CONOCIMIENTO: Fernando Davara

Pensar y obrar, obrar y pensar, es la suma de toda sabiduría.
Goethe


En un artículo anterior valoraba que, a mi entender, Europa esta lejos de cumplir los objetivos de la denominada Estrategia de Lisboa en términos de inversión en I+D en porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB). Algunos de mis lectores me han preguntado sobre el alcance de tal estrategia y otros por su parte me sugieren que publique algo sobre ella, su vigencia (si es que todavía lo está) así como una breve valoración personal.

Dado que los lectores son la razón de ser fundamental de un “blog” procuraré complacerles dedicando las siguientes líneas a los orígenes y estado actual de esta estrategia, en las que trataré de clarificar el lenguaje casi críptico con el que normalmente se expresan los expertos en este tema.

Para evitar alargar innecesariamente el artículo, dejaré para una segunda parte el resumen de las líneas maestras de la contribución española, en particular en lo que respecta a la I+D+i, reflejada fundamentalmente por el Programa Ingenio 2010.

Historia

Lisboa, Marzo de 2000; en la Cumbre correspondiente a la presidencia portuguesa de la Unión Europea los Jefes de Estado y de Gobierno europeos aprobaron una estrategia económica y social para el período 2000 – 2010, conocida desde entonces como “Estrategia de Lisboa”.

En ella se definían una serie de líneas de acción comunes que tenían como objetivo lograr que en 2010 la Unión Europea se convirtiera en la "economía basada en el conocimiento más competitiva y dinámica del mundo, capaz de un crecimiento económico sostenible, con más y mejores empleos, mayor cohesión social y dentro del respeto al medio ambiente".

La base fundamental la constituía un conjunto de prioridades, entre las que se encontraban la transición hacia una sociedad basada en el conocimiento, el refuerzo de la educación y formación, así como la modernización del modelo social europeo, todo ello en un entorno macroeconómico equilibrado.

Asimismo recogía una serie de objetivos con unos indicadores (14) para poder medir su evolución. Destacaban el de crecer económicamente un 3% al año, dedicar el 3% del PIB a investigación y desarrollo, alcanzar una tasa de empleo global del 70%, 60% en el caso de las mujeres profesionalmente activas y 50% en el de los trabajadores de 55 a 64 años.

El conjunto de reformas que integraban la estrategia eran interdependientes y por ello era evidente desde su nacimiento que todas aquellas acciones que llevara a cabo un Estado miembro serían mucho más eficaces si se realizaban de forma coordinada con los otros, pero era igualmente indudable que esta interdependencia constituía un riesgo en caso de falta de coordinación o ante diferentes impulsos nacionales.

En 2004, coincidiendo casi con el ecuador del período de la estrategia, el Consejo Europeo procedió a llevar a cabo un proceso de revisión. En primer lugar se encargó un estudio preliminar de evaluación a un grupo de expertos presidido por el antiguo Primer Ministro holandés Win Kok, cuyos resultados fueron desalentadores.

El denominado “Informe Kok” reconocía que la propia Unión y los Estados miembros no se habían implicado lo suficiente, con el añadido de una situación económica mundial adversa y una fuerte dispersión de objetivos, por lo que se concluía que sería prácticamente imposible cumplir los objetivos propuestos para el año 2010.

Otras conclusiones del informe hablaban del riesgo de quedar apartados de la competición mundial por varias razones como un débil crecimiento, precariedad de empleo, éxodo de investigadores, coste creciente de la protección social relacionada con el envejecimiento de la población, etc., por lo que, considerando que los desafíos a los que se enfrentaba Europa eran mayores que en el 2000, se recomendaba proceder con urgencia a una aplicación acelerada de la estrategia de Lisboa.

De acuerdo con las conclusiones de este informe, el Consejo europeo de noviembre de 2004 pidió a la Comisión que presentara urgentemente propuestas para revisar la estrategia, y posteriormente, siguiendo sus recomendaciones, los Jefes de Estado y de gobierno decidieron en el Consejo europeo de marzo de 2005 revisar la estrategia concentrándose en dos objetivos: crecimiento y empleo, preservando el equilibrio entre los tres pilares del proceso (económico, social y medioambiental)

En conclusión la que se aplica en la actualidad es la denominada “Estrategia de Lisboa revisada” o bien “estrategia para el crecimiento y el empleo” que pueden considerarse hoy como los dos grandes objetivos de la Unión Europea.

Estrategia de Lisboa revisada

Después de las decisiones adoptadas en los diferentes Consejos europeos de 2005 la Estrategia de Lisboa se apoya en una serie de medidas entre las que destacan dos tipos de programas:

– Programa Comunitario;
– Programas Nacionales de Reforma (PNR)

El Programa Comunitario, publicado en enero de 2006, se apoya fundamentalmente en el 7º Programa Marco para actividades de investigación, desarrollo tecnológico y de demostración, y en el Programa Marco para la innovación y la competitividad.

Por su parte los Programas Nacionales de Reforma se basarán en unas líneas directrices integradas (24 LDI) definidas por el Consejo en julio de 2005 sobre la base de los tres grandes dominios de intervención: macro y microeconomía y empleo.

En este momento, con excepción de Francia, todos los Estados miembros han designado un coordinador nacional para la Estrategia revisada y establecido sus PNR. España lo hizo en junio de 2005 constituyendo la Unidad Permanente de Lisboa en la Oficina Económica del Presidente del Gobierno y en octubre del mismo año presentando a la Comisión Europea el Programa Nacional de Reformas español y nombrando un Coordinador Nacional del Programa.

Pero este caso español merece ser tratado de forma monográfica, por lo que será objeto de análisis en el próximo artículo.

Fernando Davara
Redactado por Fernando Davara el Sábado, 31 de Marzo 2007 a las 23:44

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Fernando Davara
Fernando Davara
Fernando Davara es Artillero (General de Brigada y Diplomado de Estado Mayor) Físico (Especialidad de Automática e Informática) y Doctor “cum laude” en Ingeniería Informática, complementando esta formación con diversos cursos en las áreas de Inteligencia Artificial y Sistemas Expertos, Tecnologías de la Información, Gestión del Conocimiento, Seguridad y Defensa, etc., así como con la obtención del Diploma de Suficiencia investigadora de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Madrid.

Ha dedicado más de 25 años de trabajo y estudio, siendo autor de numerosos trabajos y monografías, fundamentalmente en los dominios del Espacio y sus aplicaciones, Gestión de crisis, Geomática, Medio Ambiente y Seguridad, Nuevas tecnologías de la Información y las Comunicaciones e Inteligencia Económica. En este mismo contexto ha participado en gran número de seminarios y coloquios (nacionales e internacionales), llevado a cabo varias actividades investigadoras y ha ocupado diversos cargos nacionales y extranjeros, entre ellos seis años como Director del Centro de Satélites de la Unión Europea.

Actualmente es Director y Patrono de la Fundación “ESPAÑA DIGITAL”, Presidente y consultor sénior de “Circulo de Inteligencia” (consultora especializada en Inteligencia Económica y Estratégica), miembro del Consejo Asesor del Clúster de Seguridad y Confianza de Madrid Network y Rector de Honor de la Sociedad de Estudios Internacionales.

Asimismo es profesor y asesor de diversos Máster y Cursos de Postgrado, entre ellos del Área de Inteligencia Económica del Curso de Especialista Universitario en Servicios de Inteligencia del Instituto Universitario “General Gutiérrez Mellado” y del Postgrado de Inteligencia Económica y Seguridad (PIES) de ICADE y MAS Consulting, así como de Inteligencia Económica y Planificación Estratégica en Cursos y Maestrías en diversas instituciones en España e Iberoamérica, principalmente Colombia, y miembro del Consejo Editorial de Tendencias21”.

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