TRABAJO Y EMPLEO

He de confesar que me han asaltado las dudas al escribir el título de este comentario. La cuestión reside en la palabra nuevo, hasta el punto de que quizás debiera de haberla escrito entre comillas. Porque cuando se consultan ciertos observatorios laborales y se leen determinados estudios que se ocupan de estas tendencias, reparamos en que la mayor parte de las que se refieren a las TICs (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y sus consecuencias –entre ellas, el teletrabajo- se repara en que se remontan a hace al menos un par de decenas de años y que las hemos venido anunciando.

¿O es quizás nuevo señalar que “Los trabajadores del conocimiento representan ya 8 de cada 10 nuevos empleos”, según OCDE, o que “La navegación por el ciberespacio no sólo será una materia obligatoria en las escuelas, sino también una de las fuentes de trabajo más expansivas de las próximas décadas”, o que ”Los telecomunicólogos dominarán la telemática, entendida como la interconexión masiva de ordenadores y sistemas electrónicos a través de redes de telecomunicaciones”, o que…? Las afirmaciones anteriores, con las que estamos en completo acuerdo, pertenecen al por otra parte excelente Observatorio laboral mexicano.

¿Qué queremos decir con ello? Que las tendencias se confirman, pero que estos hechos sólo constituyen la base sobre la que edificar una actividad productiva en el campo de las aplicaciones (la principal de las cuales es para nosotros, de nuevo, el teletrabajo). Esa edificación ha de basarse en el estudio detenido de la actividad a emprender, la realización de un mínimo plan de negocio, la búsqueda de la productividad, que no se consigue sólo con capacitación, sino con una sólida mentalización, disciplina y una seria organización. Hay que estar atentos a los yacimientos de ocupación, tanto a nivel nacional como internacional. Y hay que tener capacidad para la colaboración en red.

Abundando más en las mencionadas tendencias, ciertos estudios airean que no se confirma en los Estados Unidos el crecimiento pronosticado de que los trabajadores autónomos superen al de los contratados en empresas. Pero es precisamente porque más que trabajadores autónomos, lo que surgen son creadores de empresas, que ocupan después a otros trabajadores. Lo que viene a confirmar la importancia del emprendimiento, sobre lo que venimos insistiendo en comentarios anteriores.

En definitiva, la lucha por los mercados no se aborda tanto desde el punto de vista del trabajador (teletrabajador, en nuestro caso) aislado, sino desde el de la agrupación de esfuerzos, la colaboración y el trabajo en red.

Francisco Ortiz Chaparro


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