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Blog de Tendencias21 sobre la historia reciente de España
El cambio de sentido de los movimientos migratorios -que en el último cuarto de siglo ha convertido a España de país de emigrantes a país de inmigrantes- ha sido espectacular tanto por su rapidez como por su magnitud y por su impacto en el crecimiento de la población actual de España. De los 400.000 extranjeros contabilizados en el censo de 1991 y el millón y pico de 2001, hemos alcanzado en 1 de enero de 2009 la considerable cifra de 5,6 millones, exactamente el 12% de todos los residentes inscritos en el Padrón municipal de ese año. En números absolutos, y en una progresión constante desde 1999 hasta 2007, los inmigrantes extranjeros llegados en el decenio 1999-2008 fueron 5.440.948, de modo que al comenzar 2009 había en España más extranjeros en términos absolutos que en Reino Unido, Francia o Italia, que cuentan con 4,02, 3,67 y 3,43 millones, respectivamente; solo Alemania, donde la cifra asciende a 7,25 millones, contaba con más inmigrantes que España entre nuestros vecinos europeos.
Con esta impresionante llegada de extranjeros, España es, de todos los países de la Unión Europea y contra lo que se podía esperar en 1999, cuando su crecimiento vegetativo se había desplomado a sólo el 0,1 por 1000, el que ha experimentado un mayor crecimiento demográfico en la primera década del siglo XXI, pasando, según datos de Eurostat, de 40,04 millones del año 2000 a 46,08 millones estimados en enero de 2010. Es una cifra ligeramente superior a la estimada por el INE para 1 de enero de este mismo año, que es de 45.989.016 millones, prácticamente 46 millones, de los que 23.316.593 son mujeres y 22.672.423 varones. Este crecimiento, cercano a los seis millones de habitantes, supera al de un país tradicionalmente receptor de inmigrantes, como Francia, que de 60,54 millones ha pasado en el mismo periodo de tiempo a 64,70, y contrasta fuertemente con el descenso de la población de Alemania, que de 82,16 millones ha bajado a 81,75.
Es interesante señalar que el tradicional primer puesto de los marroquíes aparece en el último empadronamiento ocupado por los rumanos que se acercaban en enero de ese año a 800.000, dejando a Marruecos en segundo lugar con 710.401. A cierta distancia, los ecuatorianos y casi pisándoles los talones los británicos, que han debido de adquirir residencias en España para disfrutar del sol y del Sistema Nacional de Salud en sus años de jubilación, ya que la edad media de los 355.044 británicos que han establecido su residencia en España se acerca a los 50 años. En conjunto, 40% de los extranjeros empadronados proceden de la Unión Europea ampliada a 27 miembros, 28% de América del Sur, 18% de África y 4,9% de Asia, con un considerable aumento de chinos. Han llegado también cantidades menores de otros países de la Europa no comunitaria –entre los que destacan 76.722 ucranianos, y solo un 1% del total procede de América del Norte.
Con esta impresionante llegada de extranjeros, España es, de todos los países de la Unión Europea y contra lo que se podía esperar en 1999, cuando su crecimiento vegetativo se había desplomado a sólo el 0,1 por 1000, el que ha experimentado un mayor crecimiento demográfico en la primera década del siglo XXI, pasando, según datos de Eurostat, de 40,04 millones del año 2000 a 46,08 millones estimados en enero de 2010. Es una cifra ligeramente superior a la estimada por el INE para 1 de enero de este mismo año, que es de 45.989.016 millones, prácticamente 46 millones, de los que 23.316.593 son mujeres y 22.672.423 varones. Este crecimiento, cercano a los seis millones de habitantes, supera al de un país tradicionalmente receptor de inmigrantes, como Francia, que de 60,54 millones ha pasado en el mismo periodo de tiempo a 64,70, y contrasta fuertemente con el descenso de la población de Alemania, que de 82,16 millones ha bajado a 81,75.
Es interesante señalar que el tradicional primer puesto de los marroquíes aparece en el último empadronamiento ocupado por los rumanos que se acercaban en enero de ese año a 800.000, dejando a Marruecos en segundo lugar con 710.401. A cierta distancia, los ecuatorianos y casi pisándoles los talones los británicos, que han debido de adquirir residencias en España para disfrutar del sol y del Sistema Nacional de Salud en sus años de jubilación, ya que la edad media de los 355.044 británicos que han establecido su residencia en España se acerca a los 50 años. En conjunto, 40% de los extranjeros empadronados proceden de la Unión Europea ampliada a 27 miembros, 28% de América del Sur, 18% de África y 4,9% de Asia, con un considerable aumento de chinos. Han llegado también cantidades menores de otros países de la Europa no comunitaria –entre los que destacan 76.722 ucranianos, y solo un 1% del total procede de América del Norte.
Editado por
Santos Juliá
Santos Juliá es catedrático del Departamento de Historia social y del pensamiento politico en la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Durante las últimas décadas ha publicado numerosos trabajos de historia política, social y cultural de España en el siglo XX: República y guerra civil, socialismo, Madrid, intelectuales, Azaña, franquismo, transición y cuestiones de historiografía han sido los principales campos de su trabajo. Premio Nacional de Historia de España 2005 por su libro Historias de las dos Españas, ha editado recientemente las Obras Completas de Manuel Azaña en siete volúmenes y ha publicado Vida y tiempo de Manuel Azaña, 1880-1940. Escribe también, desde 1994, comentarios de política española en el diario El País.
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