CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero

Hoy escribe Antonio Piñero


Seguimos con el desarrollo de la idea de que el concepto de mesianismo se consolida en Israel gracias a los acontecimientos históricos desde el exilio en Babilonia (3ª entrega)


Inmediatamente después el heredero de Herodes el Grande, Arquelao, partió para Roma. En el entretanto, y mientras dejaba madurar su pensamiento respecto al testamento de su amigo Herodes, Augusto había enviado como prefecto interino de Judea a un tal Sabino, personaje por lo demás oscuro y casi desconocido.

Éste, sabiendo que su cargo iba a durar poco, se dedicó sencillamente a robar, realizando toda suerte de tropelías y exacciones contra el pueblo. Naturalmente las gentes se levantaron de nuevo en armas. Como el prefecto Sabino no pudo sofocar la revuelta, intervino Quintilio Varo, legado de Augusto en Siria, (que es conocido en la historia sobre todo por el desastre romano en los bosques de Germania, cuando fue derrotado por una coalición de bárbaros y el fracaso fue tal que Roma perdió nada menos que tres legiones de un solo golpe). Hubo diversos avatares en la lucha entre los revoltosos judíos y las tropas regulares romanas, por lo que Varo tuvo que intervenir en dos ocasiones para defender a Sabino, acorralado por los rebeldes judíos. También esta acción de los romanos se saldó con gran cantidad de muertos judíos.

Lo importante de esta revuelta es que demuestra que había entre el pueblo judío un ambiente general de deseos de liberación política y... religiosa. En esta línea se produjeron otros tres episodios guerreros que algunos historiadores consideran de tipo “mesiánico”. Un adjetivo de este estilo es apropiado, ya que hasta la aparición del cristianismo con su noción de un mesías sufriente -no político ni guerrero, un ser divino de algún modo que sufre muerte por el pueblo-, el mesías que todo Israel esperaba era sólo un ser sólo humano, y sobre todo de carácter político guerrero. Según la mayoría de las opiniones -pondremos algunso textos en su momento-, habría de ser un experto militar cuya misión –apoyada por la divinidad ciertamente- era liberar a Israel del yugo extranjero, de modo que estando el país libre y puro de contaminaciones ajenas pudiera cumplir perfectamente los requisitos de la ley de Dios. Así, Éste bendeciría a Israel con toda suerte de prosperidades.

En ese ambiente expectante, un tal Judas, hijo de Ezequías -un famoso y antiguo rebelde al que había combatido con éxito Herodes el Grande cuando era joven y jefe militar del norte del país bajo el mando de Hircano II-, se levantó contra Arquelao y los romanos en Galilea manifestando su esperanza de liberar al pueblo judío de los extranjeros si alcanzaba la corona real. Con un grupo de incondicionales, asaltó en la ciudad de Séforis un arsenal real y, tras distribuir las armas entre los suyos, gobernó en la práctica como un reyezuelo durante unos meses en toda Galilea.

No se sabe en verdad si este Judas es distinto de otro de igual nombre, Judas el galileo, que se levantó contra los romanos, siendo Quirino legado de Siria, unos años más tarde (el 6 d.C.). Este levantamiento fu muy sonado. Su motivo: negarse a que el pueblo de Dios, Israel, fuera censado por los romanos para controlar mejor los nuevos tributos que debían imponerse al pasar Judea a ser provincia romana. Este movimiento fue aplastado, pero su lema principal, “Antes morir que permitir que la tierra de Yahvé pasara a dominio de otro Señor”, y su ardor en la defensa y cumplimiento de la Ley (“celo por Yahvé”) habrían de dar fundamento más tarde (poco antes de la Guerra del 66-70) a las raíces del movimiento religioso-político más trascendental en la política judía del s. I: el celotismo.

También después de la muerte de Herodes el Grande, en la región de Perea, en la Transjordania, un tal Simón, del que apenas conocemos más, se levantó también en armas y pretendió igualmente ceñirse la corona real. Esta pretendientes fue pronto liquidados por los romanos.

Por último, un antiguo pastor de gran fortaleza física, llamado Atronges, formó una banda de resistentes junto con sus cuatro hermanos, se impuso a sí mismo la corona real y mantuvo en jaque a los romanos durante largo tiempo. Al parecer, en todos estos casos existía en el pueblo que secundaba a estos revoltosos la esperanza mesiánica de liberación del yugo extranjero sobre Israel.


Seguiremos. Saludos cordiales de Antonio Piñero.

www.antoniopinero.com

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Hoy en el “Blog de Antonio Piñero” se trata del siguiente tema:

“Pedro en los Hechos Apócrifos de los Apóstoles”

Manera de entrar, si a alguien le interesare: pinchar en el enlace que se halla en la página presente, abajo en la derecha.

Saludos de nuevo.


Lunes, 1 de Junio 2009


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





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