TRABAJO Y EMPLEO

El director de un equipo de personas que teletrabajan tiene ante sí una gran tarea de supervisión, pero de esto trata precisamente la dirección por objetivos. En las últimas décadas, las empresas han llevado a cabo esfuerzos enormes para incrementar la calidad de los productos y servicios. Sin embargo, en muchas de estas empresas se da una cierta relajación de estos esfuerzos cuando se trata del área de los trabajos llamados tradicionalmente "de oficina", sobre todo cuando se realizan en sus sedes e instalaciones.

Esto está llegando a su fin. La calidad no podrá llegar a ser total, como se pretende, sino como resultado de la suma de la totalidad de las calidades parciales. Al igual que en la industria, la calidad ha de comenzar en el primer eslabón de la cadena y finalizar en el último, que es quien la controla. En definitiva, el teletrabajador y el jefe, haya intermediarios o no, tienen que entregar un producto con la mayor calidad posible, "total", a poder ser.

El cambio de organización que impone el teletrabajo afecta, fundamentalmente, a los puestos intermedios en el sector terciario. Un mando intermedio de gestión, típico, suele tener a su cargo entre una y cuatro decenas de personas. Suele "morar" en un despacho situado estratégicamente, a veces con una cristalera que le permita vigilar a los trabajadores de que es responsable.

En la nueva situación, cuando la mayoría de los trabajadores a su cargo estén teletrabajando, ese mando intermedio no va a tener subordinados en su presencia. Ello puede originarle problemas psicológicos, al sentir la sensación de que no se le necesita. Y, sin embargo, si la experiencia de teletrabajo está bien concebida y diseñada, y el gestor del teletrabajo está bien bien seleccionado, es ahora cuando se le necesita más que nunca.

Para conseguir resultados, el director de la experiencia de teletrabajo debe reunir una serie de cualidades, como: competencia profesional y competencia técnica, ecuanimidad, capacidad para comunicar a distancia, capacidad para controlar y, en definitiva, como en toda situación, sea presencial o a distancia, capacidad de liderazgo.


Francisco Ortiz Chaparro


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