa, 1998), «Os intelectuais e o poder» (Lisboa 1999) e «Homo Zappiens» (Lisboa, 2000). Es Profesor en la Universidad Lusófona de Lisboa
Carlos Jimenes, Presidente de Secuware.
Jesús Calzadilla, ingeniero de telecomunicación y experto en tendencias.
Otras firmas
João de Almeida Santos. Consejero político del Primer Ministro portugués (2005-2011), João de Almeida Santos es «Doctor Europeo» por la FCI de la Universidad Complutense de Madrid. Vive en Lisboa. Licenciado en Filosofia en la Universidad de Coimbra, donde ha sido profesor de Filosofia Política. En 1987 obtuvo la «Laurea di Dottore in Filosofia» en la Facoltà di Lettere e Filosofia de la Universidad de Roma «La Sapienza», donde ha sido tambien profesor. Ha publicado, entre otros libros, «Paradoxos da democracia» (Lisboa, 1998), «Os intelectuais e o poder» (Lisboa 1999) e «Homo Zappiens» (Lisboa, 2000). Es Profesor en la Universidad Lusófona de Lisboa
Carlos Jimenes, Presidente de Secuware.
Jesús Calzadilla, ingeniero de telecomunicación y experto en tendencias.
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