CRISTIANISMO E HISTORIA: A. Piñero
Escribe Antonio Piñero



Pregunta:


Cómo se sabe que los papiros mas antiguos como por ejemplo el caso del papiro 52 de juan no es una copia sino el original? 2. como saber si un trozo de papiro de un texto, pongamos cualquiera del nt. le pertenece, si no tenemos los libros originales completos o al menos del siglo i para compararlos?? porque se usa o q tan confiable es usar las biblias de siglos posteriores para esa comparacion?


Si no estan los textos originales como saber q los textos encontrados de cualquier libro, en este caso del nt. le pertenecen a esos libros. es adecuad valerse de los libros conservados de fecha posterior como codices, etc. sin tener textos completos de fecha inicial. ejemplo: si tengo el papiro x de marcos del año 130 dc., como saber si es marcos si no hay un marcos completo hasta el siglo iv??


Respuesta:


Respondo por partes:


1: Ciertamente se presupone en principio que el papiro es una copia por la datación del papiro que se logra siempre de un modo aproximado: por medio del estudio de la escritura (conocemos muy bien la evolución del modo de escribir) y por medio del carbono 14 si se puede aplicar, que ofrece una fecha solo aproximada, más o menos 50 años arriba o abajo.


2: No tenemos los originales de los escritos del Nuevo Testamento, pero sí tenemos el texto tall como circulaba en el año 200. Y por citas de algunos autores anteriores (por ejemplo, Ignacio de Antioquía (muerto antes del 119) que conoce muy bien 1 Corintios y que debió de escribir entre el 130 y 150, y otros casos como Justino Mártir, etc.). Igualmente la Epístola de Bernabé (hacia 130)y vemos que los textos coinciden.


3. El P. 52 quizás pudiera ser el original, teóricamente, pero es ciertamente una copia, y lo sabemos por el tipo de escritura es datable entre el 125-175. Parece imposible que el original se hubiera escrito en una fecha tan tardía.


4: Las Biblias de ahora, respecto al Nuevo Testamento traducen ese texto del año 200 establecido por el análisis de los aproximadamente 5.000 manuscritos que poseemos del Nuevo Testamento. Hay un Instituto de la Universidad de Münster que se dedica exclusivamente a esta tarea y ha publicado ya 28 ediciones del texto griego del Nuevo Testamento que va cada más refinándose (NESTLE-ALAND: Novum Testamentum graece, Deutsche Bibelgesellschaft, Stuttgart, 282012).


Pr.:


Dado que parece ser que los Evangelios se escribieron entre los año 50 y 100,
¿ qué edad tenían los evangelistas cuando los escribieron?. Entonces la gente vivía mucho menos que ahora. Mateo y Juan fueron de los doce apóstoles . No me cuadran las fechas.
¿ Eran niños cuando iban con Jesús?
¿ Marcos y Lucas no fueron coetáneos de Jesús? ¿ No le llegaron a conocer?


R.:

1: Se escribieron los evangelios probablemente entre el 70/75 (Marcos) y el 100 (Juan).


2: Ni siquiera sabemos quiénes eran los autores. Los nombres son una tradición de mediados del siglo II y las atribuciones son gratuitas.


3: Los evangelistas no fueron testigos oculares de lo que ocurrió con Jesús, porque escribieron –incluso Marcos—sobre fuentes a medias (por ejemplo, colecciones de parábolas, de dichos de Jesús y de milagros más el relato de la pasión) que eran previos.


Le ruego que eche una ojeada a la “Guía para entender el Nuevo Testamento”, Trotta, Madrid 4ª edic. 2011 donde se tratan todos estos temas.




Pr.:



Al leer hoy su artículo acerca del libro NUEVO TESTAMENTO , me he enterado de su vinculación a la edición de una traducción del nuevo testamento de la BIBLIA DE SAN MILLAN. Tendría usted la amabilidad de informarme un poco al respecto? Vivo en Bogotá Colombia. Desde aquí, es posible adquirir esa obra?


R.:


Se trata de un proyecto a largo plazo para hacer una nueva Biblia absolutamente no confesional, universitaria, histórico-crítica y crítico literaria, con traducción revisada por catedráticos relacionados con la Academia Española de la lengua, una edición laica en una palabra, pero no militante, sino totalmente informativa y acerca del texto neotestamentario desde el punto de vista histórico y que aclarará, esperamos, bien el contenido y sentido de los textos. Irá en varios volúmenes. Por ahora estamos preparando el Nuevo Testamento, que aparecerá probablemente a finales del 2016 o principios del 2017. Habrá versión electrónica de modo que podrá adquirirla en Colombia.


Pr.:

Pregunta ¿ Qué aspectos paulinos encontramos en el Evangelio de Juan?


R.:


No hay ningún documento en la Iglesia antigua ni tampoco dentro del mismo Evangelio de Juan que nos explique expresamente cómo y por qué ese Evangelio comparte con el apóstol Pablo una concepción específica de Jesús y de su mesianismo.

Ha sido la investigación sobre el Nuevo Testamento la que a lo largo de siglos de pesquisas ha llegado a formarse, a través de un análisis crítico de los evangelios, cuál es la figura más probable del Jesús histórico, a la vez que caía en la cuenta de que Pablo –que escribió muchos años antes que el Evangelio de Juan en concreto-- se preocupaba muy poco de ese Jesús histórico y lo contemplaba tan solo como el Mesías después de su muerte y su resurrección, es decir, como el Cristo celeste. El siguiente paso de la investigación fue caer en la cuenta de que en el Evangelio de Marcos, que es el primero cronológicamente de los cuatro, se mezclan indisolublemente, en su pintura del Jesús terreno, rasgos que pertenecen al Jesús histórico con otros que son propios del Cristo celestial. Otro paso ha sido atribuir al autor cronológicamente anterior, Pablo, la influencia sobre el posterior, Marcos, hasta formular la idea de que la cristología marcana es en sus rasgos esenciales la misma que la de Pablo. Y finalmente el último paso es caer en la cuenta de que el Evangelio de Juan conoce al menos la tradición de los tres evangelios sinópticos (Mt, Mc y Lc), y muy probablemente ha leído y utilizado el Evangelio de Lucas, por lo que comparte con él –al menos también—una parte de su ideología/teología.

¿En qué consiste tener una concepción paulina de Jesús que en concreto se refleje en el Evangelio de Juan? Fundamentalmente en considerar a Jesús como mesías, hijo de Dios, pero sobre todo en atribuir a su muerte y resurrección el valor de actos redentores con el que cambia la historia del mundo y de la humanidad. En apariencia son el Diablo y sus satélites, las autoridades humanas, las que causaron esa muerte. Pero en verdad fue un acto decidido por Dios desde toda la eternidad, ya que en la cruz Dios acepta el sacrificio de la vida de su agente como reparación, o rescate, por todos los pecados de los humanos hasta ese momento –con lo que queda vencido el poder del Demonio--, y en señalar que la resurrección de Jesús es el camino para todos los fieles que igualmente participarán de ella tras una vida sin pecado.


En el instante de la muerte y la resurrección comienza en verdad la época mesiánica, que no se sabe cuánto durará y que concluirá con la segunda venida del Cristo --confirmado como mesías y señor por Dios en los cielos— a la tierra. Poco después de ese momento comenzará el juicio final a todos los hombres, en el que Cristo desempeñará un papel fundamental. La apropiación del valor redentor de la cruz debe hacerlo cada individuo aceptando con un acto de fe en Dios y en su mesías que el evento de la cruz es, por designio eterno divino, el momento supremo de la redención, evento ya ocurrido en el pasado, y que en él Cristo venció todo el poder del Diablo sobre la humanidad e incluso sobre el universo. De ese modo queda abierto para el ser humano un camino igual al del mesías. Este vino al mundo no para salvar a los justos sino a los pecadores, tanto judíos como gentiles. Ser paulino es pensar también que, gracias a esa redención obrada por Jesús, tienen todos los paganos la posibilidad de salvarse, no solo los judíos como pueblo elegido. Eso ocurre porque Dios ha decidido que el mesías tiene no solo el poder de perdonar los pecados (también en vida, no sólo por el acto de la cruz), sino también la posibilidad de cambiar la ley de Moisés, que debe interpretarse según el mesías. Aunque la ley mosaica siga siendo válida en todos sus términos para los judíos, en adelante no son válidas, por ejemplo para los gentiles las normas concernientes a la circuncisión, los alimentos y la pureza ritual. La ética se convierte para ellos ante todo en una moral universal cuyas normas están expresadas negativa y positivamente por el Mesías.

El Evangelio de Juan añade a esta visión paulina que el Logos, la Palabra eterna de Dios se encarna en el mesías Jesús. Éste es ante todo el Revelador. Su revelación consiste fundamentalmente en que el Padre y él son uno, y que quien crea en el Revelador participará de esta unidad. En realidad, y bien pensado, opina el autor del Evangelio de Juan, el Juicio Final ha venido ya para cada individuo que crea en el mensaje del Revelador y, al creer en él y su mensaje, ha conseguido ya salvación.


Saludos cordiales de Antonio Piñero
Universidad Complutense de Madrid
www.antoniopinero.com

Martes, 7 de Abril 2015


Editado por
Antonio Piñero
Antonio Piñero
Licenciado en Filosofía Pura, Filología Clásica y Filología Bíblica Trilingüe, Doctor en Filología Clásica, Catedrático de Filología Griega, especialidad Lengua y Literatura del cristianismo primitivo, Antonio Piñero es asimismo autor de unos veinticinco libros y ensayos, entre ellos: “Orígenes del cristianismo”, “El Nuevo Testamento. Introducción al estudio de los primeros escritos cristianos”, “Biblia y Helenismos”, “Guía para entender el Nuevo Testamento”, “Cristianismos derrotados”, “Jesús y las mujeres”. Es también editor de textos antiguos: Apócrifos del Antiguo Testamento, Biblioteca copto gnóstica de Nag Hammadi y Apócrifos del Nuevo Testamento.





Tendencias de las Religiones


RSS ATOM RSS comment PODCAST Mobile