Bitácora
28/01/2008
La dirección de los teletrabajadores es una cuestión absolutamente clave para el éxito del teletrabajo. Así lo señalamos en una serie de varios artículos que dedicamos anteriormente al tema, centrados en el director de la experiencia de teletrabajo en la empresa.
También dedicamos otro al liderazgo en el teletrabajo. Como ocurre en otros aspectos de la modalidad laboral a que nos referimos, aquellos comentarios se hacían eco de la experiencia primera en una modalidad en la que, por su juventud, aún no existían todos los datos que han ido surgiendo con posterioridad, a medida que se extendía la práctica del Teletrabajo.
Pero ahora se va contando ya con una serie de estudios, libros, cursos y congresos. Entre estos últimos resulta interesante el Congreso celebrado en California el 17 de noviembre de 2007, “Managing Virtual Distance Conference”.
Entre los libros, sigue siendo enormemente válido el publicado ya hace unos años por Kimball Fisher y Mareen Duncan Fisher, titulado The Distance Manager, A Hands-on Guide to Managing Off-Site Employees and Virtual Teams. A esto se añaden los cursos y experiencias de distintas escuelas de negocios y organismos (ver, por ejemplo, http://www.serviceleader.org/new/virtual/index.php).
Lo primero que se puede colegir de estos estudios es la confirmación de algunas de las afirmaciones que hacíamos en los artículos citados: La necesidad de dirigir por objetivos y resultados, la necesidad de establecer objetivos claros y mensurables, la claridad de las instrucciones, la necesidad de seleccionar específicamente a las personas que puedan teletrabajar y de asignar a cada persona las tareas que esté capacitada para desempeñar (la persona adecuada en el puesto adecuado), la necesidad de confiar absolutamente en las personas con las que trabajamos a distancia (a más flexibilidad, mayor necesidad de confianza, puede ser el principio general a este respecto), hacer que todo el mundo participe de la información, en lugar de dirigir la información solamente a la persona concernida. Esto incluye también la compartición horizontal de la información: cada cliente es cliente de todos, en la práctica.
Dicho esto, en otros aspectos se constata que la práctica de la dirección a distancia ha tenido que ir adaptándose a una serie de cambios surgidos durante la experiencia. Así, al principio del teletrabajo, este se llevaba a cabo en unos niveles determinados de la empresa, generalmente en puestos más altos, mientras que en la actualidad se teletrabaja en casi todos los niveles.
Y en lo que se refiere al teletrabajo que se realiza en países distintos al de la empresa matriz, era reducido el número de países en los que se realizaba la práctica, siendo así que hoy se ha universalizado. Todo ello ha dado lugar, repetimos, a una serie de cambios de los que trataremos de ocuparnos en sucesivos artículos.
Editado por
Francisco Ortiz Chaparro
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