1. Vanidad de entendimiento. La teoría de sistemas y el eco-holismo no están equivocados, nada de eso. Lo que ocurre es que su certitud es parcial, lo que Hegel llamaba “una vanidad de entendimiento”. Esa vanidad puede llegar a ser peligrosa precisamente por su carácter de parcialidad, por pretender que aquello que en realidad constituye la mitad del Kósmos, para los sistémicos y los eco-holistas represente la totalidad.
Veamos. El riesgo de la aplicación de las teorías holísticas planas, aunque sea de manera no pretendida, es casi siempre la instrumentalización de los individuos. Y eso sucede porque se les considera “hebras” de su maravillosa red, servidores de sus funciones globales –eso que hemos llamado en algún lugar su “encaje funcional”-. Aquellos teóricos que pretenden describir una “Totalidad final” (aunque ésta no exista) te asignan un propósito, un papel y un significado real ya que dichos “gurus” dicen tener o conocer lo que llaman el último contexto, la verdadera totalidad que define el encaje funcional y por lo tanto lo que para ellos es la verdad y el significado de cada uno. Naturalmente, según esto, los teóricos de sistemas y los eco-holistas nunca se cansarán de decirnos cual es nuestro encaje funcional en su versión de la “totalidad”.
2. La totalidad como riesgo y como error. Hay una frase de Habermas del “Discurso filosófico” que, más o menos, dice lo siguiente:
Es la colonización del mundo de la vida por los imperativos de los sistemas funcionales que exteriorizan sus costos sobre el otro, una ciega compulsión al mantenimientote los sistemas.
Los defensores de la teoría de sistemas más radical y los eco-holistas, luchan hasta la extenuación hasta derrotar a los atomistas y, caso de triunfar, pretenden ponernos a todos dentro de la para ellos “maravillosa trama de órdenes interconectadas” y no dudan en utilizar esa palabra por tantas razones terrible denominada “Totalidad” para establecer de forma pretendidamente lógica cuales deben ser nuestras necesidades y deseos. Esa es la faz oculta del ecologismo que para salvar a la Totalidad, Gea, lo que es necesario, no duda en preconizar el esclavizar a las partes, nosotros entre otros seres, lo que es tiránico y criminal.
Ya sabemos que el “Todo” es un mito y que sólo hay totalidades/partes u Holones. Pero a estos eco-holistas, totalitarios en el fondo, no les importa. No les importa que al reducir todos los dominios y pruebas de validez al mero encaje funcional, la integridad y las verdaderas integraciones de todos los otros dominios queden totalmente devastadas. No les importa el carácter políticamente totalitario del encaje funcional y que aquello que verdaderamente representa, si somos capaces de patentizarlo con habilidad y claridad, sea exactamente la antítesis de una verdadera democracia.
3. Fragmentación. Veíamos, al iniciar este Blog que según los holistas padecemos en la actualidad el peso de una visión fragmentada del mundo y eso, aunque nos duela es cierto. Pero no menos cierto es que los holistas tampoco han sabido sanar esa fragmentación; simplemente la han reproducido. Reducirlo todo al encaje funcional -¡que expresión más espantosa, además!-, destruye totalmente la integridades cada dominio y, además, hace imposible la verdadera integración de cada uno de ellos. El mundo está verdaderamente fragmentado, eso está claro; pero los holistas son algunos de los principales generadores de esa fractura.
Los holistas imputan a la Ilustración un carácter meramente atomístico, lo que según ellos, es la causa primigenia de la fragmentación del mundo. Al realizar esta acusación tienden una cortina de humo sobre el delito de la Ilustración que ellos mismos perpetúan.
Nuestros sucesivos trabajos, de aquí en adelante, nos mostrarán una visión del mundo lamentablemente fragmentada pero no porque todo haya sido reducido al cuadrante inferior derecho del encaje funcional –la solución eco-holística- sino porque los cuatro cuadrantes aún tienen que ser integrados,
4. Armonía. En esta integración es donde verdad, veracidad, significado y encaje pueden ser puestos en mutua armonía. Esa armonía –y no un reduccionismo que deshace el tejido de cada uno de ellos en nombre una pretendida totalidad- es uno de los temas fundamentales de éste análisis y de todo el análisis que realizamos en el contexto de nuestro quehacer filosófico.
Veremos que el encaje funcional es importante, pero sólo es una parte de la armonía disponible. Y ni siquiera constituye el mundo de hoy, porque antes de que podamos intentar una curación ecológica, debemos alcanzar una comprensión mutua y un acuerdo mutuo entre nosotros sobre el que se puede construir una mejor manera de proceder a nivel colectivo. De ahí la capital importancia de Habermas y su acción comunicativa para nuestra Biofilosofía. Sépase que el impulso de curación no viene a alentar el encaje funcional (Inferior Derecho), sino de la comprensión mutua (Inferior Izquierdo). Y esto, como veremos, depende en primer lugar y sobre todo del crecimiento y la transformación individuales (Superior Izquierdo).
Lo que no llegue a ese nivel, sean cuales fueren sus motivos, sólo perpetúa la fractura (al menos es lo que intentaremos demostrar). Los holistas, al resaltar comprensiblemente la importancia y la urgencia del encaje eco-holístico, han absolutizado el cuadrante Inferior Derecho impidiendo su verdadera integración y condenándolo al destino de todos los fragmentos. Reducir todos los dominios a ese cuadrante, al encaje funcional, no sólo destruye los otros dominios, sino que le destruye a él mismo también.
Esto es otra forma de decir que el absolutizar la biosfera significa precipitar su destrucción. En estos momentos en los que se hace tan necesaria la integración, los eco-holistas no son, digan lo que digan, los verdaderos amigos y protectores de Gea. Puede que sepan proteger tal o cual parcela de Gea, lo que está bien sin duda y es necesario. Pero mucho más necesario es una integración general de los dominios disponibles, pues Gea continúa desmoronándose cada vez más rápido entre una peligrosísima indiferencia general y descuido.