El cliente ya no asume un papel pasivo, sino  una actitud activa. Ya no solo demanda la información sino que la usa para su propio beneficio. El Internet de las cosas (IoT), el big data o el coche eléctrico habilitan una “economía descarbonizada”, es decir, “desde que nos levantamos por la mañana, gastamos mucha energía por no tener los hábitos adecuados”, explica Miguel Sánchez, CEO de la startup Greenmomit. “Esto pasaba porque el usuario no tenía un control general sobre su consumo. Ahora vamos a pasar de medirles a darles el control. Les vamos a dar las herramientas para adecuar su gasto energético para vivir con el confort que quiere. Pero ni un watio más”. En esta línea irán las grandes inversiones del futuro en innovación, "billones de euros, de aquí a 2030”,  se trata de una innovación sostenible, afirma Abril.

Este tipo de innovación además de crear un valor económico, tiene un impacto positivo en la sociedad dando respuesta a retos como el cambio climático. Todas las iniciativas de Telefónica, la telco digital liderada por José María Álvarez-Pallete, aprovechan el potencial de tecnologías como el cloud computing y las comunicaciones M2M, para optimizar el uso de recursos escasos como la energía o el agua, gestionar aspectos ambientales como los residuos, el clima y la calidad del aire y reducir emisiones de CO2.

Telefónica apuesta por una serie de soluciones de Eficiencia Energética para reducir hasta un 30% el consumo energético de las empresas y las emisiones de CO2 asociadas. Un modelo de negocio sostenible basado en una solución extremo a extremo, que permite gestionar de forma remota y centralizada todas las oficinas, tiendas o centros logísticos dispersos geográficamente. Además, la compañía cree que también es posible diseñar e implantar políticas avanzadas de ahorro energético, que reduzcan el consumo de la maquinaria con la que ya cuenta el cliente.

Según PwC  los productos y servicios “Green” de Telefónica pueden evitar más de 80 millones de toneladas de CO2eq hasta 2030, emisiones equivalentes al 25% de las generadas por España durante un año. Y es que se estima que las comunicaciones móviles permiten reducir más de 180 millones de toneladas de CO2 al año, una cantidad equivalente a las emisiones de los Países Bajos y cinco veces más que las correspondientes a las propias redes móviles. Y además, esta cifra se multiplicará hasta llegar a los 500 millones de toneladas de CO2 al año hasta 2020.