En la Mitología griega el tema de la muerte ha sido fuente de inspiración, reflexión, y también de parodia...
Algunos personajes descendieron al mundo de los muertos y después de regresar a la tierra contaron sus experiencias y lo que vieron en el mundo subterráneo. Entre ellos, están las figuras de HERACLES, ULISES, o el adivino TIRESIAS
Ahora es LUCIANO (mezcla de Swift y Voltaire) quien hace chanzas de este tópico en un pasaje de su obra El VIAJE AL MAS ALLA (EL TIRANO).
Personajes:
Megapentes: ricachón que rehúsa abandonar el mundo de los vivos, aunque le ha llegado su hora.
Cloto: una de las Moiras o Parcas, encargadas de dictaminar sobre la vida de los hombres
Mícilo: un pobre zapatero, ansioso de partir para el otro mundo, a la vista de lo que poco afortunada que es su vida en éste.
CLOTO Embarca tú primero, Megapentes.
MEGAPENTES De ningún modo, soberana Cloto. Déjame regresar al mundo de arriba durante un rato. Y luego yo mismo volveré por mi propia iniciativa, sin que nadie tenga que reclamarme.
CLOTO ¿Por qué quieres volver?
MEGAPENTES Autorízame a que termine de construir mi casa, pues la he dejado a medio hacer.
CLOTO ¡Tú alucinas! ¡Anda, sube!
MEGAPENTES Sólo te pido un rato, Moira. Déjame un solo día, hoy, para que pueda informar a mi mujer sobre mis bienes, para decirle dónde tengo escondido un gran tesoro.
CLOTO ¡Ya está decretado! No lograrás nada.
MEGAPENTES ¿Se perderá, pues, tan gran fortuna?
CLOTO No, no se perderá. No te preocupes de eso. Tu primo Megacles lo recuperará.
MEGAPENTES ¡Qué insolencia! Mi enemigo, a quien no maté antes por pura indolencia mía.
CLOTO ¡Ése es! Te sobrevivirá algo más de cuarenta años, y heredará tus concubinas, tus vestidos y todo tu tesoro.
MEGAPENTES Eres injusta, Cloto, al repartir lo mío entre mis peores enemigos.
CLOTO Mi querido amigo, esos bienes se los robaste tú antes a Cidímaco, a quien asesinaste junto a sus pequeños hijos....
MEGAPENTES Todavía hay una cosa que me angustia, Cloto, y es por lo que deseaba aunque fuera por un rato asomar mi cabeza a la luz del día.
CLOTO ¿Y de qué se trata? Sin duda parece ser algo descomunal.
Megapentes: ricachón que rehúsa abandonar el mundo de los vivos, aunque le ha llegado su hora.
Cloto: una de las Moiras o Parcas, encargadas de dictaminar sobre la vida de los hombres
Mícilo: un pobre zapatero, ansioso de partir para el otro mundo, a la vista de lo que poco afortunada que es su vida en éste.
CLOTO Embarca tú primero, Megapentes.
MEGAPENTES De ningún modo, soberana Cloto. Déjame regresar al mundo de arriba durante un rato. Y luego yo mismo volveré por mi propia iniciativa, sin que nadie tenga que reclamarme.
CLOTO ¿Por qué quieres volver?
MEGAPENTES Autorízame a que termine de construir mi casa, pues la he dejado a medio hacer.
CLOTO ¡Tú alucinas! ¡Anda, sube!
MEGAPENTES Sólo te pido un rato, Moira. Déjame un solo día, hoy, para que pueda informar a mi mujer sobre mis bienes, para decirle dónde tengo escondido un gran tesoro.
CLOTO ¡Ya está decretado! No lograrás nada.
MEGAPENTES ¿Se perderá, pues, tan gran fortuna?
CLOTO No, no se perderá. No te preocupes de eso. Tu primo Megacles lo recuperará.
MEGAPENTES ¡Qué insolencia! Mi enemigo, a quien no maté antes por pura indolencia mía.
CLOTO ¡Ése es! Te sobrevivirá algo más de cuarenta años, y heredará tus concubinas, tus vestidos y todo tu tesoro.
MEGAPENTES Eres injusta, Cloto, al repartir lo mío entre mis peores enemigos.
CLOTO Mi querido amigo, esos bienes se los robaste tú antes a Cidímaco, a quien asesinaste junto a sus pequeños hijos....
MEGAPENTES Todavía hay una cosa que me angustia, Cloto, y es por lo que deseaba aunque fuera por un rato asomar mi cabeza a la luz del día.
CLOTO ¿Y de qué se trata? Sin duda parece ser algo descomunal.
EN CAMBIO, EL POBRE ZAPATERO MICILO ESTÁ DESEANDO ABANDONAR ESTE TRISTE MUNDO...
MICILO Respóndeme, Cloto, ¿de mí nadie se va a encargar? ¿O porque soy pobre tengo que embarcar el último?
CLOTO ¿Y tú quién eres?
MICILO El zapatero Mícilo.
CLOTO ¿Y te apenas por tardar en subir a bordo? ¿No sabes que este tirano promete que nos dará grandes recompensas si le demoramos su viaje un rato? Me causa gran estupor que el retraso no te resulte agradable.
MICILO Escúchame, queridísima Moira; nada me complace aquél regalo del Cíclope, cuando prometió a Ulises: “Me comeré el último a Nadie”. Seas el primero, seas el último, te aguardan los mismos dientes. Por otra parte, mi situación en nada se asemeja a la de los ricos, pues como suelen decir, nuestras vidas son diametralmente opuestas. Por ejemplo, este tirano parecía feliz durante su vida toda, y de todo el mundo era temido y admirado. Y al verse privado de tanto oro, plata, vestidos, caballos, comilonas, jóvenes efebos y bellas muchachas, es natural que esté contrariado y se lamente de verse privado de todo ello. Pues el caso es que no sé a qué se debe el que el alma se apegue a esas cosas como si se tratase de una trampa de liga y no le sea posible apartarse de ellas con facilidad, porque han quedado largo tiempo fundidas entre sí. Mejor dicho: el vínculo que les ata es irrompible. Y si alguien los separa a la fuerza se ponen a gritar y a suplicar, y aunque respecto a otras cosas se muestran audaces, en lo que a esto se refiere se comportan como cobardes ante el camino que conduce al Hades. Por eso tratan de retroceder hacia arriba y al igual que los que sufren trastornos de amor ansían ver, aunque sea desde lejos, la realidad visible; eso es lo que hacía ese infeliz al tratar de huir por el camino y que aquí no hace más que suplicarte.
15 En cambio yo, como no he tenido en mi vida ninguna renta, ni campo, ni casa de vecindad, ni oro, ni ajuares, ni fama, ni estatuas, estaba presto a partir del otro mundo, y tan pronto como Atropo me hizo una señal con su cabeza, de muy buen grado tiré por tierra la tajadera y el trozo de cuero, y aunque tenía entre manos la confección de un zapato, me puse en pie de un salto y sin calzarme ni limpiar el negro betún de las manos, me dediqué a seguir a éstos, o mejor dicho me puse a la cabeza del grupo mirando sólo hacia adelante. Porque nada de lo que dejaba detrás me hacía retroceder ni me llamaba. Y ahora, por Zeus, veo que todo lo que aquí hay es hermoso: la igualdad de derechos para todo y que nadie sobresalga sobre el vecino me parece que es lo mejor del mundo. Conjeturo además que aquí los acreedores no reclaman las deudas ni se pagan impuestos, y, lo que es más importante, ni se pasa frío en invierno ni se contraen enfermedades ni se reciben golpes a manos de los más fuertes. Hay una paz perpetua y todo funciona al revés: pues nosotros los pobres reímos y en cambio se quejan y se lamentan los ricos.
MICILO Respóndeme, Cloto, ¿de mí nadie se va a encargar? ¿O porque soy pobre tengo que embarcar el último?
CLOTO ¿Y tú quién eres?
MICILO El zapatero Mícilo.
CLOTO ¿Y te apenas por tardar en subir a bordo? ¿No sabes que este tirano promete que nos dará grandes recompensas si le demoramos su viaje un rato? Me causa gran estupor que el retraso no te resulte agradable.
MICILO Escúchame, queridísima Moira; nada me complace aquél regalo del Cíclope, cuando prometió a Ulises: “Me comeré el último a Nadie”. Seas el primero, seas el último, te aguardan los mismos dientes. Por otra parte, mi situación en nada se asemeja a la de los ricos, pues como suelen decir, nuestras vidas son diametralmente opuestas. Por ejemplo, este tirano parecía feliz durante su vida toda, y de todo el mundo era temido y admirado. Y al verse privado de tanto oro, plata, vestidos, caballos, comilonas, jóvenes efebos y bellas muchachas, es natural que esté contrariado y se lamente de verse privado de todo ello. Pues el caso es que no sé a qué se debe el que el alma se apegue a esas cosas como si se tratase de una trampa de liga y no le sea posible apartarse de ellas con facilidad, porque han quedado largo tiempo fundidas entre sí. Mejor dicho: el vínculo que les ata es irrompible. Y si alguien los separa a la fuerza se ponen a gritar y a suplicar, y aunque respecto a otras cosas se muestran audaces, en lo que a esto se refiere se comportan como cobardes ante el camino que conduce al Hades. Por eso tratan de retroceder hacia arriba y al igual que los que sufren trastornos de amor ansían ver, aunque sea desde lejos, la realidad visible; eso es lo que hacía ese infeliz al tratar de huir por el camino y que aquí no hace más que suplicarte.
15 En cambio yo, como no he tenido en mi vida ninguna renta, ni campo, ni casa de vecindad, ni oro, ni ajuares, ni fama, ni estatuas, estaba presto a partir del otro mundo, y tan pronto como Atropo me hizo una señal con su cabeza, de muy buen grado tiré por tierra la tajadera y el trozo de cuero, y aunque tenía entre manos la confección de un zapato, me puse en pie de un salto y sin calzarme ni limpiar el negro betún de las manos, me dediqué a seguir a éstos, o mejor dicho me puse a la cabeza del grupo mirando sólo hacia adelante. Porque nada de lo que dejaba detrás me hacía retroceder ni me llamaba. Y ahora, por Zeus, veo que todo lo que aquí hay es hermoso: la igualdad de derechos para todo y que nadie sobresalga sobre el vecino me parece que es lo mejor del mundo. Conjeturo además que aquí los acreedores no reclaman las deudas ni se pagan impuestos, y, lo que es más importante, ni se pasa frío en invierno ni se contraen enfermedades ni se reciben golpes a manos de los más fuertes. Hay una paz perpetua y todo funciona al revés: pues nosotros los pobres reímos y en cambio se quejan y se lamentan los ricos.
Sábado, 24 de Octubre 2009
Redactado por Antonio Guzmán el Sábado, 24 de Octubre 2009 a las 10:21
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Antonio Guzmán
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