Entre las distintas modalidades de Comunicación que se dan en una entidad, la Comunicación Interna se constituye como un factor vital para el éxito de su desarrollo, ya que favorece el adecuado clima interno y, por ende, una colaboración y participación mayores de todos los miembros que la componen.
Los beneficios que conlleva disponer en la asociación de un buen sistema de Comunicación Interna están constatados a través de múltiples experimentos que se han efectuado, tanto en organizaciones lucrativas como en ONG. La consecuencia inmediata es que no puede existir una cultura corporativa fuerte, basada en compartir principios, misiones, objetivos, normas, etc. sin una buena política de Comunicación.
Por el contrario, una estrategia defectuosa puede llegar a bloquear la información descendente y originar el que las aportaciones ascendentes no lleguen nunca a los centros decisores de la entidad, causando el desánimo y anulando los motivos que inducen a la participación.
Se han efectuado diversos estudios sobre el tema de la Comunicación Interna en organizaciones y los resultados obtenidos son reiterativos, destacando entre ellos los siguientes:
- Los mensajes no conectan, emocionalmente, con el receptor.
- Falta de credibilidad de los emisores.
- Cultura organizativa, en la asociación, de desconfianza y secretismo.
- Estructuras organizativas que alejan a los líderes de las bases.
- Liderazgos negativos: falta de carisma en los comunicadores.
- Carencia de coherencia entre los mensajes externos y los internos.
- Consciencia, por parte de los miembros no directivos de la entidad, de ser subestimados y poco considerados.
- Utilización de herramientas de Comunicación obsoletas y poco atractivas. No empleo de las TIC.
Por todo ello, parece lógico que lo primero que debería plantearse el equipo directivo de una asociación, es su convencimiento de que la Comunicación Interna constituye un factor importantísimo para mejorar el funcionamiento y desarrollo de la organización, así como para conseguir una mayor participación.
En consecuencia, algunos de los objetivos que se pretenderían lograr con la Comunicación Interna son los siguientes:
- Difundir y consolidar los valores de la cultura corporativa de la asociación.
- Favorecer la identificación de los miembros con la institución.
- Fomentar el orgullo de pertenencia de los asociados.
- Conocer las opiniones y actitudes de los miembros de la entidad.
- Fomentar el trabajo en equipo.
- Potenciar la capacidad de liderazgo.
- Mejorar las relaciones grupales.
- Reconocer los méritos de los participantes.
- Combatir la difusión de rumores negativos que perjudiquen el ambiente de la asociación.
Seguiremos, en próximos artículos, analizando este tema de gran influencia en el desarrollo de las entidades y en la participación activa de sus miembros en el mismo.
- Los mensajes no conectan, emocionalmente, con el receptor.
- Falta de credibilidad de los emisores.
- Cultura organizativa, en la asociación, de desconfianza y secretismo.
- Estructuras organizativas que alejan a los líderes de las bases.
- Liderazgos negativos: falta de carisma en los comunicadores.
- Carencia de coherencia entre los mensajes externos y los internos.
- Consciencia, por parte de los miembros no directivos de la entidad, de ser subestimados y poco considerados.
- Utilización de herramientas de Comunicación obsoletas y poco atractivas. No empleo de las TIC.
Por todo ello, parece lógico que lo primero que debería plantearse el equipo directivo de una asociación, es su convencimiento de que la Comunicación Interna constituye un factor importantísimo para mejorar el funcionamiento y desarrollo de la organización, así como para conseguir una mayor participación.
En consecuencia, algunos de los objetivos que se pretenderían lograr con la Comunicación Interna son los siguientes:
- Difundir y consolidar los valores de la cultura corporativa de la asociación.
- Favorecer la identificación de los miembros con la institución.
- Fomentar el orgullo de pertenencia de los asociados.
- Conocer las opiniones y actitudes de los miembros de la entidad.
- Fomentar el trabajo en equipo.
- Potenciar la capacidad de liderazgo.
- Mejorar las relaciones grupales.
- Reconocer los méritos de los participantes.
- Combatir la difusión de rumores negativos que perjudiquen el ambiente de la asociación.
Seguiremos, en próximos artículos, analizando este tema de gran influencia en el desarrollo de las entidades y en la participación activa de sus miembros en el mismo.
Editado por
Javier Barranco Saiz
Licenciado en Ciencias Físicas y en Gestión Comercial y Marketing (ESIC), Javier Barranco Saiz es asimismo Master en Recursos Humanos (Instituto de Empresa). Su trayectoria profesional ha transcurrido en Orgemer Consultoría como Jefe de Investigación de Mercados y en el Grupo Telefónica como responsable en las siguientes áreas: División de Informática (Servicio de Marketing), Recursos Humanos (Estudios, Selección de Personal, Organización y Planificación), Relaciones Institucionales (Gestión Económica) y Fundación Telefónica (Gestión Económica, Marketing Social,Proyectos Sociales y Culturales,Voluntariado Empresarial). Actualmente Javier Barranco es Socio Director de Abalon Consultoría de Marketing. Ha sido profesor en los MBAs de Marketing y Recursos Humanos del Instituto de Empresa y de la Escuela Superior de Estudios de Marketing, ESEM. Ha publicado en Ediciones Pirámide, Grupo Anaya, los siguientes libros:"Tecnicas de Marketing Político","Planificación Estratégica de Recursos Humanos","Marketing Interno","Marketing Político"(2ª Edición) y "Marketing Social Corporativo". Además ha publicado artículos en" Capital Humano","Marketing y Ventas para Directivos","Revista T". Es asimismo miembro de de AEDEMO (Asociación Española de Estudios de Mercado, Marketing y Opinión) y de AEDIPE (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas).
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Tendencias 21 (Madrid). ISSN 2174-6850
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