La seguridad es la nueva estrella del firmamento corporativo, y los profesionales de la seguridad se han hecho más visibles e importantes para las organizaciones, eso sí, con nuevas exigencias a nivel personal, puesto que se ha reconocido que la seguridad es algo más que disponer de vigilantes o cámaras, realizar investigaciones o resolver incidentes con especial resiliencia.
Para ello, es precisa una nueva formación especializada que tiene como principales objetivos adquirir las capacidades imprescindibles para desempeñar funciones de seguridad (prevención y protección), adquiriendo las competencias profesionales necesarias para el diseño, planificación, gestión e implantación de los correspondientes planes y protocolos.
Es cada vez más importante que las personas implicadas en tan delicada labor posean la capacidad operativa adecuada a cada uno de los sectores y áreas de trabajo, tanto en el ámbito institucional como empresarial, y tanto para las organizaciones prestatarias de servicios como usuarias de las distintas seguridades.
En este sentido, la formación continua y especializada aporta solo ventajas, como:
- mejora la competencia profesional y la productividad (eficiencia y eficacia);
- mayor satisfacción profesional en el puesto de trabajo;
- mejora en las condiciones de trabajo a través del mayor conocimiento y capacidad técnica u operativa;
- incremento de las oportunidades en el mercado laboral, con acceso o mejora en el empleo;
- aumento de la motivación y la implicación laboral y personal;
- incremento de la confianza y la autoestima en las relaciones laborales y personales.
La formación especializada no solo ofrece más conocimientos profesionales, sino también más habilidades sociales que beneficiarán a las personas y organizaciones, además de agregar valor a aquellas en las que se plantee de forma continuada.
La nueva y necesaria formación especializada abre nuevos campos de oportunidad en el mercado laboral de las seguridades y dará respuesta a la esa demanda de mejora de la profesionalidad de los sectores públicos y privados, muy especialmente referida a las infraestructuras críticas y estratégicas, carentes, en gran medida, de la adecuada respuesta ante los nuevos retos y oportunidades, dentro de los nuevos planteamientos de seguridad global, integral e integrada.
Para saber qué curso de formación especializada hemos de realizar, a nivel personal u organizacional, hemos de estudiar una serie de aspectos muy específicos, como:
- Analizar las necesidades y demandas tanto del sector de las seguridades como del mercado de trabajo actual.
- Contemplar el coste de oportunidad, con el fin de valorar el momento y la necesidad de llevar a cabo una formación especializada.
- Mejorar el nivel profesional de la oferta de servicios o la organización que requiere de estos.
Con todo ello, debemos y podemos obtener y ofrecer una formación especializada, para contribuir a mejorar el rendimiento de la seguridad (eficacia y eficiencia) de las entidades públicas y privadas a través de las adecuadas plataformas, para adquirir nuevos conocimientos en materia de seguridad física y lógica con experiencias al más alto nivel.
Irreversiblemente hemos de acometer nuevos programas de formación especializada con especial interés para adquirir nuevos, renovados y valiosos conocimientos para establecer una nueva cultura de seguridad profesional.
En definitiva, a través de la formación especializada, podemos contribuir a mejorar la prevención y protección en todos sus ámbitos y modernizar de forma garante las condiciones de seguridad en nuestras organizaciones e infraestructuras públicas y privadas.
Unos cambios en el sector de la seguridad de los que recientemente he hablado y de cómo estamos inmersos en un nuevo cambio de paradigma… De la convergencia de las seguridades a la seguridad global