El Gobierno del Partido Popular está aplicando una serie de drásticas medidas con el objeto de conseguir recuperar la confianza de los mercados financieros y de las instituciones de la CEE. Vamos a efectuar, en estos tres artículos, un análisis, no ideológico sino desde la perspectiva del Marketing Político, de la situación actual a cien días, prácticamente, de gobierno efectivo.
En mi opinión, el Partido Popular superó positivamente la etapa de Marketing Electoral al ganar, ampliamente, las elecciones generales, pero no tiene una clara estrategia de Marketing Político ya que no parece estar convenciendo a sus clientes.
Veamos los errores que considero que está cometiendo en dos de las grandes políticas de Marketing: en la del Producto, es decir en relación con el Equipo de Gobierno, y en la de Comunicación en cuanto a los mensajes y a su transmisión.
En el mes de Noviembre pasado ha habido en España unas elecciones generales en las que el Partido Popular, PP, centro-derecha, ha obtenido mayoría absoluta en el parlamento nacional. Estos resultados son consecuencia de la pérdida de cuota de mercado del PSOE, cuya causa se achaca a una serie de factores exógenos y endógenos.
Se han producido un conjunto de factores de entorno, indiscutibles, como han sido una severa crisis económica internacional, agudizada en Europa, un desconcierto de los mercados financieros y una presión fortísima de los inversores institucionales.
Pero, también, han existido unos factores internos imputables al anterior gobierno, como es la no consideración, en su momento, de la situación crítica a la que estábamos abocados, su negación por el equipo gobernante y, como consecuencia, la aplicación de medidas socio-económicas de forma tardía y poco efectivas.
El PP, en los cien días que lleva gobernando, se ha visto obligado a aplicar una serie de políticas que no solamente no estaban en su programa electoral, sino que, incluso, rechazaban cuando estaban en la oposición.
Estas medidas, extremadamente duras, han sido justificadas por haberse encontrado con un déficit mayor del esperado, así como por la necesidad de recuperar para España una imagen de seriedad que se había deteriorado y de devolver la confianza a los mercados para que se incrementen las inversiones y evitar, de esta forma, la intervención por parte de la CEE, lo cual sería nefasto para el país.
Las críticas por parte de los partidos de la oposición, de los sindicatos, que han protagonizado una huelga general el pasado 29 de Marzo, de los medios de comunicación social y de amplias capas de la sociedad han arreciado.
Esta situación descrita hasta aquí y expuesta, especialmente, para los lectores no españoles, nos va a permitir efectuar un análisis de la actuación del Gobierno desde una óptica de Marketing y no desde la meramente ideológica.
En primer lugar debemos distinguir, como ya he indicado en artículos anteriores, la diferencia que, en mi opinión, existe entre el Marketing Electoral y el Marketing Político. El primero sirve para ganar unas elecciones y el segundo para gobernar de acuerdo con los intereses y expectativas de los ciudadanos que son los auténticos clientes, independientemente del voto que hayan emitido.
El PP ganó las elecciones generales con amplia mayoría y superó, con bastante éxito, la etapa del Marketing Electoral. Ahora debe hacer Marketing Político y en éste, hasta ahora, está fallando.
Dejando al margen el incumplimiento de los programas electorales, mal que afecta a todos los partidos y en todos los países, uno de los mayores errores que están cometiendo, desde la perspectiva del Marketing, es considerar como únicos y principales clientes, y a los que van dirigidas las políticas que se están implantando, a la CEE y a los mercados financieros, posponiendo al auténtico cliente, el ciudadano español, que es quien las deberá soportar.
Aunque todas las medidas que se están tomando son necesarias y positivas para el futuro de España, ¡véndanse bien!, ¡explíquense adecuadamente! Y, sobretodo, ¡quítese el miedo al ciudadano!
En los próximos artículos nos centraremos en las dos políticas básicas del Marketing que consideramos que están fallando: el Producto y la Comunicación.
Editado por
Javier Barranco Saiz
Licenciado en Ciencias Físicas y en Gestión Comercial y Marketing (ESIC), Javier Barranco Saiz es asimismo Master en Recursos Humanos (Instituto de Empresa). Su trayectoria profesional ha transcurrido en Orgemer Consultoría como Jefe de Investigación de Mercados y en el Grupo Telefónica como responsable en las siguientes áreas: División de Informática (Servicio de Marketing), Recursos Humanos (Estudios, Selección de Personal, Organización y Planificación), Relaciones Institucionales (Gestión Económica) y Fundación Telefónica (Gestión Económica, Marketing Social,Proyectos Sociales y Culturales,Voluntariado Empresarial). Actualmente Javier Barranco es Socio Director de Abalon Consultoría de Marketing. Ha sido profesor en los MBAs de Marketing y Recursos Humanos del Instituto de Empresa y de la Escuela Superior de Estudios de Marketing, ESEM. Ha publicado en Ediciones Pirámide, Grupo Anaya, los siguientes libros:"Tecnicas de Marketing Político","Planificación Estratégica de Recursos Humanos","Marketing Interno","Marketing Político"(2ª Edición) y "Marketing Social Corporativo". Además ha publicado artículos en" Capital Humano","Marketing y Ventas para Directivos","Revista T". Es asimismo miembro de de AEDEMO (Asociación Española de Estudios de Mercado, Marketing y Opinión) y de AEDIPE (Asociación Española de Dirección y Desarrollo de Personas).
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